Cuatro disparos bajo la fría llovizna de agosto (*)

Una llovizna fría, impropia de la época, se cernía democráticamente sobre la ciudad de Cienfuegos.

El joven Federico Duménigo salió con prisas de su casa en la esquina del Paseo de Arango con la avenida de Reina. Eran pasadas las ocho de la noche del domingo 22 de agosto de 1926 y tenía la intención de pasar un buen rato en el Cienfuegos Yatch Club.

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