Dayamí Cantero Jiménez: soy la mujer que soy gracias a mi hijo

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Justin Dalier Benet Cantero, es un niño de siete años y es un niño feliz. Aun cuando la naturaleza no lo dotó de todas las capacidades, el amor, la constancia, la paciencia y la certeza de la familia; el personal médico y docente, y sobre todo su mamá, lo han hecho progresar muchísimo.

Ese es el mayor orgullo de Dayamí Cantero Jiménez, una joven espigada, mulata, de buen carácter y hablar bajo, pero firme. Se desempeña como secretaria auxiliar de la Sala Civil del Tribunal Popular Provincial de Cienfuegos.

“Soy la mujer que soy, gracias a mi hijo”, me dice en un momento de la conversación. Viéndola y oyéndola no me cabe la menor duda de que así es. Por su pequeño, deseado, a quien al año de nacido se le diagnosticara una parálisis cerebral, Dayamí ha sido capaz de imponerse a las dificultades y seguir adelante.

“Si ser madre joven es un reto, ser madre joven de niños con necesidades especiales el reto es doble. Resultó un momento duro. Mi reacción fue llorar porque no lograba entender qué había sucedido si el embarazo había transcurrido de manera normal. Fue difícil, si te digo lo contrario te miento”,  expresa. Acto seguido vuelve a confirmar su estirpe decidida: “continué estudiando y trabajando en la medida de lo posible.

“Tuve un apoyo completo de mis compañeros de trabajo, mi mamá, mi esposo y mi familia, pero fue difícil”.

Sin embargo, la vida y la poca evolución en la enfermedad de su hijo la llevaron a apartarse de esas labores. “Estuve un año y medio dedicada por completo al cuidado del niño. Logré que saliera adelante con todo el apoyo de esas personas que me dieron ánimo”.

Hoy, Dayamí está reincorporada plenamente al Tribunal. Por supuesto, el apoyo familiar sigue siendo vital, máxime cuando el niño acude la Escuela Especial José Luis Chaviano Chávez.  “La rigurosidad ahora es mayor, porque además del afecto y el cariño, hay que enfocarse en el aprendizaje. Hay que apoyarlo para que aprenda y es difícil, porque en el caso de mi niño se disocia con facilidad. Tiene mucho dominio propio, tiene su propio mundo y hace las cosas cuando él decide, no cuando los adultos queramos. Ello dificulta un poco más la tarea de ser madre, de enseñar y ser trabajadora. Yo soy la que más tarde llega a la casa y siempre debo tener energías para entenderlo. Es un reto, pero continúo adelante”.

A la par del incremento de los rigores en su quehacer como secretaria auxiliar de la sala Civil del Tribunal Popular Provincial, Dayamí asume los rigores de la educación del pequeño y el esfuerzo que implica llevar adelante los estudios universitarios en la especialidad de Licenciatura en Derecho, bajo la modalidad de curso a distancia.

Aunque confiesa que tiene muy poco tiempo libre, esta joven madre y trabajadora, hace de tripas corazón y su hijo es siempre prioridad: “trato de llevar las cargas de la mejor manera posible sin afectar ninguna de mis responsabilidades. Las personas que atiendo y mis compañeros de trabajo no tienen la culpa de mis dificultades. Me exijo al máximo todo lo que tiene que ver con mi niño.

“He sacado el mejor provecho de la condición de mi hijo. Él me ha hecho ser más segura, menos dependiente de otras personas. Luchar por lo que quiero sin atropellar a nadie, ser determinada, decidida y batallar hasta lograr lo que quiero. No quedarme a medidas, no conformarme porque, por ejemplo, algunos médicos me dijeron que mi niño, no iba a caminar. Sin embargo, no me conformé y fui a la búsqueda de una neurofisiatra y de otros especialistas. Fue duro el proceso que incluyó operaciones de sus piernas, yesos. Pero ahí están los resultados: mi niño habla, camina y se relaciona con otros niños. Es alegre y divertido”.

Y para llegar hasta ese punto, mucho ha batallado Dayamí junto a la familia, con el único propósito de que el pequeño Justin sea como otro niño cualquiera. Por eso no falta la recomendación para otras progenitoras cuyos retoños tengan necesidades especiales: “Es una exhortación a las madres para que no se rindan, para que no escondan a sus niños del mundo. No importa que puedan parecer diferentes, hay que dejarlos relacionarse con los otros. Eso los ayuda a vencer algunas de sus dificultades”.

Los finales de 2019 le trajeron la elección como uno de los mejores trabajadores del Tribunal Popular Provincial de Cienfuegos. Justo sea decirlo, no fue desacertada porque Dayamí tiene un concepto bien definido del deber de trabajar y hacerlo bien: “no me gusta faltar, siento que lo que hago es mi responsabilidad. Esa persona que tengo delante es mi responsabilidad, así como los expedientes que tramito. También me gusta ser bien atendida y que al menos me ofrezcan una respuesta que me haga sentir satisfecha. No creo que sea justo que por tener problemas, debamos hacer pagar al resto de la humanidad por eso”.

Esta joven mujer tiene palabras de agradecimiento para quienes la han “llevado de la mano” en el Tribunal. Eso dice mucho su valía como ser humano. “Soy de las secretarias más jóvenes que tiene la Sala Civil. Me he nutrido de esas experiencias y ahí están los resultados de hoy. He podido ir aprendiendo y compenetrándome con ese colectivo de trabajo, no tomar los señalamientos como cuestionamientos, sino como pautas para mejorar y que en una nueva oportunidad no me los señalen”.

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

Un Comentario en “Dayamí Cantero Jiménez: soy la mujer que soy gracias a mi hijo

  • el 8 marzo, 2020 a las 2:04 pm
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    Conozco a Dayami desde que era una niña, la chica tranquila, inteligente y buena. Soy testigo de su entrega al cuidado de su hijo, de los avances que ha tenido por todo ese amor que recibe también de su abuela Eneida. Me place leer está entrevista a mi pupila de la brigada artística Dionisio Gil.

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