Talleres de Verano en la Sociedad Gráfica de Cienfuegos: oportunidad para grabar el arte

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Más de ocho años de experiencia acumula esta opción estival, concebida para julio y agosto por la Sociedad Gráfica de Cienfuegos, de conjunto con el Consejo Provincial de las Artes Plásticas.

Son diseñados para niños, jóvenes, también adultos, no importa la edad. No se demandan destrezas, salvo el interés. Los talleres de verano de dibujo, pintura, grabado, son oportunidad de adentrarse en el mundo de las artes visuales, y aprender junto a renombrados creadores de esa manifestación en la provincia.

La Sociedad invierte en ello el tiempo y el saber acumulado por sus integrantes, provee materiales y equipamiento, a los que de manera gratuita pueden acceder los cienfuegueros.

Rafael Cáceres, a cuya entrega e ingenio se deben la continuidad de ideas como ésta, (que iniciara la anterior presidenta del Consejo de las Artes Plásticas, Ruby Rodríguez), delineó cuatro cursos, con igual número de encuentros cada uno, durante el mes de julio.

“Lunes, martes, miércoles y viernes, a las 9 de la mañana se inician las clases- talleres, ideadas para dar el ABC, y hasta un D, sobre diferentes técnicas de grabado”.

Los lunes está dedicado a la monotipia, procedimiento que utiliza planchas de cobre pulido, cerámica  o cristal, sobre las que se pinta con óleo, tintas o acuarelas, para dejar una impresión en papel, auxiliándose de una prensa.

Ese es conducido por el propio Cáceres, y el martes el joven Alexander Cárdenas  dedica su charla práctica a la técnica de la colagrafía, procedimiento experimental que sustituye matrices tradicionales por diferentes materiales adheridos, sobre los cuales se realiza la impresión.

“Los miércoles, se imparte collage, con Mario Cruz, (Mayito), y el viernes, el experimentado Nestor Vega los introduce en la pintura.

ESPACIOS VACIOS

“Tintas, pinceles, tijeras, cuchillas, prensas, todo de lo que dispone el taller de la Sociedad Gráfica, de sus profesionales, está a disposición de los alumnos”, afirma Cáceres, uno de los fundadores del colectivo allá por 1998.

Sin embargo, a diferencia de otros años, esta vez la afluencia es minúscula. Apenas siete acudieron este martes a la segunda sesión de colagrafía: entre ellos dos artesanos, miembros de la ACCA, dos pintores “de formación autodidacta”, una joven que iniciará en septiembre estudios en el Instituto Superior de Diseño (ISDI), y otros dos estudiantes de artes plásticas. Todos con incuestionable avidez por aprehender los ancestrales secretos de la impresión.

“En otras ediciones de estos cursos concurrían entre 20 y 25 personas, sobre todo niños, pero eso ha ido mermando, lo cual es lastimoso porque se trata de una opción formadora vocacionalmente, interesante y amena manera de transmitir y adquirir cultura, atractiva, a mi modo de ver, para pasar el tiempo libre, y con total garantía de materia prima para aprender de este arte, gratis…Y luego muchas veces escuchas a los propios jóvenes cómo se quejan de disponer de pocas opciones.

“La escasa divulgación podría ser una de las razones, aunque se hizo a través del promotor del Consejo, y de la Dirección de Cultura —infiere Cáceres—, pero no es suficiente, creo que debemos  utilizar más la radio, la televisión, la internet, porque hay que ver cuántos jóvenes y niños permanecen horas en los sitios de conexión wifi, o jugando en celulares…”.

Las redes podrían ser una fuente promocional, en tiempos en que son otras e inequívocamente tentadoras, las nuevas formas de consumo de contenidos audiovisuales. Esa es otra clave para entender la merma de concurrencia a los atractivos talleres de verano, otrora tan codiciados en los meses estivales.

“Para agosto coordinamos con la Escuela Vocacional de Arte Benny Moré, e impartir un curso intensivo a los alumnos de la especialidad de grabado, durante una semana, específicamente sobre la colagrafía.

“Es una técnica en la que estamos interesados en prepararlos para la próxima edición del certamen Belkis Ayón, que igualmente ha tenido un declive en su participación, y ni nosotros mismos nos exoneramos, aun cuando somos quienes gestamos la idea,  convocamos al salón y luego no participamos”,  reflexiona el actual presidente del Consejo Provincial de las Artes Plásticas.

“De cierta manera comenzaremos intentándolo al revés: trayendo estudiantes de este arte, y tal vez por esa vía logremos también atraer a otros jóvenes”.

De cualquier modo, el curtido grabador y maestro de generaciones, y sus seguidores ahora integrantes de la Sociedad Gráfica, no cejan. Abren cada mañana de verano su taller para iniciar a sus discípulos el arte de grabar.

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