Tocar el pan, con amor y esperanza

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 12 segundos

Al parecer, nadie sabe a ciencia cierta cuándo y dónde el hombre comió pan por primera vez, aunque la historia y la literatura dan cuenta de su existencia desde los albores de la humanidad. Hay quienes otorgan a los antiguos egipcios o a los babilónicos el mérito de ser los fabricantes pioneros de ese producto. Mas poco importa si fueron ellos o no, pues el pan llegó a cada rincón de la tierra y se convirtió en símbolo de la alimentación universal.

Con elegancia lo dijo el poeta español Eladio Cabañero: “Puesto sobre la mesa el pan premia y bendice”, por eso es recibido con agrado en casi todas, desde las más sencillas hasta las más opulentas. Preferido en desayunos y meriendas, pocos prescinden de él en la dieta diaria, de ahí que tanto mortifique cuando ven menguada su calidad. Esta no es siempre aliada del pan destinado a la venta normada, el de 0,05 centavos, el que muchos padres esperan para el bocadillo de sus pequeños durante el receso escolar.

“Periodista, quiero pedirle algo: hable de la calidad del pan aquí en Lajas. Últimamente no hay quien se lo coma, da pena dar eso a los niños para merendar…; escriba sobre eso, no podemos continuar así, alguien tiene que hacer algo…”. Aquellas palabras dejaron el sabor de la urgencia ante el reclamo de una lectora, una ciudadana confiada en que la prensa puede (a fin de cuentas, tiene esa misión) ayudar a resolver los mil y un problemas que se presentan en el finísimo y complejo tejido social en el cual nos desenvolvemos.

Y sabíamos ella y yo que el asunto es recurrente, que el pan ha sido tema de más de un trabajo en nuestro semanario, pero, así como persiste la insatisfacción por su mala calidad, pervive el reclamo del pueblo por voltear la hoja, cuando a sus manos llega una hogaza poco agradable al paladar, se deshace al partirlo o se cubre de moho apenas 24 horas después de hecho.

En busca de una explicación, llegué hasta la panadería Dionisio San Román, en Lajas, donde Haydée Martínez Rosuero, administradora, comentó sobre la inestabilidad en la calidad de la harina durante los meses de febrero y marzo, la cual contenía un bajo por ciento de gluten, aspecto que frena la fabricación óptima del gustado producto.

Me aseguró Haydée (y lo constaté durante mi visita) que en ocasiones han debido arreglárselas con cuatro tipos de harina, mezclándolas para sacar algo mejor, y agregó que el estado de la levadura también ha tenido problemas.

Coincidió con ella Pedro Benítez Sardiñas, director de la Industria Alimentaria en dicho municipio, quien afirmó que técnicos, administración y dirección, de conjunto realizan pruebas constantes con vistas a incrementar la calidad de ese alimento. “La harina no tiene la composición requerida para el pan que la población necesita, pero hacemos esfuerzos para entregarles uno mejor. También tenemos dificultades con el núcleo y la levadura, no todas son del mismo código y algunas no tienen los requerimientos para el proceso de fermentación. Los técnicos provinciales realizan exámenes y mandan una carta sobre cómo se deben combinar con vistas al mejor resultado”, explicó el directivo.

Para las condiciones con las cuales elaboran el pan, dijeron los entrevistados, el producto final sale bastante aceptable, pero reconocen que los consumidores necesitan y anhelan algo superior.

¿Revisar la fórmula? ¿Asemejarla a aquella bajo la cual fabrican el pan para la venta liberada, mucho más atractivo al paladar? Quizás por esa vía se llegue a la meta de las soluciones, pues si bien es cierto que las posibilidades económicas permiten a algunas personas renunciar al producto normado (por su baja calidad) y consumir solo el de 3,00 o 4,00 pesos (flautín o de corteza dura), todavía un número considerable debe atenerse solo al ofertado por la libreta, ese que igual merece algo de dignidad y, como también escribió Cameño, para tocarlo hay que “apurar nuestro poco de amor y esperanza”.

Visitas: 255

Yudith Madrazo Sosa

Periodista y traductora, amante de las letras y soñadora empedernida.

8 Comentarios en “Tocar el pan, con amor y esperanza

  • el 18 abril, 2018 a las 9:11 am
    Permalink

    Si la causa de la mala calidad del pan y la galleta radica en la calidad de la harina,
    ?de donde viene entonces la harina que con que se hace la galleta de los particulares
    y el pan de Doña Nelly?

    Respuesta
  • el 17 abril, 2018 a las 3:11 pm
    Permalink

    Muy de acuerdo con nitza armas fraga,me falto decirlo en el comentario anterior.

    Respuesta
  • el 17 abril, 2018 a las 11:55 am
    Permalink

    Buenooo las galletas son rompe muelas,a mi personalmente me ha roto 3, ya no las consumo, el pan de la bodega para mi no existe,ni me molesto en comprarlo, me queda el de 3 y 4 pesos que me da bastante trabajo empatarme con el, porque cada vez que voy a la panaderia de la calle San Carlos por ejemplo que es la que mas cerca me queda, no hay la mayoria de las veces, parece que los vendedores ambulantes se lo llevan casi todo. Voy a tener que comprar los materiales y aprender a hacerlo yo misma. Saludos.

    Respuesta
  • el 17 abril, 2018 a las 11:43 am
    Permalink

    no es posible que el pan tenga tan mala calidad a nivel general lo mismo panaderias de la cadena como la del normado, como digo yo, los de a pie, no le echan lo que se debe y en ocaciones no tiene el peso o el gramage que es por eso que se pone blanco como dice…el pan es harina y agua, agua y harina y así enriqueciéndose a costa del lucro.

    Respuesta
  • el 13 abril, 2018 a las 4:02 pm
    Permalink

    En Ramón Balboa, Lajas; posiblemente sea allí donde se consuma el peor pan de esta provincia: ni los puercos se merecen una cosa así, con tan mala imagen y calidad.
    Solo queda echarse a reir y tomar algunas fotos del funesto pan, que al parecer es el que nos merecemos.
    Lo verdaderamente curioso de todo esto es que: en otros tiempos de más crisis, las panaderías apostaban por un pan aceptable. Ahora, verdaderamente no sé a qué nos enfrentamos; ¿al León de Nemea o a la Hidra? Es tan difícil hacer un pan que nos podamos comer sin hacer después una mueca de repulsión?

    Respuesta
    • el 16 abril, 2018 a las 9:50 am
      Permalink

      Es la pregunta que siempre nos hacemos Delvis. Lo mismo sucede con las galletas de sal que se venden en la cadena de mercados Ideal. ¿De quién será la culpa?
      Saludos, Yudith.

      Respuesta
  • el 13 abril, 2018 a las 3:09 pm
    Permalink

    Necesitamos que el pan normado tenga mejor calidad. No porque sea subsidiado debe hacerse con la fórmula con la cual ahora mismo se elabora. Gracias por comentar, Elio.

    Respuesta
  • el 12 abril, 2018 a las 2:44 pm
    Permalink

    el pan de 5 centavos no puede tener tan mala calidad y el liberado mejor al parecer sucede nacionalmente en Aguada de Pasajeros la panaderia era ese el digusto de las personas por varias semanas, no todos pueden dar 3 o 4 pesos para la merienda de los escolares la harina que no tiene calidad no comprarla para hacer el pan de población o mejor procesarla para los animales que también le gusta el pan.

    Respuesta

Responder a Delvis Toledo desde Cienfuegos Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *