Rafael Padilla, el primer actor de cine cubano, celebraría su natalicio 160

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Sin el relato cinematográfico Monsiur Chocolat (2016), de Roschdy Zem, probablemente la historia del primer actor negro de la escena francesa y cubano que se registra en un texto cinematográfico aún preexistiría incierta.

Rafael Padilla (La Habana, Cuba, septiembre de 1868-Burdeos, Francia, 4 de noviembre de 1917) era un trashumante del siglo XIX que radicó por varios años en Cienfuegos, en el central Portugalette, y  tuvo la dicha de pasar de esclavo a actor, aunque el color de la piel no le permitió alcanzar la plenitud como artista.

Quien fuera litografiado por su amigo Toulouse Lautrec, era hijo de esclavos que a los once años es vendido por dieciocho onzas al comerciante vizcaíno Don Patricio Castaño Capetillo, propietario del ingenio Portugalette, y termina en el País Vasco siendo criado de Doña Rosaura Capetillo.

Aprovechando un descuido, escapa de la casona de los Castaño, instalándose en una ciudad cercana a Bilbao, donde sobrevive haciendo lo que puede. A los dieciséis, sucede su encuentro con el payaso inglés Tony Grice, quien labora entonces en la Compañía Ecuestre del Circo Alegría y le contamina con el virus del circo.

En 1886 viaja a París junto a Grice y recibe una ovación cerrada, en cuanto tiene la oportunidad de protagonizar su primera obra, La boda de Chocolat. A la sazón, allí nace el pseudónimo que le identificaría de por vida: Monsieur Chocolat.

Tres años después se tropieza con el clown británico Geroges Footit y se convierte en su pareja artística por veinte años, sirviéndole de contrafigura, pese a que su talento no era inferior. Durante este periplo contrae matrimonio (1895) con la joven blanca Marie Hecquet, lo que resulta todo un escándalo para la época.

Entre 1896 y1900 tenía tal popularidad que los hermanos Lumiére le incluyen en diez cortos cinematográficos, filmados en el Nuevo Circo, entre los que figuran Guillermo Tell y La muerte de Chocolat. En estas producciones se le aprecia con un elegante esmoquin negro y sombrero, en las primeras escenas cómicas teatralizadas por los precursores del cine.

En 1910 el dueto con Footit se deshace  y cada uno se marcha por su cuenta, sin despuntar por separado el éxito que los uniera. Por esa época se une a su hijo adoptivo Eugenio y forma la mancuerna Tablette y Chocolat, luego intenta hacer carrera como actor dramático (fue el primer histrión  negro en interpretar al Otelo de Shakespeare), pero su francés deficiente y el racismo de la época no le ofrecen muchas oportunidades, concluyendo su carrera artística en medio de la decadencia.

 

Muere de un ataque al corazón en la habitación de su hotel en Burdeos. Cuando el empleado del ayuntamiento se disponía a registrar la defunción del artista, descubre que no tenía nombre y tampoco se había liberado legalmente de la esclavitud. Este funcionario le adjudicó el apellido que nunca tuvo en vida.

Inmerso en el olvido, el actor que este mes cumpliría 160 años de existencia, resucita en 2012 cuando Gérard Noiriel publica la biografía Chocolate, clown negro.

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Jorge Luis Urra Maqueira

Crítico de arte. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

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