Tolerancia cero con quienes afectan la alimentación del pueblo en Cienfuegos

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No pocos esfuerzos y recursos financieros destinan el Gobierno y el Estado cubanos para garantizar la alimentación del pueblo, aun en las actuales circunstancias marcadas por el recrudecimiento del bloqueo genocida de los Estados Unidos y la pandemia de la Covid-19. Un contexto en el que todo se dificulta y lleva a la adopción de medidas audaces.

Una de estas ha sido, precisamente, la de vender —desde el pasado mes de abril— una libra de pollo sin subsidio, al precio de 19.55  pesos moneda nacional, a cada consumidor del país. Para que se tenga una idea, en Cienfuegos se requirieron unas 191,4 toneladas para llegar hasta los más de 398 mil consumidores inscriptos en el registro habilitado a tales efectos, agrupados en 145 mil 409 núcleos familiares.

De ahí que el proceso de distribución y expendio haya sido un tema recurrente en la conversación de vecinos y familiares, pero también en el ojo avizor de quienes tienen como encargo velar por el cumplimiento de lo dispuesto en cuanto al precio, el peso, la calidad, el respeto del horario de venta; en fin, de quienes velan por la protección al consumidor.

Lamentablemente, una vez iniciado el expendio del demandado alimento, aparecieron quejas de la población, y de inmediato se activaron las acciones de control por la Dirección Integral de Supervisión (DIS) y el Grupo de Enfrentamiento Provincial del Gobierno en la Perla del Sur.  En más de un caso no faltó razón a quienes se sintieron esquilmados, bien en el importe abonado como en el peso.

EL LADO OSCURO…
Seguimiento al expendio de la canasta familiar normada y otros productos. /Foto: Tay B. Toscano
Seguimiento al expendio de la canasta familiar normada y otros productos. /Foto: Tay B. Toscano

Insisto en la idea de que una medida tan noble para beneficiar al pueblo trabajador no debió tener ni un atisbo de turbiedad en su devenir; pero hay quienes se aprovecharon de su condición de casilleros y afectaron a sus conciudadanos, tal y como sucedió en la casilla La Deseada, ubicada en la entrada del asentamiento El Junco, perteneciente a la zona número 3 de Pueblo Griffo, en el municipio cabecera.

“Se pudo  determinar al llegar al lugar que ciertamente se le cobró a un consumidor por tres libras de pollo a razón de  20.00pesos, cuando en realidad eran $19.55”; así refiere Florentino Pérez Valladares, especialista provincial del órgano de Gobierno

“Se demostró la violación del precio. Al preguntarle al administrador planteó que desconocía que era a $ 19.55, y tampoco poseía el listado de precios. Se realizó un control general de la casilla, arrojando un sobrante de pollo de acuerdo con la venta realizada y mercancía recibida de 2.52 libras y 184 pesos de más, de acuerdo con el cuadre efectuado.

“Asimismo se detectó una caja de pollo que en el momento del control no fue declarada,y no poseían el listado de precios de otras mercancías recibidas, tales como puré de tomate, mojito ydulce de fruta bomba”.

Otro caso nada halagüeño si de la venta del pollo liberado se trata, resultó el de la casilla Los aliados, ubicada en el barrio de Las Minas, también en la ciudad de Cienfuegos.

En el momento de la supervisión, efectuada por especialistas de la DIS provincial se encontraron diversas dificultades. A ellas se refiere Miriam Díaz Hernández, inspectora: “Se detectó que el casillero, que es a la vez el administrador de la unidad y el mercado anexo, no poseía el cartabón establecido para registrar el control de la venta de pollo, además cuando llegamos se divulgaba en la pizarra que la venta se entendía por 48 horas, cuando en realidad era por cinco días. Al mismo tiemposimultaneaba actividades, pues vendía el pollo y manipulaba dinero sin observar las normas higiénico-sanitarias previstas. En sentido general la higiene de la unidad no era la más apropiada”.

Mas las relacionadas no fueron las únicas violaciones; tal y como apunta Miladys Páez Rodríguez, jefa de grupo de trabajo por cuenta propia de la DIS: “En el trascurso de la supervisión se detectó un faltante de dos cajas de pollo (90.42 lbs) y su equivalente en dinero, aproximadamente mil 767.71 pesos en moneda nacional. En el caso de la bodega encontramos que el dulce de frutabomba en almíbar (a granel) que se expendía ya estaba vencido; por supuesto para comprobarlo llamamos a la zona comercial y fue mandado a retirar de la venta de inmediato”.

CORRECTIVOS PARA LOS INFRACTORES

El comportamiento antes descrito resulta totalmente inconsecuente con los preceptos de nuestra sociedad; por tanto no quedó impune: ambos administradores fueron separados definitivamente de sus funciones, y al momento de practicarse la inspección recibieron multas.

“En el caso de la casilla  La Deseada y según la legislación vigente, el casillero recibió un correctivo consistente en “una multa por el Decreto Ley 227 artículo 1b) por valor de 100.00 pesos, que al duplicarse totalizan 200.00 pesos moneda nacional”, precisó  Florentino Pérez Valladares.

Por su parte, “al administrador  de ‘Los Aliados’ se le aplicaron dos multas: una por el Decreto Ley 227, artículo 1b) por 100.00 pesos (se duplica) y totalizan 200.00 pesos. Igualmente por el Decreto 272  18r) (Higiene) se le aplicó multa por valor de 100 pesos moneda nacional, igualmente duplicada”, explicó Miladys Páez Rodríguez, jefa de grupo de trabajo por cuenta propia de la DIS.

La alimentación del pueblo es una de las principales prioridades del país en todos los tiempos, máxime ahora que el recrudecimiento del bloqueo imperial y la expansión de la pandemia provocada por el nuevo coronavirus hace mucho más difícil adquirir alimentos. No habrá tolerancia con quienes la afecten de manera deliberada.

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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