Tania entre las sombras en busca del Sol

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Quizá el criterio del Che de que con las mujeres el enemigo tenía un trato menos rudo, pues ellas inspiran menos sentimientos de peligro que los hombres idea que nos recuerda la escritora y periodista Onelia Chaveco en el prefacio de su libro Tania la guerrillera clandestina en Cienfuegos y certeza, por añadidura, compartida por escuelas de espionaje desde tiempos ha motivó que se pusiera tanto empeño para foguear en la “labor en las sombras” a esa legendaria luchadora antes de su partida a Bolivia.

Este testimonio, cuya primera reimpresión por Ediciones Mecenas verá la luz en breve, observa, paso a paso (en cuanto constituyó a ojos vistas difícil labor de indagación, pues el compartimentado clima seguido en la Inteligencia impide atar nudos explicativos con facilidad) el trabajo de preparación de Haydée Tamara Bunker Bider: la célebre Tania en nuestros predios.

A lo largo de una semana, antes de partir para el país suramericano, se curtió aquí en la esencia y sentido de lo que debería ser su futura misión. Ese breve, pero intenso período de adiestramiento desarrollado en Cienfuegos (el plan teórico-operativo en realidad se extendió por varios meses e incluyó también a la provincia de La Habana) demostró, y la Chaveco así lo considera en su libro, lo siguiente:

(…) que era mucho más amplio el abanico de posibilidades de la mujer para respaldar la lucha de liberación nacional de los pueblos, porque de hecho probo cuán conveniente y efectivo es el trabajo de las compañeras en la primera fase de preparación de la lucha armada, pues es capaz de recopilar información de todo tipo: económica, política y social, con el fin de tener un cuadro más completo y trazar la táctica y estrategia para radicar al grupo insurgente o a la propia guerrilla”.

Es Cienfuegos, tesis defendida por la investigadora Onelia Chaveco, el sitio convertido en laboratorio de ensayo perfecto de Tania para prepararse en todo lo anterior, pues pudo aplicar las técnicas aprendidas, en condiciones muy reales, como si fuera una agente infiltrada que opera sola y sin apoyo en una ciudad desconocida.

La revolucionaria internacionalista, nacida en Argentina en 1937, miembro activo de la Juventud Libre Alemana, llegó a Cuba a inicios de los ´60, para imbricarse de forma inmediata al proceso social en ciernes y manifestar un cariño notable por Fidel, Raúl, el Che y otros líderes.

Tania en Cienfuegos

Seleccionada para las tareas de inteligencia arriba descritas, la joven argentino-alemana pone pie en nuestra ciudad el 21 de febrero de 1964. Tania la guerrillera, clandestina en Cienfuegos rastrea cada paso de ese itinerario mediante abarcadora pesquisa histórica sustentada, en lo fundamental pero no únicamente, en fuentes activas como oficiales de nuestra Seguridad del Estado, personas con las cuales se relacionó y otras que por distintas razones se vincularon a ella aquí, hasta Ulises Estrada Lescaille, miembro a la sazón del Departamento de Operaciones Especiales del Ministerio del Interior, quien la entrenó en el trabajo clandestino.

Onelia apela, además, a los informes de Tania desde Cienfuegos, para exponer al lector las características de sus distintas misiones en el territorio; así como a declaraciones recogidas en el volumen Tania, la guerrillera inolvidable, publicado en 1974 por las investigadoras Marta Rojas y Mirta Rodríguez Calderón.

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El texto de Mecenas (con la edición y corrección interior a manos de Yaneidis Ortiz Valladares y Roberto C. Berroa Cabrera; la corrección de Melba Otero del Sol y Alicia G. Martínez Lecuna y el diseño de cubierta a cargo de Nelson Costa Rodríguez y Roberto C. Berroa Cabrera) porta como valor agregado un rico testimonio gráfico de los nombres, sitios y objetos ligados a la labor de la revolucionaria en esta provincia.

Incluye, asimismo, un acápite de anexos contentivos de los planes de trabajo para ser cumplidos por la agente Tania, de la Operación Fantasma, en la Perla del Sur, su récord de comunicaciones por radio e informes sobre la práctica realizada aquí hasta el 1 de marzo de 1964.

Tamara Bunke cayó el 31 de agosto de 1967 en Río Grande, Bolivia, en medio de una emboscada, junto al grupo de la retaguardia dirigido por Joaquín (Vilo) Acuña. Lo hizo creyendo, en ese instante y siempre, en una causa. Y este libro supone no solo merecido, sino necesario homenaje a esa fe, al sentido ético y proyección solidaria de una de las grandes mujeres de la Revolución Cubana.

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Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

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