Tomás Moré, maestro de maestros del contrabajo

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Tomás de Jesús Moré Mayea (Santa Clara, 21 diciembre de 1952) está entre los profesores más queridos del gremio artístico villaclareño. Ha sido asesor, por muchos años, de este instrumento en la región central. A él le debemos una buena cantidad de contrabajistas de muy alto nivel. No ha abandonado la pedagogía en más de 40 años. Es, además, el director  de la Orquesta Típica Tradicional, una agrupación de las más longevas de la Isla. Pertenece a la Orquesta Sinfónica de Villa Clara y a la Orquesta de Cámara Rubén Urribarres.

Moré comenzó sus estudios de violoncello en Cienfuegos, en la escuela de Iniciación Artística, en la que permaneció por tres años. De esa etapa recuerda: “Comencé en la Escuela de Iniciación Artística en el año 1967, el 22 de noviembre; no se me olvida. Estaba en un lugar que donó la Iglesia, en los antiguos Jesuitas. Después decidieron darle otro uso al local y nos pasaron para una escuela en la carretera de Cumanayagua, en un lugar que se llama Lajitas. Allí estuvimos un año y algo; después nos reubicaron en Buenavista. En el año 1970, la escuela iba a ser trasladada para Santa Clara y a un grupo nos llevaron a audicionar a La Habana”.

Ya en la ENA, Moré se decidió por el contrabajo, instrumento que le resultaba más afín. Desde el primer momento fue alumno del maestro Orestes Urfé González, hijo del famoso José Urfé, con quien hace el nivel elemental, el medio, y también se gradúa del superior en el ISA. Al terminar sus estudios de la ENA, regresó a Santa Clara para cumplir su servicio social, comenzando así una extensa y fructífera obra pedagógica. “No puedo recordar la cantidad de alumnos que he tenido. Algunos  trabajan conmigo en la Sinfónica de Villa Clara, muy buenos contrabajistas; en la Sinfónica Nacional hay otros, graduados del ISA con muy buenos resultados, y en el extranjero también. Una de mis alumnas, Susana Rivero, está tocando en la Orquesta Filarmónica de Barcelona. Alfredo Oquendo, Melissa Martínez y Meilyn Chaviano, son maravillosos y hacen historia en estos momentos. Todos los años digo que quiero descansar un poco, pero no me dejan; aparecen nuevos alumnos y tengo que estar, no puedo dejarlo. Parejo a la pedagogía comparto la dirección de la Orquesta Típica de Danzones, de la cual yo estoy desde el año 79.  Ingresé por un día para hacer una suplencia y no me dejaron ir. Al punto que soy el director de la orquesta y el único que queda de aquella época. Se fundó en el año 1895. Hemos participado en muchos festivales como Cuba Danzón, Danzón Habana, Encuentro Internacional Danzonero Miguel Faílde in memoriam, todos con muy buenos resultados. Mantenemos los instrumentos originales: tres violines, contrabajo, clarinete en ‘do’, que ya no se usa, es del siglo XVlll; timbales, güiro, trombón de pistones, cornetín en la’ y bombardino. No pudimos seguir utilizando el figle, porque ya tenía demasiados años. Pero bueno, en la típica, figle o bombardino. Conservamos todo muy bien, ahí no se puede variar nada. Nosotros hemos tocado acá en Cienfuegos, en el Salón Minerva. Fue parte de una gira nacional por los 120 años de la orquesta”.

En 2018 tuvo la posibilidad de acompañarnos nuevamente en Cienfuegos, esta vez en el teatro Tomás Terry, junto a la Orquesta de Cámara Rubén Urribarres, agrupación a la que le unen fuertes vínculos. “En la Orquesta de Cámara entré desde un principio. De la misma sinfónica, Rubén sacaba un grupito para las actividades que no podía hacer con toda la agrupación. Cuando Rubén tuvo un accidente y el problema de su pierna, le propongo hacer la orquesta. Me dio a mí la tarea de reunir a los músicos. Nos dirigía desde una silla de ruedas. Aquello sonaba que era una maravilla. Cuando perdimos al maestro yo propuse que la orquesta siguiera, que se llamara Rubén Urribarres en honor a él. Planteamos que Juanito Águila se encargara de la dirección. Nosotros nos llevamos como familia”.

Moré es un referente pedagógico y humano; un hombre de hablar pausado y tranquilo. En cada palabra suya encontramos sabiduría y comprensión. En su actuar prima el compromiso pedagógico, actitud que ha asumido con entereza y que lo define. Por su obra de vida, hoy se le puede considerar como el maestro de maestros del contrabajo en Villa Clara.

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Sandra M. Busto Marín

Licenciada en Música con perfil de flauta. Diplomada en Pedagogía y Psicología del Arte, Pedagogía Musical y Educación por el Arte. Máster en Arte. Todo en el Instituto Superior de Arte de La Habana.

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