Raiza Valdés: La escuela cubana de viola durante la pandemia (II)

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En tiempo de pandemia, la profesora Raiza Valdés Ortega continuó buscando estrategias para que los estudiantes de viola no perdieran la motivación. Debía encontrar maneras creativas para mantenerlos interesados en el estudio a través de metas tangibles. Demostró que sí era posible lograrlo y el resultado, según su testimonio, fue más allá de sus expectativas.

“Convoqué a un festival, en medio de la pandemia, que fue el primero de viola que se hizo online. Lo concebí provincial, como primer intento, y aun así fue bastante abarcador. Pude darme cuenta de que hay nivel en todas las escuelas. Se me acercaron después algunos padres y maestros de otras provincias pidiendo que por favor se expandiera para hacerlo nacional, porque querían que sus estudiantes también participaran. Los festivales y concursos incentivan a los muchachos, los motivan y es una manera de socializar necesaria. También, a partir de la pandemia, he presentado algunos estudiantes en concursos internacionales. Al principio sentí el temor de salir de nuestra zona de confort, porque la escuela de la viola en Cuba no es como la de piano, que está consolidada hace muchos años. Me lancé a presentarlos y ha sido bueno para comprobar nuestro nivel. Hemos alcanzado varios primeros, segundos y terceros premios en distintas edades, en concursos de Canadá, Estados Unidos, entre otros. Eso da la seguridad para continuar. Siempre digo que no es lo individual, no es un solo niño, no soy yo, es la escuela cubana, es la enseñanza artística cubana, cada vez que sale un premio, son las violas de nuestra enseñanza. Estoy contenta, nos falta todavía, pero creo que estamos empezando bien”.

Estuviste apoyando a los estudiantes desde las teleclases que se dieron durante este período de pandemia. Me parece que sería muy bueno que el CNEART continuara ligado a la televisión nacional para llevar mayor información sobre el instrumento.

“Exactamente, fueron quince programas de quince minutos que comprendían actividades docentes televisivas para los estudiantes de viola del nivel elemental y del nivel medio. Era un momento difícil en medio de la pandemia, había incertidumbre y temor. Todos teníamos muchos deseos de hacerlo. Y pienso igual que tú, ya volvimos a las clases presenciales, que indudablemente son fundamentales; sin embargo, la pandemia nos enseñó que en las redes hay herramientas y recursos que se pueden poner a favor de enriquecer la enseñanza. O sea, no hay por qué separar una cosa de la otra. La presencialidad es fundamental, eso nadie lo va a negar; pero se puede nutrir también de la tecnología. Fue un momento en que los estudiantes estaban en las casas y era una manera de llegarle a todos los niños del país. Ahora, que estamos en las aulas nuevamente, estas teleclases pudieran quedar como un material de consulta para estudiantes y maestros. No hablo solamente de mi experiencia, me estoy refiriendo a todo el material que se grabó, de mucha calidad, de asignaturas teóricas y de varios perfiles de instrumentos”.

Hace poco fuiste galardonada en el concurso de musicología Argeliers León, donde presentaste “Un acercamiento al estudio de la viola en Cuba”. Sería muy oportuno que se publicara tu estudio, para hacerlo llegar a todas nuestras escuelas de arte. Hay una deuda en cuanto a investigaciones como la que propones, valiosos textos escritos por músicos pedagogos cubanos para el enriquecimiento de esta labor en nuestro país, que son totalmente desconocidos. No solo en Cuba, en Latinoamérica sería muy bien recibida también.

“Yo pienso igual, comparto tu idea. Me he dado cuenta de que no solamente es aquí. Hay lugares que tienen una mayor tradición, no mejor ni peor, sino mayor. Al tener más historia hay, por supuesto, un camino recorrido; pero en muchos países también existe esa necesidad y sería muy bueno si se llegara a socializar nuestra experiencia, uno se nutre de todo el mundo”.

Quizás un día sea posible que estas propuestas de nuestros pedagogos puedan publicarse y ser más accesibles. Ahora, la tecnología nos ha demostrado cuanto se puede hacer en favor de un bien común. Y en ella se han apoyado nuestros intérpretes de la viola para visualizar otras aristas necesarias del instrumento, como lo es la identidad de la escuela de viola cubana, desde un repertorio de compositores nuestros.

Es ardua la labor de instrumentistas y pedagogos para incentivar que más niños se interesen por el estudio de un instrumento con el encanto de la viola. Para ello han aunado esfuerzos en facilitar también los materiales necesarios para aquellos que comienzan. Una de las aristas en las que se trabaja actualmente en la escuela cubana de viola, es en cuanto al rescate de surepertorio. De eso también conversé con Raiza Valdés

“Entre las iniciativas del CNEART estuvo la de crear un sitio, dónde los estudiantes pudieran acceder de forma gratuita a descargar una serie de materiales que ellos necesitan para sus estudios. Si hay desconocimiento de la viola, lo hay más aun del repertorio para este instrumento. Muchos maestros se quejan de no tener casi repertorio. Es verdad que no se conoce mucho, pero existe y no es tan poco. Ahora me he dado a la tarea, y en eso también me estoy apoyando en la reconocida violista cubana Anolan González Morejón, al descubrimiento de obras cubanas escritas para viola por compositores contemporáneos, que también hay bastante.

“Anolan hizo una tesis de maestría sobre el repertorio cubano escrito para la viola. Muchas son inclusive dedicadas a ella. Hay obras de Juan Piñera, Guido López-Gavilán, Roberto Valera, existe un repertorio variado. Algunas obras estaban un poquitico dormiditas como las de Magalys Ruiz, que es una compositora también contemporánea, de hecho, hace poco hicimos un concierto didáctico Anolan y yo, que incluyó a estudiantes de nivel elemental, medio y superior, todos violistas.

“Anolan interactuó con ellos, fue precioso, tocaron a dúo, otros solos, ella también tocó sola y se estrenaron cinco piezas de Magalys Ruiz, un ciclo pensado para estudiantes de nivel elemental. Se hicieron obras de Calixto Álvarez y de Jorge Amado, un joven violinista y compositor, que últimamente está escribiendo mucho para las cuerdas. Te digo que es algo que quisiera hacerle llegar a todo el mundo, porque no hago nada con que ese repertorio se quede en mí o en Anolan, la idea es compartirlo, que se conozca.

“Hay transcripciones de obras hermosas que también se están tocando actualmente, que contribuyen a ir aumentando el repertorio y se visualice más el trabajo que estamos haciendo los estudiantes y los maestros en general sobre la viola. En eso estamos enfocados en estos momentos y también en el potencial que tiene la viola como instrumento, no solamente de conjunto, sino hasta de solista.

“Pienso que nos tenemos que centrar en nunca perder la identidad. Te decía que mi trabajo va enfocado al desarrollo de la viola, pero sobre todo a formar violistas de una manera íntegra, músicos completos, que sepan interpretar la música cubana, que sepan de donde vienen, eso es lo otro importante. Siempre les digo que deben conocer la historia del instrumento para valorarlo y quererlo. Hay todavía quien se subvalora porque piensa que la viola es menos que el violín y yo les digo que es un error. Es bueno que se sientan identificados con la viola y sobre todo que sepan que son cubanos y que puedan interpretar la música nuestra como es.

“En estos momentos los violistas estamos tomando fuerza, decimos que las violas estamos empoderadas. Anolan grabó por primera vez un disco que se llamó ‘La viola en Cuba’ y con el cual obtuvo un premio en el Cubadisco y toda la música que eligió es repertorio escrito por compositores cubanos, originales para nuestro instrumento. Aunque cada uno tenga una mirada diferente, al final todo se une, todo confluye en la viola. Es la viola en Cuba. Y son los violistas que provienen de nuestra enseñanza artística”.

Nos llena de regocijo el alto nivel con que cuenta hoy la viola dentro de nuestro sistema especializado de la enseñanza artística. Es un instrumento del cual queda mucho por hablar y descubrir, pero que, como Raiza y Carmen lo definen: enamora y atrapa. Espero que este acercamiento pueda motivar el interés de padres y niños, para que se acerquen y lo escuchen. Tal vez, algún día, también ellos puedan formar parte de la escuela de viola cubana.

Raiza, Anolan y estudiantes de viola.

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Sandra M. Busto Marín

Licenciada en Música con perfil de flauta. Diplomada en Pedagogía y Psicología del Arte, Pedagogía Musical y Educación por el Arte. Máster en Arte. Todo en el Instituto Superior de Arte de La Habana.

Un Comentario en “Raiza Valdés: La escuela cubana de viola durante la pandemia (II)

  • el 25 agosto, 2022 a las 8:49 am
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    En mi comentario anterior sin saber que el artículo tendría segunda parte agradecí a la profe y comenté de los logros que en este acápite comparte con los lectores. Es necesario mantener un apoyo institucional que sostengan las experiencias anteriores como festivales, concursos, acceso a materiales de estudio, locales para proyectos y grabaciones, todo esto en función del desarrollo musical de los estudiantes y la escuela cubana de música en general.
    Una vez más considero merecidísimo todos los reconocimientos a la profesora pues trabaja incansablemente.
    Muchas Gracias. La adoramos!

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