Ricardo Esteban García Rodríguez: un periodista de todos los tiempos

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Ricardo Esteban García Rodríguez fue dueño y fundador del diario El Siglo, autodenominado de carácter “republicano autonomista”. Además fungió en sus años de circulación como director, editor y también periodista.

El aludido impreso, instituido en 1886 fue uno de los periódicos más seguidos en Cienfuegos durante el antepasado siglo XIX. Su imprenta y redacción radicaron en la calle Santa Isabel, entre las avenidas San Carlos y San Fernando o entre San Carlos y Santa Cruz. Como principios de su labor el periódico se arrogaba la libertad y la justicia.

Intelectuales de los dos siglos anteriores como: Enrique Edo y Llop, Pablo Rousseau, Pablo Díaz de Villegas, Luis Jorge Bustamante, Alberto Aragonés y Florentino Morales consideraron a El Siglo como uno de los mejores rotativos editados entonces en Cienfuegos. Lo cierto es que, por las temáticas que trataba, la forma de redacción de sus artículos y lo novedoso de algunos de sus enfoques, gozó de determinada influencia en la opinión pública de la ciudad y contribuyó a la difusión de la cultura y el lenguaje populares.

El Siglo fue uno de los modelos más representativos, en el caso cienfueguero al menos, de lo que era un diario liberal en la Cuba de esos años.

García Rodríguez nació en Trinidad, el 8 de septiembre de 1851, a los nueve años pasó a residir en Cienfuegos. Recibió su primera educación en el colegio dirigido por el maestro Amelio de Luís Vela de los Reyes.

La figura de Amelio, un español que sería, en 1868, acusado de infidencia y deportado a España a inicios del siguiente año, ejerció decisiva influencia en Ricardo E. García Rodríguez. Amelio regresaría a Cuba tras el Pacto del Zanjón y militaría con Ricardo en una logia masónica local: Fernandina de Jagua.

En su primera juventud, García Rodríguez se consagró a diversas ocupaciones, entre ellas, la de conductor de la empresa de ferrocarril. Posteriormente se dedicó al periodismo. Escribió en La Aurora, periódico autonomista dirigido por Alejandro Muxó y más tarde en La Opinión.

Miembro del Partido Autonomista, se desempeñó como vocal en su Comité local en Cienfuegos. Fue seleccionado para representar al partido en distintas comisiones de carácter político, fuera de la ciudad. Fue Secretario de la Logia Fernandina de Jagua.

Falleció en Cienfuegos el 29 de mayo de 1893. Por mandato del clero católico local, sus restos fueron inhumados fuera del cementerio. La Iglesia Católica, con su poder sobre el camposanto, no permitía la inhumación en él de aquellos masones que, como Ricardo, le atacaron pública y sistemáticamente.

Seis años más tarde, en abril de 1899, los restos de Ricardo García fueron trasladados al nicho 300, ya ocupado dentro del cementerio de Reina por su maestro Amelio de Luís Vela de los Reyes. En testimonio de ese acontecimiento, los miembros de la logia Fernandina de Jagua colocaron una lápida en el nicho “que constituiría el primer monumento funerario de la masonería en la localidad”.

Ricardo Esteban García y Rodríguez, fue un periodista culto que consagró su talento a la defensa de Cuba, desde su óptica política. Se le reconocía en la ciudad como un serio cronista político-social, librepensador, de abierta posición anticlerical, un típico exponente del liberalismo decimonónico cubano, no capitalino, que propugnó desde El Siglo un pensamiento modernizador.

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