Recuerdo de una noche de rostro múltiple

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El día todo invitaba a tristeza, y la gente por la ciudad, con sus calles vestidas de pueblo, le esperaba, sin importar el tiempo. Y mientras, los rostros fueron haciéndose conocidos, cercanos… y la estampa del Líder Infinito salida del pincel de Santiaguito Hermes quedaba en la piel de niños, hombres y mujeres. Fue la espontaneidad atrayendo a los cienfuegueros y como una ofrenda o un ritual, el ambiente se llenó de girasoles y música, porque no se trataba de una despedida común, sino de la partida de Fidel.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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