San Valentín: Una historia oculta

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A quienes crean que en la repartición de los oficios del cielo tocó a San Valentín encargarse de los asuntos del amor terrenal y que la tradición de celebrar el 14 de febrero el Día de los Enamorados guarda alguna relación con la fecha, les contaré algo sobre la vida de este religioso.

En la Roma de los Césares, bajo el reinado de Claudio existió un obispo llamado Valentín que se destacó por sus acciones de caridad y amor a sus semejantes. Capturado durante una de las más ensañadas persecuciones de que fueron objeto los cristianos, el obispo se negó a retractarse de sus creencias religiosas y terminó decapitado un 14 de febrero.

Satisfecho de haber cumplido con su fe y con su amor al prójimo, Valentín nunca pudo imaginar que pronto se convertiría en protector de la más hermosa pasión de los hombres, pues de cómo se transmutó en santo del amor no consta ni en las sagradas escrituras.

Quien le otorgó el patronazgo de los enamorados y de la pagana celebración ha quedado en el anonimato. Lo cierto es que imponderables han relacionado la celebración universal hasta con la fecha en que los pájaros buscan pareja para anidar.

Por eso es mejor atribuir esta conmemoración a la poesía de la vida misma, que conjura el sublime sentimiento para hacer verdaderamente humana la existencia y aceptarla como alegoría a los más altos valores de la escala universal, apoteosis de ternura y divisa de ascensión.

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Dagmara Barbieri López

Periodista. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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