Teatro bufo cubano sigue vivo en Cienfuegos

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El teatro bufo cubano es una expresión genuina de la cultura cubana. Sus personajes casi siempre marcan una trilogía clásica: el negrito, la mulata y el gallego. Constituyó sin lugar a dudas, un fenómeno subversivo para la Cuba colonial, ya que colocó en escena a personajes y ambientes marginados, verificando así un ejercicio crítico que se potenciaba con sus burlas hacia la administración española.

En fechas actuales, luego de tanto tiempo, el teatro bufo sigue latente en las tablas, mostrando la mezcla de cultura cubana. Continúa la mulata y el negrito, encarnados por Beatriz Sarduy Córdova y Ricardo Rosario Hernández, actores del Centro Dramático de Cienfuegos que luchan contra el tiempo y el olvido junto a sus personajes.

El día de nuestro encuentro Beatriz tiene un vestido ajustado rojo brillante, una cinta del mismo color y unas botas negras de tacones altos y cordones. Sus movimientos son cortos y limpios. Se ríe en voz alta y hace guiños de esbozada picardía. Las argollas son doradas, grandes y un tanto eléctricas. Le dice algún parlamento entre risas al “negrito”. Él le responde “!Ayyyy, mulata!”. Los dos no paran de sudar.  Mientras tanto, el público aplaude con euforia. Así comienza la escena.

“En el año 2004 se empezó a hacer un espectáculo que se llamaba Vueltas al parque, era una serie de cuentos que ocurrían en un mismo lugar: el parque. El primero de esos cuentos era una representación del teatro bufo, yo hacía de mulata. Ese espectáculo se presenta al concurso Arquímedes Pous y Luisa Martínez Casado. El Centro Dramático obtuvo el premio de actuación femenina por mi representación de la mulata. Desde ahí comenzó mi personaje hasta el día de hoy”, comenta la actriz.

“Una de las características del teatro bufo —explica— es representar lo que está pasando en la sociedad y apropiarte de determinadas situaciones a través de frases, dicharachos, ocurrencias. Es muy rico”.

Beatriz ha trabajado con varios actores encarnando el personaje del “Negrito”. Ricardo Rosario Hernández es su compañero desde hace tres años, a quien los amigos lo llaman “Riki”. Alto y delgado, tiene los ojos verdes y unos espejuelos redondos, delicados como un trozo de seda. No es de Cienfuegos, pero hace años que vive aquí, que “se enamoró de la ciudad”. Ricardo, el “Negrito”, es blanco. Maquillarse para encarnar el personaje forma parte de su rutina.

Una representación del teatro bufo./Foto: Cortesía de los entrevistados

“En ocasiones me pregunto por qué hay tan pocos negros que hayan representado al ‘negrito’. Aunque también el teatro bufo se trata de eso, de apropiarte de otras esencias, que el actor tenga que maquillarse, que encarnar otra persona.”, expresa el actor con una voz fina y melódica.

Comenta Beatriz que representar la mulata no es tarea fácil porque no todas las mulatas son iguales. Tienen la misma esencia, pero diferentes técnicas. Está la mulata de los años 20, la mulata más clásica y la mulata actual que tiene otras maneras y sucede de igual forma con el negrito.

“Está el negrito más clásico, el negrito más parejero, y este último es el que yo represento. La peculiaridad radica en que puedes disfrutar de la improvisación. También es muy importante la empatía. Beatriz y yo, fluimos muy bien a la hora de actuar, siempre estamos a la expectativa para que no se nos vaya el hilo. Aprovechamos mucho al público en el momento de actuar ”, expresa Ricardo Rosario.

Resulta imprescindible en este tipo de teatro bufo la utilización del doble sentido y la ambigüedad. Beatriz y Ricardo aprovechan escenas cotidianas para representarlas. Entre los nombres de sus guiones se pueden encontrar: “La harina”, “El reloj”, “El fumigador”, “Tamales”, entre otras.

“El objetivo principal del teatro bufo no es reír, su carga humorística es importante pero no definitiva. El público se ríe por la picardía que tenga el guion y por la forma en que se dice. Puesto que el negrito y la mulata originalmente se utilizaban de pasacalles, el tiempo de las representaciones es corto. En ocasiones mezclamos los guiones para que sea más largo”, comenta el actor Ricardo Rosario.

Beatriz Sarduy junto a Ricardo Rosario en una representación bufa del negrito y la mulata. /Foto: Cortesía de los entrevistados.

Las representaciones tradicionales de la mulata predominantemente sexistas y racistas, los clichés, y estereotipos, con su gracia “sandunguera” y un físico exuberante, también comenzaron a formar parte de las tablas en el siglo XIX. En las obras de teatro bufo existen diferentes tipologías femeninas: la mujer negra, la mulata, la gallega, la campesina, la blanca ama de casa, entre otras.

“La mulata en el bufo es más que aquella mujer apetitosa y bonita. También es muy importante el contexto y la época en que se crearon estos personajes, pero aun así las actrices podemos en algún momento sentir algún tipo de acoso en la representación o después de la misma. Si he sentido acoso”, sostiene la actriz Beatriz Sarduy.

Beatriz, al unísono de ejercer como actriz en el Centro Dramático de Cienfuegos, hace más de diez años que trabaja como payasa. Beatriz o “Betica” como es conocida en el mundo infantil, se enfrenta constantemente a dos públicos: los niños y los adultos. La “mulata” de las representaciones del teatro bufo también hace sonreír a los pequeños.

“Nunca me desvinculé de ser payasa. He hecho varios proyectos infantiles con este personaje y me gusta mucho. Vinculo la familia con “Betica la payasa”, los niños juegan, pero también aprenden. El crítico más exigente son los niños, si no les gusta el espectáculo se van”, expresa Beatriz Sarduy.

Ricardo Rosario comenta que la a estampa bufa está luchando contra el tiempo. A pesar de ser una representación teatral antigua, el público esta ávido de ella y lo reciben como algo totalmente moderno, lo disfrutan. Su vigencia también se manifiesta en las generaciones tempranas.

El teatro bufo aún está vigente, recobra vida con el taconeo de Beatriz y el maquillaje saturado de Ricardo. Recobra vida con las risas de estos personajes, con su humor, con sus gestos, con sus gritos, con sus vueltas. La mulata y el negrito aún están vivos en la ciudad de Cienfuegos.

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Taylin Jiménez Sevilla

Estudiante de Periodismo de la UCLV

Un Comentario en “Teatro bufo cubano sigue vivo en Cienfuegos

  • el 3 noviembre, 2020 a las 8:58 am
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    Beatriz es una actriz muy talentosa. Saludos.

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