Sabanazo y los pozos secos

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 51 segundos

Cuando el pozo se seca, el ambiente en Sabanazo deja de ser bucólico. Eso ocurre seis o siete meses al año. Entonces la mirada se clava en el almanaque, a la espera de que llegue el viernes, único día de la semana que entra la pipa para calmar la sed del pueblo, de los tanques estériles, de los cubos tostados por el sol.

“Aunque tengamos el dinero, dependemos de los materiales de Recursos Hidráulicos, y para ellos el dinero no es problema, sino los recursos. Hacen falta tuberías y un equipo hipoclorador para conectar la red de Acueducto a otro pozo cercano a ese poblado (…) Este planteamiento salió ahora en este cuarto proceso, ha sido una inquietud constante de la delegada”, asegura José Andrés López Cristo, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Abreus.

“Hace cinco años que elevamos el problema del pozo, la sequía cada vez es más prolongada en Sabanazo. Siempre nos dicen que debemos esperar al otro año para que se apruebe la inversión, pero no pasa (…) Una buena parte de la población de aquí peina canas y no pueden cargar el agua cuando viene la pipa, algunas casas están distantes del camino”, reconoce Yoelvis Figueroa Sarmiento, presidente del consejo popular Cieneguita.

En 2017 ya hubo una afectación de cinco meses sin agua, antes de que eso ocurriera el tiempo de bombeo (cuatro horas al día) se había reducido a menos de la mitad. “Llevo operando la turbina catorce años, esta situación la tenemos desde hace como tres, lo planteamos y la respuesta fue la pipa los viernes. La gente no entiende por qué no hacen la conexión con otros pozos que son poderosos…”, agrega Neisy Rodríguez Fraga, operadora de estación.

Con la implementación de metrocontadores de agua se reduce el gasto innecesario de ese líquido.

Por dos vías le pudiera entrar el agua al “coco” o, mejor dicho, al pueblo. Una de ella es la procedente de un pozo, perteneciente a la empresa Azcuba que está aproximadamente a 200 metros de la red de Acueducto; para ejecutarlo solo se necesitan las tuberías para cubrir esa distancia, una caseta para resguardar la turbina y el equipo hipoclorador.

La otra alternativa viene de Santa Fe, una comunidad cercana donde nunca se secan sus cuencas hidrográficas. Esta opción demanda un poco menos de un kilómetro de tubería, la construcción de la caseta y un hipoclorador, según enfatizan las autoridades del territorio, lo cual detiene el proyecto por falta de financiamiento. Sin embargo, los pobladores de Santa Fe hoy consumen el agua sin tratar, o sea, sin ser clorada y sin caseta que proteja su pozo. ¿Para unos si es indispensable tener condiciones y para otros no?

En Sabanazo viven unas 200 personas y su actividad fundamental es la agricultura y la ganadería. Al decir de los habitantes, anteriormente la población era superior, pero se han ido en busca de mejores condiciones de trabajo, de acercarse a los centros educacionales, a las ciudades, al agua…

“La propuesta de la inversión la tiene Recursos Hidráulicos desde el año pasado. Parece que no habíamos pensado en la posibilidad de estos dos pozos. A ambos se les hizo una prueba físico-bacteriológica y dieron positivo para el consumo. Nosotros no le podemos dar un agua sin clorar a la población, eso es ley”, asegura Rosaida Baute Hernández, directora de Acueducto en Abreus. ¿Ley infringida?

Como mismo le sucede a Sabanazo, existen otras comunidades agrícolas y alejadas de la capital provincial donde la sequía les golpea cada año por varios meses; es el caso, de Laberinto Viejo, Yaguaramas…, un total de seis pozos deprimidos cuentan entre los conectados a las redes de Acueducto en este municipio.

“Dentro del programa nacional de la sequía priorizan otras provincias que no son Cienfuegos, porque no somos un foco rojo a nivel de país. Todo el dinero asignado para resolver el problema se destina a territorios más necesitados. Nosotros manejamos un presupuesto finito, que es el llamado presupuesto de la contribución territorial para el desarrollo local, y Sabanazo no ha estado entre las prioridades”, enfatiza López Cristo.

Sin embargo, el máster Argelio Fernández Richelme, especialista de Servicio Hidrológico y Disponibilidad en el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, señaló al periódico Granma, a principios de año, que las provincias con situaciones más desfavorables en la Isla son Santiago de Cuba, Cienfuegos y Camagüey. ¿La desdicha de pueblo pequeño?

Aun cuando la gestión municipal tenga las manos atadas por escasos presupuestos para solucionar determinados temas como es el agua para el consumo humano, deberán entonces tender la mano su instancia superior y las entidades involucradas en el problema. Todos formamos parte del mismo pastel, de la misma armazón que llamamos Cuba.

Proteger asentamientos con tradición en las labores agrícolas ha sido recomendación de la máxima dirección del país en los últimos años, mas no siempre las políticas caen en el terruño necesitado, y la pipa, a estas alturas, no parece cosa extraordinaria para quienes han crecido con agua brotando en la llave de su casa.

Visitas: 199

Zulariam Pérez Martí

Periodista graduada en la Universidad Marta Abreu de Las Villas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *