Resumen 2019: China afianza su peso en el tablero internacional
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El evento demostró que la iniciativa prospera al erigirse como modelo de relacionamiento internacional en el cual todos se benefician, avanzan juntos hacia el desarrollo y comparten responsabilidades, a contragolpe de malos augurios alimentados desde Occidente.
Dicho proyecto se consumó como una importante plataforma de consenso donde la apertura, conectividad y la coexistencia armoniosa serán las máximas frente a temas apremiantes del panorama global.
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Cerró con pactos por 64 mil millones de dólares firmados durante un encuentro empresarial y arrojó 283 resultados concretos que implican la puesta en marcha de planes de financiamiento, inversiones y redes multilaterales de cooperación.
En la Declaración Conjunta emitida tras su cierre, los gobernantes presentes reafirmaron la pertinencia de fortalecer el multilateralismo, el sistema con la Organización Mundial del Comercio como centro y basado en reglas universales, abierto, transparente y no discriminatorio.
Rechazaron el proteccionismo, el unilateralismo y todo tipo de medidas incompatibles con esa institución, y consensuaron promover la paz, el desarrollo, los derechos humanos y la cooperación en la búsqueda de ganancia mutua, así como compartir responsabilidades en el respeto a los principios de la Carta de Naciones Unidas.
Se hizo énfasis en trabajar por el crecimiento inclusivo, sostenible y balanceado del planeta donde el ser humano sea el eje y prevalezca la protección del medioambiente, conservación de los recursos naturales y uso de energías limpias.
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De esa manera la cantidad de estados con lazos diplomáticos con Taipéi se redujo de 17 a 15 en tan solo una semana, un número mucho menor de los más de 70 que lo hacían en 1969.
Además creció el reconocimiento a que la isla sureña forma parte inalienable del territorio chino, condición necesaria para desarrollar nexos cordiales con el gobierno de Beijing.
Se trató de un duro golpe para las fuerzas secesionistas de Taiwán opuestas a la reunificación con la parte continental del país y que perdieron a siete aliados desde 2016, cuando ganó las elecciones la actual líder, Tsai Ing-wen.
Expertos en el tema aseguran que para tomar esa decisión Islas Salomón y Kiribati evaluaron la creciente importancia e influencia de China en el escenario global, su constante apoyo a la cooperación Sur-Sur y las alianzas en materia económica y social que podrían establecer con la segunda economía del orbe.
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Las partes continuaron en contacto y laboran juntas a fin de optimizar los lazos diplomáticos, interrumpidos desde 1951.
Como resultado, a fines de agosto pasado Yao Shun asumió la diócesis Ulanqab de la región autónoma de Mongolia Interior (norte) y se convirtió así en el primer obispo ordenado por la nación asiática desde la rúbrica del acuerdo.
Anteriormente, la prestigiosa universidad de Beijing acogió una conferencia sobre el papa Francisco, su visión y dedicación al cuidado de los pobres y marginados, un hecho sin precedentes aquí.
Mientras en el mundo de la cultura, la emblemática Ciudad Prohibida presentó una exhibición conjunta de 78 piezas valiosas de esta nación y 12 del Museo Vaticano que integran al catolicismo con el arte chino.
La Santa Sede también participó en la Exposición Internacional de Horticultura celebrada entre abril y octubre en esta capital, con una muestra de obras de arte y documentos de la Biblioteca Apostólica Vaticana sobre herbarios y propiedades medicinales de hierbas y plantas.
Hace apenas unos días, Beijing expresó satisfacción con el progreso alcanzado en los últimos tiempos en su acercamiento con Roma, al asegurar sinceridad y disposición a sostener mayores intercambios bilaterales para avanzar más en la normalización de las relaciones.
Además, acogió con alta apreciación el deseo expresado por el papa Francisco de visitar territorio chino en alguna ocasión, pues lo considera un gesto de buena voluntad y amistad.
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Beijing y El Vaticano cumplieron el pasado 22 de septiembre un año de firmar el acuerdo que contempla el reconocimiento por parte de la Santa Sede de los sacerdotes nombrados por China, que a su vez respeta la autoridad del Papa como jefe de la Iglesia Católica.
Tal paso siguió a meses de negociaciones sobre el contenido del convenio, el cual se irá revisando y afinando periódicamente.
También en el año que concluye, China mantuvo firme la determinación de promover la paz y estabilidad en la Península Coreana mediante una vía pacífica y dialogada.
Aparte de acoger múltiples foros, el gigante asiático estuvo presente en grandes escenarios internacionales y defendió a la cooperación y el trabajo mancomunado como las herramientas para superar retos universales, entre ellos, el cambio climático, los altibajos económicos, el terrorismo y la inseguridad alimentaria.
Sus máximos dirigentes reiteraron esos planteamientos al recibir a cada presidente, canciller y alto representante de numerosos países y organizaciones que incluyeron una parada aquí durante 2019.
También insistieron en una nueva senda de desarrollo, mejorar la gobernanza global, construir una economía mundial abierta y promover la liberalización del comercio y las inversiones, para implementar la Agenda 2030 de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible.
Todos estos elementos corroboran la tesis de expertos de que en los últimos años China dejó de ser un actor en las cuestiones internacionales para convertirse en un líder de la agenda mundial. (Yolaidy Martínez, corresponsal jefa de Prensa Latina en China)
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