Sanar el deporte

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Desde pequeño soñó con integrar las filas de la medicina deportiva, quizás porque en la niñez fue futbolista “ni malo ni bueno, regular”, disciplina en la cual incursionó hasta la categoría escolar, siempre bajo la tutela del entrenador Carlos Terry. Por eso se hizo, primero, Técnico, y luego, Licenciado en Terapia Física y Rehabilitación, especialidad que lo vio graduarse en 1983.

Claro que su vida laboral no comenzó vinculada al deporte, pues antes hubo de prestar servicios como fisioterapeuta en el Policlínico de Cumanayagua y el Hogar de Impedidos Físicos de Cienfuegos, esta última su ciudad natal. E incluso en la Prisión de Ariza, donde pasó sus aprietos debido a los miles de diagnósticos a enfrentar, algunos desconocidos para él.

Pero en 1991, Miguel Elizarde Herrera dio inicio al cumplimiento de su anhelo, al ingresar en el Centro Provincial de Medicina Deportiva, en esos primeros tiempos junto a Oscar Sánchez y Rafael Chao, dos de sus compañeros de estudios.

Mucho ha llovido desde entonces, y hoy, con 53 años cumplidos, Elizarde reconoce los avances de la institución que constituye una extensión de su hogar, tanto desde el punto de vista de la calificación del personal, como del equipamiento con que cuentan para realizar su labor, aunque lamenta que su Departamento de Fisioterapia sea el menos beneficiado en ese aspecto.

Cree que ha trabajado con todo tipo de disciplinas, pero sabemos que ha dedicado más tiempo al fútbol, béisbol, boxeo, remo y canotaje. El balompié le resulta el más complicado, pues “es un deporte muy traumático y se presenta un mayor número de lesiones”.

Le satisface que por sus manos “hayan pasado” glorias deportivas de la talla de Julio González, Lorenzo Aragón, Máximo Iznaga, Adiel Palma, Norberto González y muchos otros, y opina que la llamada tríada de médico-psicólogo-fisioterapeuta es muy beneficiosa para cualquier equipo de cualquier disciplina.

Su labor ha estado presente en incontables eventos de nuestro país, desde los Juegos Escolares, Juveniles y Pioneriles, hasta la Serie Nacional de Béisbol, certamen en el que tomó parte desde la versión 32 hasta la 51. También ha trabajado en eventos internacionales, como el Campeonato Mundial Juvenil de Pelota Vasca efectuado en Cienfuegos, y el Torneo Giraldo Córdova Cardín de boxeo.

En par de ocasiones ha cumplido misión internacionalista, ambas en la República Bolivariana de Venezuela, las cuales les proporcionaron retos y alegrones. De 2000 a 2003 trabajó directamente con Daniela Larreal, primera figura del ciclismo venezolano. Con ella asistió a los Juegos Centroamericanos de 2003, lid donde “su muchacha” obtuvo una corona.

Luego, de 2012 a 2015, formó parte de los equipos de polo acuático de esa nación, y volvió a la cita regional de Veracruz 2014 para ser testigo del oro de las chicas y la plata de los varones. Con ellos viajó también al Sudamericano celebrado en Costa Rica en 2012, así como a bases de entrenamiento en España, México y Francia.

No en balde atesora varias distinciones municipales y provinciales, y par de veces logró el título de Vanguardia Nacional del Sindicato de la Educación, la Ciencia y el Deporte.

En el estadio Luis Pérez Lozano lo encuentro a menudo, pues los últimos años lo han unido a la selección marinera de primera categoría. Sin embargo, Elizarde no deja de apoyar al polo, el canotaje o cualquier otra modalidad que lo necesite, pues continúa haciendo realidad su sueño. Para él, esto es su vida, y no hay nada más gratificante que poder recuperar a nuestros atletas en el menor tiempo posible.

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Carlos E. Chaviano Hernández

Periodista y Director de programas de televisión.

Un Comentario en “Sanar el deporte

  • el 6 agosto, 2018 a las 11:54 am
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    Buen compañero, servicial y modesto. Me alegro mucho que se haya hecho este trabajo con el amigo Elizarde.

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