Suculentas

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La palabra suculento o suculenta, desde el punto de vista etimológico, viene del latín sucus que quiere decir jugo, y la partícula lento, que indica abundancia. Al citar este adjetivo nos estaremos refiriendo a algo jugoso, apetecible y muy rico.

Ahora bien, en el mundo de la Botánica, el término se refiere al tipo de plantas que poseen algún órgano o parte especializado en almacenar agua en mayor cantidad que las restantes especies del universo vegetal. Una característica particular, es que las hojas y tallos en este tipo de matas resultan más blandas, jugosas y carnosas.

Parientes sin ser familia

También conocidas como plantas crasas, plantas carnosas o plantas de hojas carnosas, hay que tener en cuenta que no son una familia propiamente dicho. Los cactus, los agaves o el género Aloe figuran entre las suculentas. También las agavóideas, apocináceas, crasuláceas o las aizoáceas tienen especies que clasifican en ese mismo grupo.

El tipo de vegetales, en cuestión, es resistente y fácil de cuidar. Lo más importante para ellos resulta la luz, ya que deben recibirla en abundancia durante bastante tiempo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunas variedades no toleran bien demasiadas horas de rayos solares directamente, así que las ubicaremos en lugares donde el astro rey incida varias horas al día pero también tengan algunas horas de sombra. El riego no debe ser excesivo. En invierno puede ser suficiente con irrigar una vez al mes y en verano una a la semana.

Si hablamos de suculentas, no podemos olvidarnos de los cactus, probablemente las más famosas de ellas. Existen más de mil 600 especies dentro de esta familia: decorativas, comestibles, enanas y enormes, con espinas y sin ellas.

Todos hemos visto los enormes saguaros (Carnegiea gigantea) del desierto en el cine, pero hay cactus que se adaptan con gran facilidad a otros climas. Un ejemplo muy conocido es el de la chumbera (Opuntia ficus-indica) que se cultiva extensamente en zonas cercanas al Mediterráneo.

La decoración y diseño de jardines con plantas suculentas ha experimentado un auge enorme en los últimos años, convirtiéndose en tendencia entre los diseñadores.

Otra de las grandes conocidas dentro del mismo grupo es sin duda el Aloe,  y la especie más popular es Aloe Vera o Aloe Barbadensis, famosa por sus propiedades medicinales. Muchas empresas de productos cosméticos utilizan el extracto de esta planta por su capacidad hidratante, suavizante y curativa.

Existen estudios que sugieren que la sustancia acuosa de la también conocida por sábila puede ser un magnífico coadyuvante en el tratamiento de quemaduras de primer y segundo grado. Investigaciones apuntan a su posible efectividad contra enfermedades como la flebitis, el glaucoma y la esclerosis múltiple.

Entre las características comunes para las suculentas debe mencionarse que normalmente crecen a modo de arbustos no muy altos, con pocas hojas y tallos que apenas se levantan del suelo. Sus hojas son carnosas y están rodeadas de una cutícula que consigue crear una barrera impermeable entre el exterior y el interior, permitiendo conservar las reservas de agua de la planta. A veces esa suerte de pellejo está cubierto de una fina capa blanquecina que da aspecto aterciopelado a las hojas. Esa película actúa atrapando pequeñas gotitas de agua de la superficie (lluvia, rocío…), garantizando de esta forma una mayor disponibilidad del recurso hídrico para la planta.

Las suculentas saben muy bien qué hacer para sobrevivir, por eso, su intercambio gaseoso se produce de manera diferente al de otras matas. Lo que hacen es abrir sus estomas por la noche para realizar el intercambio de gases, mientras que el resto del vegetal lo realiza durante el día. Esto es así porque durante el horario diurno la humedad del aire es mucho menor y estas especies perderían demasiada agua por la transpiración.

Para posibilitar la captación de la escasa humedad presente en el ambiente, muchas suculentas son pubescentes, es decir, presentan una superficie cubierta de pelillos que retienen el rocío matutino. Otras técnicas empleadas para maximizar la retención de la humedad son la reducción de la superficie en comparación con el volumen de la planta, con lo cual se limita el número de ramificaciones y la longitud de estas, así como el desarrollo de recubrimientos pruinosos en las áreas de hojas y tallos.

Aleja la mala vibra

A saber, los beneficios de tener plantas en interiores de las casas son múltiples: purifican y mejoran la calidad del aire, mantienen frescas las habitaciones y se dice que son capaces de mejorar el estado de ánimo de las personas. Por ello se han vuelto un ‘must have’ de los decoradores adeptos a la tendencia.

En otro orden, ayudan con el proceso de fotosíntesis, ya que además de expulsar oxígeno, liberan a través de la transpiración agua en forma de vapor y ello contribuye a preservar la humedad del ambiente, facilitando la respiración de quienes se encuentran cerca de ellas.

De acuerdo con el feng shui, la filosofía china que permite organizar los espacios para mejorar la energía vital, las plantas emiten distintos tipos de brío según la forma de sus hojas, flores, aromas y de su longevidad.

Se dice que estos seres del mundo vegetal almacenan energía al captar los rayos del sol para realizar la fotosíntesis. Esta se conoce como energía Yang y se transforma en energía Ying a través de la síntesis de compuestos orgánicos que les suministran el alimento a las plantas. El proceso las convierte en excelentes seres vivos para equilibrar el Chi del espacio o recinto donde vivan, trayendo vitalidad y armonía.

Para su cultivo

Hacer tu propio sustrato de suculenta tiene muchas ventajas ya que además de ahorrarte dinero y elaborar la cantidad que realmente necesites, pernite adaptar el sustrato a las necesidades de tus especies. A continuación te ofrecemos cuatro recetas fáciles de confeccionar .

Primera receta

  • Una taza o dos de residuos de café
  • Restos de césped, tierra y hojas de diferentes tamaños
  • Trozos y huesos de fruta y verduras.

Segunda receta

  • 30% arena de jardín
  • 30% fibra de coco para suculenta
  • 30% perlita
  • 10% de humus para suculentas

Este sustrato le aportará consistencia, humedad, drenaje y nutrientes.

Tercera receta

  • 50% arena de río, lavada y gruesa (actuará como drenaje y proporcionará consistencia)
  • 50% sustrato universal (aportará los nutrientes y la humedad necesaria)

Cuarta receta

  • dos partes de tierra
  • una parte de gravilla o arena gruesa
  • una parte de vermiculita (este mineral es conocido por su alta capacidad para retener agua y aportar aireación de sustrato)

Ahora estás en condiciones de enriquecer tu jardín o el feng shui del interior de la vivienda con nuevas decoraciones naturales. A escoger la especie, éxito y adelante.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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