Restaurarán pinturas de alto valor patrimonial en Teatro Tomás Terry

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Aseguran que en el reloj que sostiene el querubín, marca las cuatro de la tarde, hora que en que terminó de emplazarse el enorme lienzo, un guiño del pintor del cielo raso del teatro Tomás Terry a la posteridad.

Han trasncurrido 129 años desde que fuera suspendida, sobre la sala principal del coliseo, la mayor obra en Cienfuegos del pintor filipino- madrileño Camilo Selaya Toro.

Desde entonces, el entramado de vigas y mallas que sostienen el plafón de yeso pintado, solo había sido intervenido por su cara visible, entre 1963 y el 1965, cuando bajo la orden del afamado escultor Mateo Torriente, se ejecutó la primera gran intervención del teatro.

Ahora dos artistas locales asumen el reto.

DETRÁS DE LA CARA VISIBLE AL PÚBLICO

“Se hizo un estudio minucioso de la obra por el anverso y el reverso; fueron retiradas del techo más de una tonelada de desechos sólidos, durante dos meses de trabajo, quitando un enorme peso, el polvo y la humedad, y estructuras que atacaban la pintura”, comenta Yeiler Ramos, artista de la plástica y restaurador.

“Fue un trabajo muy duro, en un lugar muy sucio, nunca se había intervenido. Estuvimos cuatro personas dos meses con un calor intenso, la cubierta está pegada metálica, se puso una malla por el cuadrifolio y atados a arneses”, agrega José Ernesto Saborido Martín, otro de los creadores locales que participarán de la próxima restauración.

“Para limpiar un metro cuadrado, nos tomaba más de una hora. No podías trabajarrápido, porque donde pisas es un yeso, con una maya muy antigua, que en algunos momentos falló. Se hacía con pequeñas brochas, acostado con recogedores…, mucho maderamen, mucho hierro hubo que sacar”, describe.

LA OBRA MÁS COMPLEJA DE LA RESTAURACIÓN

Durante los últimos dos meses se ha levantado el andamio sobre la sala principal, un entramado de hierro y madera hasta llegar a los 16 metros de altura.

La rehabilitación capital del teatro Tomás Terry, Monumento Nacional, es una de las obras más trascendentales que se acometen por el bicentenario de la otrora Villa Fernandina de Jagua, en abril de 2019. El plafón es el objeto de obra más complejo.

Una estructura deberá reforzar la obra, considerada en el primer grado de protección dentro del patrimonio local.

“Son 188 metros cuadrados, que se dividen en dos partes, la pintura mural y la de caballete, y las dos deben intervenirse por separado”,- apunta Yeiler-, y vamos a trabajar a 16 metros de altura, que implica varios riesgos para la vida, y sobre la cabeza, en una posición incómoda.

“Será necesario restituir el acero, estucar, y posteriormente repintar toda el área que se perdió el original.

“En este tipo de trabajo no se sabe realmente cuanto podrá demorar, es como un enfermo, tiene que ser intervenido quirúrgicamente, noes un pintura de cero, agrega Pepito.

“En espera de la certificación del andamio, planean los próximos meses cuando estarán literalmente suspendidos bajo el enorme lienzo, para devolver la belleza al mayor legado de Camilo Selaya, al coliseo principal de Cienfuegos.

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