Silencio cómplice

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Cuando el pan falta en la casa de los cubanos, un abismo se abre en las jabas que cuelgan en la cocina. Se buscan por todas partes las alternativas para cubrir la ausencia de algo tan vital en la dieta cotidiana. Cuando no se escuchan los silbatos de los vendedores de pan, un escalofrío recorre la ciudad, ese que asociamos a tiempos difíciles.

En la Mesa Redonda, la ministra de la Industria Alimentaria enfatizó: “En los últimos días hemos vivido los momentos más tensos de todo el año en cuanto a suministros, lo que ha obligado a asegurar solo el de la canasta familiar, paralizando un grupo de producciones, e incluso afectando las producciones de la Cadena Cubana del Pan en varias provincias por determinados momentos”.

Entonces las colas se hacen interminables en las panaderías, doblan la esquina, las jabas se multiplican en las manos y las medidas gubernamentales o a nivel de empresa comienzan a sonar en los oídos de los administrativos como método de protección al pueblo.

“La harina que normalmente nos entra tiene un gluten superior a 28; la del mes de diciembre no tiene gluten, es de muy mala calidad. Ello nos demora el proceso tecnológico en nuestras panaderías, estamos tratando de cumplir el plan. Hemos conversado con los directivos de las panaderías y hay orientaciones, no documentos oficiales, de regular la venta para priorizar a la población”, explica Caisel Mengana, especialista de la calidad de la Empresa Cubana del Pan.

Es domingo y los rostros miran insistentemente a un mostrador desierto. Desde la distancia un letrero ubica a los posibles transeúntes: Panadería Juraguá. Es domingo y las madres marcan en la fila para comprar el pan del desayuno y la merienda de sus hijos. Es domingo y los abuelitos pensionados vienen para garantizar el alimento del día. Es domingo y la maestra trae su jaba para llenarla por unos días, porque su trabajo no le permite salir a deshora y adquirirlo. Es domingo y la cola es una serpiente africana.

La gente, nerviosa, se acumula en la entrada, como si estar cerca del mostrador fuera la garantía de alcanzar el alimento. Por demás, los cuentapropistas siguen abasteciéndose del mismo mercado que la población, lo cual genera mayores conflictos.

Comienzan a traer las bandejas con las “bolitas”, y las jabas se abren, abren su boca ante la escasez. Avanza la fila, pero un hombre queda inmóvil justo en la esquina izquierda del mostrador. Para él traen luego una bandeja completa. Mientras, a otro le despachan unos 50 panes.

– ¿No está regulada la venta del pan?, pregunto. La dependiente calla.

– ¿No está regulada la venta del pan?, insisto. La dependiente dice que 25 por persona.

-¿Y por qué a ellos…?, inquiero. La dependiente vuelve a callar.

Nadie responde, porque a algunos no les importa responder, porque piensan que al pueblo se le puede timar; porque el jefe de turno está adentro y tampoco responde; porque lo orientado está en la conciencia, y la conciencia, a veces, es un papalote que se lo lleva el viento; porque a esos pelos canosos que conforman la cola, nadie les debe una explicación, porque sencillamente mañana lo vuelven a hacer y hasta los reconocen un día de estos.

Nadie responde. Y la cola calla ante tanta humillación, porque ya le ha pasado, a veces, en los mercados de la cadena minorista del Comercio; ya le ha pasado, a veces, en las tiendas recaudadoras en divisa; ya le ha pasado en la mayoría de los espacios de servicio al pueblo. Ya le ha pasado.

Nadie responde. Nadie responde, pero cuando la puerta de la casa se abre, los pasos corren al escritorio, se prende la luz, se recuerda que ya la Ministra de la Industria Alimentaria tiene Twitter y las manos comienzan a escribir en esa misión perpetua de luchar contra el silencio cómplice.

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Zulariam Pérez Martí

Periodista graduada en la Universidad Marta Abreu de Las Villas.

22 Comentarios en “Silencio cómplice

  • el 15 febrero, 2020 a las 11:51 am
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    Quiero hablar de los precios impuestos por los “revendedores de pan con derechos especiales”
    Estoy seguro que existen regulaciones que deberían impedir, de cumplirse, que estos individuos hagan lo que quieran con el precio del pan que revenden. Ellos están ofendiendo al más elemental sentido común; no producen el pan que venden, lo adquieren a 3 o 4 pesos en moneda nacional y lo venden a 5, con un margen de ganancia bruta de no menos de 1 peso, en la mayoría de los casos su margen se incrementa a dos pesos por unidad vendida, o sea: que por cada barra de pan adquirida en 3 pesos y vendida en 5, se desliza por el bolsillo del “panadero” (en materia de ganancia limpia) el equivalente al 66,6% de lo que le costó dicha barra. ¿Existe otro país del mundo en el que se le permita a un vendedor operar con tan amplio margen de ganancia? ¿Qué estructuras han estado fallando para permitir durante tanto tiempo un comportamiento tan abiertamente ofensivo en contra del derecho del pueblo?

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  • el 17 diciembre, 2018 a las 4:57 pm
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    No es mejor comprar la harina que sirva? Por favor esto es un dime que yo te diré. El mal se corta en la raíz no en las ramas. Lo que no tiene solución es la pobreza de pensamiento. A quién se le ocurre invertir en harina de baja calidad?? En ocasiones tan pero tan mala que no sirve ni para el consumo animal. La indolencia surge en momentos de crisis. Pero todo esto no sólo lo sabe el que se calla en una cola o el administrador o trabajador, también lo saben Los Altos dirigentes y funcionarios y también se callan sin responderle al pueblo cuando nos quejamos. Es mi sentir, también estoy en contra de los anti valores que estamos practicando.

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  • el 17 diciembre, 2018 a las 9:16 am
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    estuvo muy bueno el comentario pero porque no nos sentramos en la verdadera causa que pasa con el pan. Todo esto lo da la poca oferta de un producto tan demandado, yo soy consumidora de pan y compro a los mensajeros porque no vivo cerca de una padaderia y no dispongo del tiempo para hacer las colas tengo dos niños en edad escolar sera que según la periodista mis hijos no tienen derecho a consumir el pan solo porque yo soy una madre trabajadora que no tiene tiempo para hacer una cola de una hora en la panaderia. La mensajeria es una actividad del TCP aprobada y muchas personas nos beneficiamos de ella. Estoy de acuerdo con criticar lo mal hecho pero seamos un poco realistas señores a pesar de los pesares hoy en Cienfuegos todavia se esta producirndo pan. Sugiero que se pubrique que pasa con otros productos necesarios que no se encuentran hoy en el mercado por ejemplo “el huevo”.

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  • el 15 diciembre, 2018 a las 6:38 pm
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    Con internet o sin ella eso no lo arregla nadie pues hay muchos que ganan con eso, asi que no malgasten su dinero porque nos podemos creer que eso no lo ven los jefes de la cadena del pan, inspectores, y muchos mas que ganan para corregir esos errores. Ojala su comentario lo lean unos cuantos de los que dirigen. Creo que hemos escrito demasiado sobre el tema pero ver la foto que publico nuestra prensa y asi llegar a nuestras propias conclusiones no me refiero a la cola sino los cercanos a la puerta y sus alrededores. Felicitar a los comp de la prensa que destacan estos problemas porque llegara el momento que alguien vea esto y se tomen medidas con los violadores de las instrucciones de la empresa.

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    • el 17 diciembre, 2018 a las 2:35 pm
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      Si hacemos silencio, pensando que NADIE lo va a resolver, somos cómplices

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  • el 15 diciembre, 2018 a las 2:03 pm
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    Gracias por el artículo, era necesario. Sencillamente me llama mucho la atención que en casi todos los que explican probelemas sociales, los cuentapropistas se llevan parte de la culpa. Realmente la tendrán?

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    • el 17 febrero, 2020 a las 11:02 am
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      Perdón, pero sí la tienen. Al menos en este caso tienen una parte de la culpa. Ellos “engrasan” mecanismos para que, en una situación de poca mercancia, los prioricen a ellos en las colas y les den tártaras llenas de pan para revender mientras al ciudadano que lo quiere para su familia le racionan el pan que le venden y le limitan el acceso a este por medio de la cola. Luego salen a vender el pan a 2 pesos más por unidad (el que le costó 2 pesos) y operan con un margen de ganancia bruta sin presedentes para cualquier mercado. Si existen regulaciones que prohiben ventas con semejante margen, estas no se están cumpliendo (eso sí que no es culpa de los revendedores), como también se incumple en la debida protección al consumidor cuando delante de ellos se colocan revendedores a aquirir al por mayor un pan que luego en la calle valdrá 5 pesos pero sin un peso ni una calidad aceptable para ese precio. ¿Quiénes regulan? y ¿Con qué razón llamamos “panaderos” a estos señores?

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  • el 15 diciembre, 2018 a las 10:20 am
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    El maltrato en los centros de servicios es generalizado y lo digo en la más amplia acepción de esa palabra. Qué bien por la directiva de la Empresa Cubana del Pan que dio una respuesta, pero, siempre hay un pero: hasta cuándo nuestros directivos pondrán por delante los esfuerzos que se realizan, las buenas intenciones, el “sacrificio” para cumplir con sus responsabilidades, cuando se trata, precisamente, de eso, se les paga para sacrificarse y esforzarse, cada quien en su misión social. Cuándo escucharemos o leeremos el reconocimiento tácito a lo mal hecho, el compromiso de controlar, de erradicar las malas prácticas y por supuesto, la solución a los problemas… mientras exista una sola queja es que algo anda mal. Gracias Zula por tu agudeza.

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  • el 14 diciembre, 2018 a las 12:17 pm
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    Muy bien por esta periodista joven y por el 5 de septiembre ,es la unica manera que lo que sentimos las personas que son maltratadas tengan a alguien que sea capaz sin esconder nada de poner al descubierto tanta indolencia y falta de respeto .Esperamos se ajuste la vela a quien dirige esa unidad y otras que sucede igual ,porque no es posible que en momentos dificiles que hay que estar como un cañon en lugares como este no se esté ,y se deje a merced de quien no es capaz de respetar a los seres humanos como esa dependienta .Basta de maltratar a quien no lo merece el pueblo.Mis respeto para Zuly

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  • el 14 diciembre, 2018 a las 12:04 pm
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    Estamos atravesando por una situacion dificil con el tema de la calidad de las harinas que se estan recibiendo, queremos que sepan que cuando las harinas no cumplen con los parametros establecidos el proceso del pan se demora y el producto carece de calidad, nuestros panaderos realizan el mayor de los esfuerzos para que llegue al pueblo un l pan aceptable, esto nunca antes habia pasado y sabemos la importancia de este producto para los consumidores , pero necesitamos que toda la poblacion conozca que la empresa tiene la responsabilidad y por eso hemos adoptado las medidas para que llegue este producto de la manera mas equilibrada, por eso se regula la venta y siempre protegiendo al mostrador, y otras medidas por parte de los directivos para tratar de mantener la oferta en dias posteriores. por lo que necesitamos que cualquier inquietud se acerquen a nuestros directivos para ser atendidos por el personal facultado ,aun cuando suceda algun comportamiento inadecuado o violaciones de lo establecido nos lo hacen saber , emitir criterios carentes de fundamento de nuestras panaderias y de nuestros trabajadores sin la debida informacion crea malestar en colectivos que en tan dificiles circunstancias estan trabajando 24 horas al dia y los 365 dias del año,sin que importe dia feriado , festivo , sábado o domingo , un error individual no debiera ser suficiente como para exponer ante la opinion publica y oficialmente a todo un colectivo ,pensamos que en estos tiempos la verdad no siempre se deja ver , hay que buscarla , esa es la clave del exito, cuando todo lo que esta sucediendo es ajeno ha nuestra voluntad pues no somos los proovedores de esta materia prima. Seguiremos trabajando con la dedicacion y el amor que nos caracteriza porque es nuestra razon de ser.

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    • el 14 diciembre, 2018 a las 12:26 pm
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      Gracias por responder, pocas veces leemos a un directivo que se toma la molestia de leer y comentar aquí en el “5” lo que los periodistas escriben, que no es más que el sentir del pueblo. Pero sostengo lo que escribí de la panadería de pan liberado de San Carlos, pongan a alguien ahí a fiscalizar y verán cómo cambian las cosas, el pueblo merece buen trato y que no le roben, como mismo son bien tratados en el médico, la escuela, el teatro… Gracias por tomarse la molestia y cumplir con su trabajo, ojalá otros funcionarios la imiten

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      • el 14 diciembre, 2018 a las 1:53 pm
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        ¿En el médico…..? Cuando vamos a cualquier centro de salud y tenemos un turno, esperamos y esperamos por el médico y no viene, o cuando viene y se cuela el amigo, el conocido, el pariente de un amigo… y salen primero que uno que esta esperando ese médico para que nos atienda. Eso si es ser bien tratado?. En todos los lados hay de que hablar… creo que nada se escapa de nada.

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        • el 14 diciembre, 2018 a las 3:56 pm
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          Por Dios Pili, no generalice de esa manera que no es cierto, cuesta más trabajo comprar un pan que ser atendida por el médico de la familia, sin que cueste un centavo!!!

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          • el 17 diciembre, 2018 a las 8:48 am
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            Es verdad que cuesta más trabajo comprar un pan en estos días que consultarse con el médico pero al final, con respecto a mi comentario anterior no dejo de reconecer que también hay maltrato.

    • el 14 diciembre, 2018 a las 2:10 pm
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      Gracias a todos por sus comentarios. Zoila, jefe del Departamento Tecnico Productivo de la Empresa Cubana del pan, resulta lamentable que a pesar de la situación díficil del pan en Cienfuegos, la dependienta le despache una bandeja completa a un usuario, mientras la cola doblaba la esquina. Los periodistas somos personas del pueblo y tenemos una responsabilidad: denunciar lo que le agobía, además de todo lo bueno que en su nombre se erige, por cierto, también trabajamos los 365 días del año y días feriados. Cada cual a su trinchera y así construiremos una sociedad más justa, de un servicio de calidad. Gracias por su respuesta.

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      • el 17 diciembre, 2018 a las 3:49 pm
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        Hola muy buena respuesta, la verdad muchos trabajamos desde nuestra trinchera y es verdad que al menos en Tulipan no se dejó de sentir los silbatos de los panaderos en las calles……….saque usted mismo sus propias conclusiones. Buen Artiulo felicidades Zulariam.

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  • el 14 diciembre, 2018 a las 9:32 am
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    Muy bien dicho, Zuly. Hace unos días, en esa propia panadería, hice una cola como jamás había hecho en mi vida para comprar unos panes y también vi de todo, personas que salían con las jabas llenas, mientras los otros esperábamos, so pretexto que eran “para la merienda” en sus centros de trabajo al filo de las 6:00 PM !!por favor!! Pero es como dice, cuando algo se deja a la conciencia, suceden estas cosas.
    Creo, además, que es pasada hora de que el país invierta más en la producción de maiz, por ejemplo, cereal del que sale un más sabroso y saludable pan, al fin y al cabo, el trigo es un veneno para los intestinos y no se da en Cuba.

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  • el 14 diciembre, 2018 a las 8:15 am
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    Tremendo comentario, solo agregar que no solo la panaderia de San Carlos es un antro, pasa lo MISMO en la de Tulipan, Arizona, Calzada, por citar las que visito, desdea hace 6 dias ya que en mi casa no se desayuna con pan, suerte la periodista que tiene internet en su telefono y puede hablar por nosotros en varios espacios.

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    • el 14 diciembre, 2018 a las 11:46 am
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      Los periodistas no tienen Internet en sus teléfonos, ni siquiera tienen teléfonos para su trabajo, no se lo pueden permitir, son los profesionales que menos ganan en Cuba, pero escriben para los que tienen Internet propio, en sus trabajos, las universidades, acceso a la intranet, etc, puedan socializar las noticias y el conocimiento, existe el mundo virtual-real más allá de IMO. Pero dicen que saldrá en la versión impresa, y así lo podrán leer quienes no tinen acceso a la Internet, yb le prestan el periódico al vecino, y hasta lo coleccionan debajo del colchón. Aunque no tengamos acceso TODOS, la prensa no se puede quedar detrás y hace su mayor esfuerzo

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  • el 13 diciembre, 2018 a las 10:17 pm
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    Excelente!
    Te felicito.
    Un abrazo.

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  • el 13 diciembre, 2018 a las 7:19 pm
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    Muy bien por el “5”, que nos aclara las dudas y pone al descubierto un problema que es económico pero social. La panadería de la calle San Carlos es un antro, las dependientas maltratan al público y a los viejitos que se dedican a comprar pan para vender en los barrios, amparados en el cuantapropismo, que no todos son viejitos y los hay maltratadores y que hacen bulling a los viejitos. Voy a esa panadería con mucha frecuencia. Ellas priorizan ahí a personas que comparn el pan para cafeterías y por la izquierda, y le faltan el respeto a la cola, eso está pasando hace mucho tiempo. Tienen tremendo negocio ahí, y los administrativos se hacen de la vista gorda, que los cambien a todos y refresquen el ambiente, que hacen mucho daño. Ahora el problema se agudiza, debería estar ahí un funcionario para controlar y cuidar al pueblo, gracias a la periodista

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