Remar a toda costa en Cienfuegos
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La Covid-19 ha impedido que los atletas de equipos nacionales retornen a sus habituales centros de alto rendimiento radicados en la capital del país, pero ni la mismísima pandemia ha logrado que se detengan los entrenamientos.
Una muestra fehaciente la encontramos en el hogar del remero Johan Manuel Uribarry, el cual se ha convertido en base de prácticas para varios representantes de esta disciplina, simbólica para la Perla del Sur.
En el momento de nuestra visita, Johan no se encontraba en casa debido a diligencias de último minuto, pero ahí estaban sus padres, al servicio de la sesión de entrenamiento protagonizada por Osvaldo Pérez, Francisco Romero, Roberto Carlos Paz y Lídice de la Caridad Fernández, todos miembros de las selecciones cubanas de remo.
“Desde el inicio del confinamiento, coincidimos en que, sin importar cómo ni dónde, lo importante era entrenar. Al pasar de etapa, decidimos brindar nuestra casa para que algunos de ellos lo hicieran aquí, y a esta tarea estamos dedicados por completo”, nos dice Daynelis Betancourt Díaz, madre de Yohan.
“Ellos nos tratan como a sus propios hijos, están al tanto de todo, se preocupan por los más mínimos detalles”, comenta Osvaldo, uno de los remeros cubanos que aspira a clasificar hacia los Juegos Olímpicos de Tokyo.
Por su parte, Francisco, quien junto a Roberto y Lídice integra la selección juvenil cubana, confiesa que “siento mucho agradecimiento. Enseguida me invitaron a sumarme aquí, y de verdad me siento muy bien. Son una familia increíble. Desde bien pequeño me han apoyado, tanto a mí como al resto de los remeros de Cienfuegos”.
El entrenador Arsenio Morejón, uno de los técnicos de la Academia Provincial, está a cargo de la supervisión de los entrenamientos.
“Al comenzar la pandemia, les indicamos un plan para realizar en su aislamiento social, el cual seguíamos de cerca a través del teléfono o las redes sociales. Luego trajimos aquí un remoergómetro y algunas pesas, para facilitar el trabajo. Los muchachos han encarado las prácticas con mucha seriedad y constancia. Estamos muy satisfechos con el trabajo que vienen haciendo”.
Cada uno de ellos es consciente de la importancia que tiene no alejarse de su forma habitual.
“Lo aprovechamos todo, en aras de mantener los niveles alcanzados, explica Osvaldo. Han sido muchos años de esfuerzos y sacrificios y no podemos tirarlos por la borda. Claro que las condiciones no son las ideales, por lo cual hemos hecho énfasis en el aspecto físico, en la fuerza y la resistencia. Conjugamos las sesiones de remoergómetro con las pesas y la carrera, así como con otros ejercicios que nos permiten mantener los volúmenes de cargas necesarios”.
En cuanto a la ayuda que reciben los más jóvenes de los atletas con mayor experiencia en el equipo nacional, Lídice resalta que “en cada momento nos llevan de la mano, corrigen nuestros errores y nos motivan a hacerlo mejor cada día”. Roberto Carlos agrega que “han sido de gran ayuda. Somos como una verdadera familia y estoy orgulloso de contar con compañeros así”.
La provincia acaba de anunciar que, todavía con limitaciones, ha sido aprobado el reinicio de los entrenamientos, por lo que los remeros podrán reencontrase con las tranquilas aguas de su pista acuática.
“Esa es la mejor noticia que podrían darnos. Ya en el agua podemos recuperar el tiempo perdido y enfocarnos mejor en nuestras metas, que son ambiciosas”, declara Osvaldo, quien mantiene junto a Johan, el propósito de representar a Cuba en la capital nipona. “Ese es el sueño de todo atleta, y no solo competir en unos Juegos Olímpicos, sino de luchar por una medalla, para así contribuir al prestigio del deporte revolucionario cubano”, sentencia el joven.
Hoy Cienfuegos cuenta con nueve atletas en la selección nacional de remo, tres de ellos en la categoría juvenil. Cinco se han preparado en el hogar de Johan Manuel, pues el objetivo ha sido siempre remar a toda costa.
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