Réquiem por La Catalana

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 4 segundos

Por: Irán Millán Cuétara*

El Palacio Goitizolo, o La Catalana, como se le conoce popularmente, situado en la calle de Santa Elena (avenida 60) esquina a calle de De Clouet (calle 31) en Cienfuegos, formó parte de la memoria histórica de sus habitantes desde 1858. Constituyó un hito arquitectónico importante dentro del contexto del Centro Histórico Urbano, en virtud de su monumentalidad.

Esta otrora casa-almacén fue el edifico más significativo levantado en los primeros 40 años de existencia de la ya Villa de Cienfuegos. Por todos estos valores se declaró Monumento Local por la Comisión Nacional de Monumentos, según Resolución No. 75 del 30 de enero de 1999.

Después de cambiar su uso original, fue fonda, comercio y hasta llegó a convertirse en una cuartería al ser ocupado por múltiples familias, las cuales fueron reubicadas en 1978 por su estado técnico constructivo. Solo quedó un inquilino que no abandonó el lugar y que por muchos años se convirtió en dueño y administrador de cada espacio del otrora Palacio, facilitando las ilegalidades y sustracciones de sus componentes, ambiente que lo caracterizó durante decenas de años.

Se pensó que con su declaratoria de Monumento Local, tendríamos más oportunidades para lograr el reconocimiento oficial, una valoración efectiva y la atención de los organismos implicados en su preservación y proyección hacia una nueva función de beneficio social. El inmueble se convirtió con el tiempo en un lugar sin dueño que respondiera por él, en el basurero y abastecedor de materiales diversos para el barrio y sus alrededores.

Fueron múltiples los intentos para lograr su rescate con una nueva función acorde con sus altos valores: tesis de grado, investigaciones históricas, maestrías, trabajos periodísticos y proyectos que datan desde finales de la década de los ’70 del siglo pasado. La gestión para posibles inversiones en este paradigmático Monumento, han caracterizado a estos años, sin resultados concretos. Las condiciones físicas, constructivas y ambientales de su interior y entorno urbano conspiraron contra tales fines.

El deterioro, debido al abandono, se acrecentaba cada vez que nos visitaba un huracán u otro mal tiempo, acompañado siempre de fuertes lluvias y dañinos vientos, lo que generaba una gran y justificada alarma entre los vecinos que habitaban en las cuarterías que lo rodeaban, al lateral, fondo y frente.

Por parte de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos primero, y después la Oficina del Conservador de la Ciudad, se presentaron proyectos de demolición parcial y ordenada de las paredes limítrofes con las referidas cuarterías, los cuales nunca llegaron a ejecutar las entidades involucradas.

En junio de 2012 se produce un temporal con abundantes precipitaciones que fue debilitando aún más la estabilidad de la estructura constructiva, junto a la acción de un carpintero ilegal que, desde su interior y de forma progresiva y continuada, iba desmontando las gruesas vigas de madera que arriostraban los entrepisos y cubiertas, con el fin de utilizarlas en sus trabajos particulares. Se produce entonces, el derrumbe de la pared y cubierta del ala de la planta alta, que define la fachada hacia la calle De Clouet, comenzando así la pérdida del Monumento que ya nos amenazaba.

El inmueble carecía de un status legal, sin inscripción oficial, y por ende no estaba incluido en el Programa de cuarterías puesto en marcha en el Centro Histórico Urbano. En varios momentos se pretendió su demolición debido a los graves problemas constructivos e higiénicos, acción que no propiciamos y comenzamos a buscar nuevas propuestas que transitaron desde un Proyecto Socio Cultural para la comunidad, hasta su intervención integral para convertirlo en la sede del periódico 5 de Septiembre, bello sueño que, por su complejidad y materialización resulta inviable en esos momentos.

En octubre del pasado año arriba a Cienfuegos otro temporal, que también trajo consigo fuertes lluvias, y la grave consecuencia del desplome completo de la cubierta que limitaba con la cuartería lateral con frente a la calle de Santa Elena (avenida 60), generando la evacuación inmediata de sus vecinos. Fue necesario e impostergable tomar decisiones junto al Estado Mayor de la Defensa Civil para comenzar la demolición de su segundo nivel, valorándose mantener parte de este para su posible reutilización. Este accionar no se concluyó en ese momento.

Con la llegada de la tormenta subtropical Alberto, que tanta agua arrojó sobre la región central del país y donde Cienfuegos resultó una de las zonas más afectadas, hizo colapsar la estructura de los componentes de La Catalana que quedaban en pie; continuó el derribamiento iniciado en octubre pasado, con el objetivo de eliminar la parte frontal del segundo nivel, lo que trajo consigo graves grietas y daños insalvables en las paredes del primer nivel, obligándonos a proseguir con este accionar. Hoy solo quedan las paredes que limitan el fondo y el lateral rebajado, fronteras con las cuarterías de su entorno más cercano y un terreno libre esperando por su proyección futura.

Asistir a la demolición de un edificio por el cual tanto luchamos, resulta verdaderamente difícil, hemos perdido uno de nuestros hijos más queridos, que durante 40 años cobijamos, y que fue imposible salvarlo. Hoy, hacemos un balance de esta derrota del patrimonio, donde primó la desidia, el vandalismo y el abandono por parte de todos los que debieron velar, cuidar, sensibilizarse con sus valores y rescatarlo.

Le fallamos a la ciudad al no darle la importancia que merecía este Monumento Local y la necesidad que teníamos en todos los sentidos de su preservación para las presentes y futuras generaciones.

*Conservador de la Ciudad Cienfuegos.

Visitas: 193

5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

9 Comentarios en “Réquiem por La Catalana

  • el 1 agosto, 2018 a las 1:20 am
    Permalink

    Mis vecinos me preguntan siempre, qué hace la oficina del Conservador????!!! y me desvivo en explicaciones, es un quehacer de todos los que deciden no solamente de esta institución, soy testigo del quehacr de un directivo que le ha dedicado gran parte de su vida a que “la Perla” brille pero para eso tenemos que ponerle ganas todos, si no habrá muchos Réquiem por ………..

    Respuesta
  • el 21 julio, 2018 a las 6:52 pm
    Permalink

    Y en que situacion estan los hoteles que estan detras de la escuela 5 de Septiembre a un costado del parque Marti esos son mas importante por su posicion y por su leyenda tambien y no vayamos mas lejos edificios en plena Ave 54 si mal no recuerdo el que esta al lado de la fotografia asi como los altos de una empresa de turismo casi llegando al parque Marti tambien tienen problemas

    Respuesta
  • el 20 julio, 2018 a las 9:59 am
    Permalink

    es increible aun asi que no se haya podido hacer nada para rescatarlo de su triste final, una carta asi no es suficiente, ademas es INEXPLICABLE E INJUSTIFICADO que lo hayan demolido completamente, en vez de solamente demoler el segundo nivel y consolidar el primero si no quedaba de otra, es imperdonable q la burocracia y el inmobilismo se haya cargado un inmueble de semejante valor, ahora que? otro vertedero por cuantos años, una plaza improvisada, un adefesio constructivo que nunca completara el perfil? solamente con el dinero que se ha empleado en rellenar el parque de la entrada de Cienfuegos o en demoler los cimientos del edificio de la entrada del Prado hubiera alcanzado para hacer algo por la catalana… en fin…….lamentable……..!!!!

    Respuesta
  • el 19 julio, 2018 a las 5:28 pm
    Permalink

    No diga usted señor periodista “Réquiem por la Catalana”….gritemos todos “Réquiem por Cienfuegos”….hace a penas unos días regresé de Cuba, específicamente de Cienfuegos….Lo siento estimados, mi “Perla del Sur” ya no le hace honor a esa frase..Encontré una ciudad descolorida, sucia , fea y sin vida.

    Respuesta
  • el 19 julio, 2018 a las 3:42 pm
    Permalink

    Cienfuegos necesita un impulso, una mejora, un cambio, somos muy lentos, Irán solo no es mago. NECESITA que se le ayude más, el gobierno tiene que mejorar en su NIVEL DE GESTION, el MUNICIPIO necesita que sus funcionarios caminen la CIUDAD, sientan que las cosas están feas, crear, proyectar, Tantas personas no pueden estar equivocadas. Caminen la Ciudad de punta a cabo. como es posible que Camagüey, Holguín Santiago mejoren TANTO Y NOSOTROS VAMOS COMO EL CANGRESO.
    CUBADEBATE tiene comentarios muy buenos.
    Irán hace mucho, ayúdenlo para que logre sus METAS para el bicentenario de la Ciudad, todos no los merecemos. UNA CIUDAD LINDA< LIMPIA y con progreso como fuimos siempre.

    Respuesta
  • el 19 julio, 2018 a las 2:39 pm
    Permalink

    Irán, mis saludos y respetos de todos en mi familia. A veces es dificil entender el por que de cada cosa en la vida y las dificultades y los trasiegos y más aún el aturdimiento del paso del tiempo que simplemente hace olvidar o como dice alguien muy querido dejar que el tiempo corra y no hacerse cargo de nada…
    La Catalana y su muerte es algo que duele aún pero le recuerdo que existe el Suiza en el mismo centro de nuestra ciudad que sigue la misma historia de esta reseña que leo y hoy por hoy uno de los peores focos de contaminacion en la ciudad para los que viven en esa manzana y sus alrededores.
    Siempre me preguntare quien tapio su entrada y la pinto tan linda y se olvido de algunos detalles… de eso que existen en el interior de dicha “edificación” en ruinas.
    Ojalá y la historia del Suiza y la que vivimos sus vecinos, los que aún vivimos en esa cuadra… no sea un final anunciado al estilo de la Catalana…pero de que está siguiendo los pasos de esta historia es una gran realidad.

    Respuesta
  • el 19 julio, 2018 a las 11:52 am
    Permalink

    Lo más asombroso de todo fue haber sido testigo de la muchedumbre agolpada en ese lugar (cientos de personas) a solo unos días de haber pasado Alberto: niños, mujeres, hombres, ancianos llevándose en carretillas, coches con caballos, sacos de yute, cajas de botellas, cualquier cosa en la que cupiera al menos un ladrillo colorado de las paredes destrozadas del edificio.
    Por desgracia, no pude tomar fotos del suceso. Quizás fue mejor así; el recuerdo en mi mente de aquel “canibalismo” hacia los ladrillos en medio de la ciudad es más que suficiente para hacerme una idea clara de la situación que se vive actualmente y por otro lado, el “amor” que le tenía la población cienfueguera a dicha construcción.
    El video de Kcho “Vive y deja vivir” se quedó muy corto si lo comparo con lo vivido aquella tarde en la esquina Santa Elena.

    Respuesta
  • el 19 julio, 2018 a las 10:07 am
    Permalink

    Saludos. Siempre creí que el Conservador de la Ciudad tenía a su disposición recursos para la conservación y reparación de sitios e inmuebles históricos; parece que no. Decidí comentar el artículo, admito que con cierto desconocimiento sobre el tema, porque como habitante de esta ciudad me duele ver cómo se van perdiendo valores históricos y morales con el paso de los años, además de la indolencia que muchas veces creo que se enmascara con la ausencia de recursos. Alguien denunciaba en el periódico del viernes en la sección de SMS que el parque de Reina desde hace tiempo se encuentra sin luces… Sólo por poner un ejemplo. Ahora, sí pude apreciar hace unos días que el parque Villuendas está sucio, con niños jugando bolas en el área donde debiera haber césped. Recuerdo que hace muchos años, cuando era niño, había un cuidador del parque que velaba por la seguridad del mismo y por el cuidado; tal vez la suciedad y el deterioro tiene que ver con la zona wi-fi, pero si las personas son indolentes, debe existir alguien que regule y controle. En el mundo todos los sistemas tienden al caos, por eso existen mecanismos reguladores; el mejor ejemplo es el organismo humano.
    No obstante lo escrito por el conservador y como una especie de alivio, creo que se han ejecutado correctamente proyectos en nuestra bella ciudad del mar como la recuperación del hotel San Carlos o la Casa de los Leones. Debe revisarse, y ver qué se pudo hacer, dónde pudimos insistir más, si indudablemente se fue de nuestras manos y cayó en otras, indolentes. En ocasiones nos queda la tranquilidad de que algo por lo que se luchó se fue de nuestras manos, y al mismo tiempo una especie de rabia y dolor, porque siempre “la maldita culpa, no la tiene nadie”.

    Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *