Símbolos nacionales: que el amor a Cuba sea nuestro espíritu

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Son los símbolos patrios la esencia misma de una nación. En ellos se resumen historia y tradición; pero también se asienta, cual base sólida, la actualidad.

Es por ello que no resulte nada extraño que, en nuestro país, se haya presentado un nuevo proyecto de Ley de Símbolos Nacionales, analizado ya por los Diputados a la Asamblea Nacional. También los ciudadanos cubanos tenemos la posibilidad de brindar nuestros criterios a través del sitio digital del máximo órgano legislativo del país.

¿Por qué, precisamente, es la Ley de Símbolos Nacionales, una de las primeras legislaciones que se someterá a aprobación, luego de refrendada la actual Constitución? La respuesta está en su fundamentación:

El proyecto de ley que se propone tiene como objetivo dar solución a la problemática que se aprecia en nuestra sociedad en cuanto a la antinomia que se manifiesta entre lo estipulado en la vigente Ley de los símbolos nacionales, su Reglamento y el uso que hacen e interesan nuestros ciudadanos dar a los mismos.

A partir de este análisis se hace evidente la necesidad de actualizar toda la normativa legal vigente sobre la materia, así como puntualizar y dar mayor precisión a sus contenidos; partiendo del principio de alcanzar una norma que establezca un uso más flexible de los símbolos nacionales para poder apreciar, dentro de un estado de orden y respeto a la legislación, mayor presencia de los mismos en la sociedad, facilitando el conocimiento y acatamiento consciente de esta Ley por todo nuestro pueblo”.

Sin embargo, no basta con esos elementos. Comparto el criterio de Eusebio Leal Spengler, diputado e historiador de La Habana quien, muy acertadamente, ha llamado a calar el sentido del patriotismo en todos los cubanos, respetando siempre la historia y el significado detrás de cada símbolo. “Tenemos que tener en cuenta que lo que estamos discutiendo es un tema de cultura general y de cultura histórica, pues todo proceso que prescinda de la cultura solo genera decadencia”, aseveró.

Y justo ahí, aprecio, está el meollo del asunto. La nueva Ley, una vez aprobada regulará, el uso y tratamiento a cada uno de los Símbolos Nacionales; sin embargo, no debe ser el único asidero que tengamos. Se impone complementar, vincular con el devenir de cada uno de ellos, su rica historia, cómo surgieron, porqué al paso de 150 años siguen siendo orgullo y distinción de Cuba.

Papel importante en ese propósito desempeñan la Escuela y la familia, así como otras instituciones del entramado social cubano. El artículo 74 lo deja clarísimo: “Los maestros, profesores, educadoras de círculos infantiles, auxiliares pedagógicos, entrenadores, instructores educativos y todas aquellas personas encargadas de la atención y educación de niños y jóvenes, están obligadas a dar a conocer a estos, en correspondencia con su capacidad de aprendizaje, las características, significado histórico, uso y honores a los símbolos nacionales establecidos en la presente Ley”. No es una opción, es necesidad y deber patrio.

Vale el conocimiento de este Proyecto de Ley de Símbolos Nacionales, pues en sus cinco títulos, y 76 artículos; así como en sus disposiciones especiales, transitorias y finales, además de dos anexos, se plasman detalles precisos de cómo proceder respecto a la bandera de la estrella solitaria, el himno de Bayamo y el escudo de la palma real, que tal y como se expresa en el artículo 2 son los símbolos nacionales.

Otro elemento que inclina la balanza al conocimiento detallado es que “la norma que se propone es una ley reglamentaria en la cual se fusionan en un solo cuerpo legal los aspectos sustantivos y reglamentarios de todo lo concerniente a los símbolos nacionales, lo que resulta procedente, partiendo del principio de que la ley reglamentaria se puede utilizar cuando se desarrollan preceptos constitucionales, como es el caso, en que se sistematiza el artículo 4 de la Constitución de la República. Además, la compilación en un solo texto legal del tema, permite su acceso y conocimiento por los ciudadanos, contribuyendo a su educación cívica”.

A tono con la conceptualización del modelo económico y social del país, Cuba está dando vida a su nueva Constitución, y el Proyecto de Ley de Símbolos Nacionales es un ejemplo de ello, además de ser el resultado de que, por vez primera, se haga uso de la iniciativa legislativa, en este caso de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos del Parlamento.

Yo creo que los símbolos representan todas las luchas, porque si vamos a ver lo histórico nada más, la bandera fue la de Narciso López, no se olviden de eso, que fue reivindicada por la sangre de los combatientes de diez años de guerra heroica en el 68, en el 95 y todo lo demás. Se convirtió en el símbolo de los patriotas. No hay que buscar el origen. Y también nosotros luchamos bajo la bandera cubana, el escudo y el himno cubano. Es decir, no representan una parte de la historia, representan toda la historia’’, expresó en el año 1983 el líder histórico de la Revolución cubana al participar en el V Periodo ordinario de sesiones de la Segunda Legislatura de la Asamblea Nacional del Popular. 36 años después sus palabras mantienen incuestionable vigencia.

En síntesis, desde el Proyecto de Ley de Símbolos Nacionales que, ahora mismo, todos tenemos la posibilidad de enriquecer, se deja claro que debe ser el amor por Cuba nuestro espíritu para continuar adelante.

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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