Tairelys, la muchacha del brazo de oro

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Tairelys Izaguirre Ramos resulta una mujer fuera de lo común. Corre por sus venas una valiosa riqueza: porta el grupo sanguíneo O negativo, conocido como Universal. Es donante hace más de siete años, y no desiste, porque cada vez que le llaman por una urgencia, conoce muy bien se trata de salvar una vida y extiende su brazo sin pensarlo dos veces.

Para las transfusiones de emergencia, el tipo O negativo tiene el menor riesgo de causar reacciones graves para la mayoría de las personas que la reciben. Por ese motivo se le denomina donante universal.

“He aprendido a cuidarme desde que conocí lo que significa aportar: no fumo, trato de comer y llevar una vida sana; implica mucha responsabilidad cada entrega.

“¿Qué cuánto me pagan?”, responde a mi interrogante con otra pregunta, se asombra, y responde: “Claro que nada”.

La conversación transcurre mientras la chequean, con complementarios de rutina y un examen físico, permanece a la espera del “apto para donar”.

En un aparte con el Dr. Pedro Sánchez Frenes, especialista en Laboratorio Clínico y un profesional imprescindible del “Banco”, abundamos sobre la importancia del grupo O negativo:

“Se trata de un grupo poco frecuente entre la población, solo un diez por ciento lo porta, y es utilizable para cualquier tipo de receptor; sus glóbulos rojos pueden ser administrados a todos. Este donante es escaso y se controla para las emergencias, casi es parte de nuestro colectivo”.

Yaneris Puerto Fragoso, la técnico en Medicina Transfuncional, confirma que Tairelys está apta para donar, y de inmediato se alista el equipo: le ayudan a colocarse unas botas estériles, a cumplir con las medidas higiénicas, le ofrecen una bebida para estar hidratada, y lista, la dejo acostada con su brazo extendido.

Antes de despedirme inquiero más sobre su vida personal, y me cuenta que es madre de tres niños y se desempeña como especialista de capital humano en la Delegación Provincial de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. Pregunto en qué transporte vino y me dice que caminó desde su trabajo, más de un kilómetro, por lo que debió refrescarse antes. Y así de sencilla resulta esta mujer, que no se quejó. Quizá le falten muchas cosas materiales, sin embargo, le sobra valentía a esta mujer enorme para entregar su sangre y salvar vidas.

Cada entrega es un compromiso./Foto: Magalys Chaviano.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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