Raúl Gómez García: el poeta del Moncada

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Un colega acompañó a aquellos jóvenes a redimir al Apóstol en el año de su centenario y que mejor homenaje al Héroe Nacional, que ofrendar musas y sangre a la causa que encendió la llama que pondría fin a cuatro siglos y medio de opresión.

El periodista, poeta y pedagogo Raúl Gómez García utilizó la palabra como medio de inculpación desde su adolescencia, cuando a los 14 años desde las páginas de una publicación estudiantil en el Instituto de Segunda Enseñanza, en la villa de Mayabeque, denunció al entonces director de ese plantel por hechos de corrupción.

El 10 de marzo de 1952 el joven Raúl escribió un manifiesto titulado Revolución sin Juventud acusando a Fulgencio Batista. Al no conseguir publicación lo hizo en un mimiógrafo, con la ayuda de otros combatientes clandestinos y lo tituló Son los mismos.

Posteriormente Fidel Castro cambió el nombre por El acusador y tuvo tres ediciones, sus redactores fueron capturados pero las represalias no callaron la voz de quien escribió el poema Ya estamos en combate, devenido himno de la gesta del Moncada.

El 24 de julio de 1953 Raúl dijo a su madre que no regresaba a dormir. Era uno de los 135 asaltantes de la epopeya y vio con orgullo aquella madrugada que el líder, antes de salir de la granja Siboney leyó el manifiesto y también declamó los afamados versos: “ En nuestros brazos se alzan los sueños clamorosos, que vibran en el alma superior del cubano”

La tiranía reportó falsamente su muerte en combate. Como táctica enemiga, poco después su cadáver apareció en los interiores del cuartel junto a un arma, como para hacer creer que había muerto en combate.

Pero un libelo delató su captura, de nuevo la comunicación con su mamá, una prueba irrefutable, Virginia García recibió un mensaje escrito de su puño y letra que decía: “Caí preso, tu hijo”.

Raúl Gómez García resultó prisionero y perdió la vida torturado por esbirros. Fue un digno representante de la Generación del Centenario, en su poema dedicado a José Martí expresaba:

“Maestro, bajo tu frente enorme, en la profundidad perenne de tus sueños, se vislumbra el recuerdo de tus luchas de hombre; y en la angustia callada de este pueblo que es tuyo, hay mil gemidos juntos clamándose en silencio”.

El eterno poeta del Moncada nació el 14 de diciembre de 1928 en el poblado habanero de Güines y en su honor es esa la fecha del Día del trabajador de la cultura en Cuba.

Por eso sus ideas, no duermen en estatuas perpetradas en mármol, hoy son continuidad de un mismo pensamiento que palpita en el alma de la nación.

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Dagmara Barbieri López

Periodista. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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