Raúl Pomares, una figura inolvidable del audiovisual cubano

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Por Zenaida Xiomara Rodríguez Rosa*

Con la tristeza de conocer que había fallecido el actor Raúl Pomares el 19 de enero de 2015, en La Habana, busqué en mis archivos personales el original de la entrevista que le realizara por sus 50 años de vida artística. Cuando me desempañaba como especialista  del departamento de Promoción en el Centro Provincial de Cine de Cienfuegos en el propio año, disfruté una de las mejores experiencias de varias compartidas con actores, actrices y directores de cine cubano, que acudían entonces a nuestras convocatorias de los eventos provinciales Carnaval de la Imagen y Jorge Villazón in Memoriam. En visita de trabajo realizada a Cienfuegos por el actor Raúl Pomares ¹, después de algunas conversaciones con él y la labor de convencimiento de su esposa Conchita, accedió a contestar algunas preguntas sobre aspectos de su trabajo a propósito de cumplir medio siglo de vida artística.

Mantuve una fluida relación de trabajo con Pomares y su esposa Concha, quien le acompañó en sus visitas a Cienfuegos. Anteriormente él había participado en el homenaje que preparamos de conjunto con la Uneac y la Dirección Provincial de Cultura al destacado investigador Román Vitlloch a raíz de su participación en la película Los días del agua, donde compartieron una toma del filme en el parque Martí.

En esa ocasión, Pomares ² había cumplido un amplio programa de trabajo en la Perla del Sur, en el cual se incluyó un taller de actuación que impartió durante una semana a los reclusos del club de cine del centro penitenciario de Ariza, y una presentación de parte de su obra cinematográfica en el teatro de la Delegación Provincial del Minint, organismo con el cual teníamos un proyecto conjunto a través del programa de desarrollo cultural del Centro que titulamos El cine en el Minint.

En la casa de visita de ese organismo le presenté al actor ³ un resumen que había preparado para presentarlo en esa actividad; se asombró de ver cuántas obras y actuaciones le había ordenado cronológicamente y de forma jocosa me comentó: “mira flaquita, a ver si se las envías al Icaic  y así me suben el salario”… ¿qué tú crees?” De esa forma comenzamos esta entrevista, que terminó una jornada después de haber concluido sus clases el día de su despedida en el campismo de Guajimico. El material original fue grabado con una reproductora de casetes y desafortunadamente no se pudo digitalizar; no obstante, se conserva el original del manuscrito tomado de la transcripción literal de la grabación y sobre el cual pude reformular el texto que ofrezco.

Creo que a pesar del tiempo transcurrido es meritorio recordar esa ocasión y que sirva  además como merecido tributo póstumo a su importante obra ¹,  a sus nobles y positivos valores personales, entre los que se destacaron la modestia, la sinceridad, la cubanía, cualidades que incluso dejaron marcada su partida definitiva el 19 de enero de 2015.

He preferido respetar las notas originales y dejar marcadas las preguntas y respuestas con la simbología Z para la entrevistadora y R para el entrevistado.

Z- Cuénteme del filme húngaro Dejen en paz a Robinson Crusoe, de 1989, con el director Petter Tinner.

R- “Sí, es una película húngara, húngara, húngara; una comedia musical, una parodia de la historia de Robinson Crusoe. En esa película yo estaba como asistente de dirección y a Petter se le ocurrió que hiciera un personaje además de la asistencia y por supuesto yo hablaba en español al igual que el resto de los actores cubanos que estaban allí, y después se dobló al húngaro allá en Hungría. Yo me divertí mucho con la película, porque como yo hablaba  español me dijeron: tú di lo que te dé la gana; entonces yo hablaba disparates, porque yo sabía que eso después se iba a doblar; yo no la he visto porque te repito, es una película húngara, se la llevaron para Hungría, todavía estaba el campo socialista”.

Z- ¿Cómo fue que usted entró en la película?

R- “Bueno, yo estaba de asistente de dirección en el Icaic. Hubo una época en que yo quería ser director, entonces hice varias asistencias, entre ellas esta película con Petter, pero imagínate en húngaro, los húngaros hablan como “pararapatata”, una cosa rarísima y yo le dije: pero yo hacer un personaje, si yo no entiendo, y el me respondió: no, no, tienes que ser tú, hablas en español; y yo no me leí el guion ni mucho menos, porque quién se va a leer eso. Te repito, lo que dije fueron barbaridades, porque no tenía que aprenderme el texto. Me dijeron que había tenido cierto éxito en Hungría, porque era una comedia musical; yo no la he visto, si me gustaría. Eso es lo que te puedo decir de esa película”.

Z- ¿Qué película hizo en México cuando trabajaba en el Departamento Cinematográfico del ICRT en Tele Rebelde?

R- “Es  una novela de Carpentier que no recuerdo ahora su nombre y la dirigió Miguel Litín. Trabaja Villagra; es sobre la historia de un director latinoamericano”.

Z – ¿Se exhibió en Cuba alguna vez?

R-  “Sí, sí, pero las películas de Litín basadas en novelas las tildaban de difíciles. Alejo es muy descriptivo, tiene páginas y páginas describiendo, y eso llevarlo al cine es imposible. La película tuvo un éxito relativo; pero no fue muy acogida, la hicimos en México completa”.

Z-  ¿De los actores cubanos solo participaba usted?

R- “No; el negro Alfonso, Reinaldo Miravalles, Villagra es chileno; esos eran los cubanos que participaban”.

Z-  En su extensa obra usted tiene participación internacional en festivales de teatro, ¿qué pasa con los festivales de cine?

R- “Creo que yo no tengo una imagen vendible, los festivales de cine,.. ¿Cómo  te lo digo para no parecer muy “pesa’o”?, (…) los festivales son actividades de relaciones públicas, para la cosa comercial, para la exhibición de las grandes estrellas, los hombres buenos mozos, las fotografías en la revista HOLA, española, todo eso de ‘valijú’; entonces ¿qué ‘valijú’ van a hacer conmigo con esta cara de caballo viejo que yo tengo? Eso sí te digo, a mí nunca me han invitado; pero si te puedo hacer una anécdota de René de la Cruz, que tampoco lo habían invitado nunca a festivales y un día parece que nadie aceptó y me llamó y me dijo, me invitaron a un festival de cine y yo le dije: que bien caramba que se acordaron de ti y que yo estaba muy contento, ¿y dónde es? ,y dijo en Bombay, en la India, digo, René ¿y cómo es el viaje?, bueno , me dijo , tengo que ir a Holanda , de Holanda tengo que ir a no sé donde, primero tengo que ir a Moscú. Yo le dije: mira René, no vayas, que te vas a perder en un lugar de esos, te han mandado ahí porque nadie quiere ir, y él me dijo: bueno, no no voy”.

Z-  Usted ha trabajado con varios directores de cine cubano, ¿con cuál de ellos se ha sentido mejor como actor o como amigo?

R—“Recordar así como una relación de trabajo, Manuel Octavio Gómez, el fallecido; Juan Carlos Tabío; Pepe Macías, en las películas ya no del Icaic sino de ICRT; con Rudy Mora. Hay muy buenos directores de cine, pero Tomás tenía un carácter muy especial, tenías que entrar en juego con el carácter de él para poder trabajar; yo hice una sola cosa Una pelea cubana contra los demonios, en los años 70 y terminando Los días del agua, con Manuel Octavio Gómez. Las dos se hicieron en Trinidad; fue un año y medio de trabajo, una detrás de la otra”.

Z- Con Santiago Álvarez usted hizo algo muy interesante, y Santiago expresó que se había asesorado con usted cuando aquella obra como un excelente actor que lo consideraba.

R – “Santiago era una persona especial, era un creador; yo estuve de asistente en su película y de actor, pero Santiago era un tipo que rompía los esquemas, porque para él, por ejemplo, el macheo, él no respetaba el macheo, se formaban grandes discusiones; él decía no, esa es la que me gusta, y yo miré que las imágenes van a chocar y las ponía, era un creador”.

Z- Usted es un actor que tiene muchas películas cubanas hechas y en lo que he encontrado hay cuatro que son coproducciones ¿qué opinión le merece el sistema actual de  las coproducciones del Icaic y por qué usted no entra en coproducciones con tantas que hay actualmente después de lo años 90 en Cuba?

R – “¡Ja, ja ja! Te paso la pregunta; prefiero no responder”.

Z-  Otra cosa personal. ¿No le gustaría atesorar memorias, recuerdos, copia de las obras en que usted ya pasó a ser parte de la historia del cine?

R – “Sí, pero no me preocupé por eso, yo soy muy rega’o,  y no me preocupé. A veces añoro, las veo cuando las vuelven a poner, pero yo no tengo en mi poder copia de ninguna de mis películas”.

Z- ¿Le gustaría que alguien se ocupara de ese trabajo?

R-  “Sí; pero creo que no vale la pena si es para yo verlas”.

Z- No es para que usted las vea, sino porque hay muchas personas en Cuba, fuera de Cuba, y generaciones que están por venir que van a necesitarlas.

R- “¡Tú casi estás despidiéndome el duelo! No sé, me preocupa…”

Z- Usted no va recibir ningún homenaje, por favor, no se preocupe.

Z–  “Bueno, de La tierra prometida, que hablamos ayer y de los documentales que hicieron cuando estuvo en el departamento de cinematografía de Santiago, ¿recuerda?

R- “Bueno, como yo te dije hace un rato que yo quería hacerme director de cine, dejé mi grupo de teatro y me fui para la cinematografía allá en Santiago que había un departamento del ICRT con todo para hacer cine; allí se hicieron películas por ejemplo de Jorge Luis Hernández, ya fallecido; hizo una versión de Santiago 57 una novela de Soler Puig, El sastre …, yo dirigí un documental y como cuatro especies de reportajes y un cuento de ficción que es de Carretero, que se llama, La tierra prometida, de esa sí tengo copia”.

Z- ¿Nunca se ha exhibido?

R – “No, nunca; yo quisiera que la pusieran,  pero es que el departamento de cinematografía del ICRT en Santiago lo desaparecieron, fue una medida absurda, equivocada porque esa podía ser la contrapartida del Icaic y tenía de todo para hacer películas y eso con una medida de dirección de un antiguo presidente del ICRT pulverizó eso, existía cinematografía del Minfar y del ICRT y todo eso desapareció; yo creo que ahí influyó mucho el celo profesional”.

Z- ¿En la actualidad en qué está trabajando?

R- “Hace un año y medio en un grupo de teatro que se llama Teatro de Dos, en La Habana, que dirige Julio César Ramírez. Ya estrené como autor una obra, dirigí una ‘obrita’ y ahora estamos ensayando una comedia que se llama Compañía; es de un argentino, para estrenar dentro de dos o tres meses, y tengo una propuesta de una película con Juan Carlos Tabío y otra para un serial de Rudy Mora; eso es lo que tengo para este año”.

Z- ¿Qué opinión le merece el vínculo de los actores y actrices del país con las provincias, específicamente con Cienfuegos?

R- “Yo soy un hombre de los que llamamos de provincia, de los que se dice en La Habana ‘del interior’; parece que La Habana es el exterior. En La Habana por supuesto hay más actores, más actrices, más directores, más posibilidad de trabajo, hay más recursos. Visitar las provincias… Yo recuerdo que vivía en Santiago de Cuba cuando celebraban aquellos ‘Güiros’; llegaban gentes de La Habana, con camiones, recursos, de todo, para la velada por el 26 de Julio; nos poníamos a trabajar todos los santiagueros, traían un director de La Habana, iluminadores, técnicos, aquello era apoteósico. Por el día 27 de julio, cuando recogían todo, se llevaban lo que habían traído y siempre a alguien o algo de lo que había allí. Yo le tengo mucho prejuicio a lo de las visitas que vienen de La Habana a la provincia, porque siempre te dejan algo, pero se llevan algo, un talento o un recurso que ellos no tienen allá. Cuba no es La Habana, es más, yo diría que La Habana no es Cuba. Cuba está en las provincias, la realidad cubana, sus problemas tú lo notas fuera de La Habana”.

Z- Por eso hay una concepción entre algunos especialistas sobre “el cine habanero” y no sobre el cine cubano.

R- ¡Ay, mi hija..! mira, la novela  Oh, La Habana, que en vez de llamarse así debía llamarse ¡Ay, La Habana! , ahí está la histórica pelea entre la capital, el campo y la ciudad”.

Z-  Bueno, muchas gracias, no nos ha ido tan mal en esta entrevista en su visita a Cienfuegos.

R- “ No, no, y  espero que no sea la última”.

Después de este encuentro, para mí valioso e inolvidable, continué  trabajando en el Centro Provincial de Cine hasta septiembre de 2007. Con los años, cambiaron los planes, los programas, los presupuestos y disminuyeron los eventos, y como parte de la concepción de los mismos, los invitados, todo en respuesta a las condiciones de carácter objetivo de la economía del país. Así que no se pudo cumplir el deseo de ese gran actor; pero el tiempo coloca siempre un espacio para las buenas obras y el ejemplo más reciente fue el evento La Piel del Cine, muestra de la unidad entre muchas instituciones, organismos, creadores, artistas, trabajadores y directivos de la cultura, en mi opinión digno de reconocer, valorar y repetir en cuanto las condiciones del país y la provincia lo permitan. Creo en la buena vibra de todos y todas los que amamos la cultura y dentro de sus manifestaciones artísticas el cine, la provincia trabaja con dignidad, compromiso y esmero para que Cienfuegos recupere esa apreciada actividad de instrucción y ocio que siempre ha ocupado un lugar en muchos y diversos públicos.

* Especialista en Gestión de proyectos del Comité Provincial de la Uneac.


¹ Raúl Ramón Pomares Bory. Fue una de las figuras más destacadas del cine, la televisión y del teatro cubano, en los que incursionó lo mismo en dramas intensos que en comedias y melodramas. Actor de amplio espectro que tenía una especial aptitud para las comedias y sus interpretaciones le valieron el reconocimiento de todo el pueblo. Poseía un rostro carismático y una fuerte presencia escénica, siempre orgánico en cada personaje, desde la juventud hasta su deceso.

² Nació en 1934 , en Omaja , Las Tunas. Residió en  La Habana. Ocupaciones: Actor, director, profesor, dramaturgo. Recibió los Premios: Distinción por la Cultura Nacional, Premio Nacional de Teatro, De cómo Santiago Apóstol puso los pies en la tierra, Artista de Mérito del ICRT

³ Sus orígenes dentro de las artes escénicas: años 50 del siglo XX,  como alumno de un curso de verano impartido por Francisco Morín, en la Universidad de Oriente. Allí  descubrió a Stanislavsky , se integró al movimiento aficionado en un grupo auspiciado por la Galería de Artes Plásticas en Santiago de Cuba. Debutó como actor en la puesta de un clásico del siglo de oro: Las Aceitunas de Lope de Rueda, y en el entremés El Viejo Celoso, de Don Miguel de Cervantes.

³ Al  triunfo de la Revolución, continuó su carrera, participa en  el Primer Festival Obrero Campesino en la sala García Lorca. Se integra al  Conjunto Dramático de Oriente, formado por  jóvenes entusiastas, bajo la dirección de dos teatristas argentinos, Jaime Swetinzky y Adolfo Gutkin.  Más tarde asumió la dirección del colectivo, bajo el nombre del Cabildo Teatral Santiago, y con el que montaría De como Santiago Apóstol puso los pies en la tierra.  Se incorporó al  Canal Tele Rebelde en Santiago de Cuba a finales de los 60,  dirigió igualmente el Cabildo Teatral Guantánamo y dio comienzos a su profusa filmografía en el (ICAIC). Además de ser uno de los actores cubanos con más actuaciones en el cine,  interpretó también múltiples personajes en novelas, seriales y cortos de la televisión. Montó una pieza de su autoría que fue emblemática dentro del llamado “teatro de relaciones” .. De cómo Santiago Apóstol puso los pies en la tierra. Su primera aparición en un clásico del cine cubano fue La primera carga al machete, dirigida  por Manuel Octavio Gómez., después volvió a trabajar en Los días del agua y en Una mujer, un hombre, una ciudad. Después vinieron otras películas:  El Hombre de Maisinicú, de Manuel Pérez, en la que ejecutó uno de sus más notables trabajos. En el género de la comedia se destacó bajo la dirección de Juan Carlos Tabío en Plaff o demasiado miedo a la vida, sumando su desempeño a más de veinte filmes cubanos.  El talento histriónico de Pomares fue mostrado en la televisión. ( telenovelas: El naranjo del patio, dirigida por Xiomara Blanco, Salir de noche, de Mirta González Perera, Al compás del Son, de Rolando Chiong; Lo que me queda por vivir, de Maité Vera, Oh, la Habana, la última que escribiera el desaparecido Abraham Rodríguez  bajo la dirección de  Charles Medina; hasta tele serie Diana, de Rudy Mora. Raúl Pomares también impartió docencia, fue activo en el plantel de la Escuela Internacional de Cine y Televisión y en la Escuela de Instructores de Arte “ Raúl Delgado” .

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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