Rafael Lay Apesteguía pervive en la Aragón (II Parte: El artífice)

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Rafael Lay Apesteguía asume la dirección de la Orquesta en 1948 y, como todo gran director que en el mundo ha trascendido, llevaba en su interior una sensibilidad, un sonido, un ritmo, que era diferente a lo que lograban expresar otras orquestas. Quizás, con más justicia, podría definirse la sonoridad Aragón como la sonoridad Lay. Educó a los músicos y los llevó a una sonoridad que sólo él llevaba por dentro. La trasmitió, logró que fluyera a través de notas musicales, de un ritmo cienfueguero genuinamente cubano. La Aragón creó un estilo propio, caracterizado por que todos sus músicos sabían cómo y qué ponerle a su instrumento para integrarlo al conjunto. De este modo surgía en la Orquesta una interpretación que, desde las primeras notas, la identificaba y la diferenciaba.

El mérito de Lay, en este aspecto, fue convertirla en un verdadero equipo en el cual todos sus componentes colocaban lo necesario para la sonoridad de la Orquesta, sin alardes estilísticos individuales. La Aragón sonó distinta porque sonó única. Cada miembro aportaba elementos sonoros, tímbricos, armónicos y melódicos que se integraban en un todo asombroso y distintivo. No eran individualidades sino el resultado único del aporte de todos. Y ello dio permanencia a la Orquesta y a sus músicos dentro de la misma.

Dagoberto González Piedra, uno de los violinistas históricos y actuales de la orquesta Aragón, define la significación de Rafael Lay Apesteguía de la forma siguiente  “… fue el artífice de la orquesta Aragón, sin duda alguna. Aragón la hizo, los compañeros la siguieron, pero quien la puso de verdad en el raíl del éxito, del triunfo, fue Rafael Lay”.[1]

Lay logró imbricar y lograr una perfecta fusión, de manera especial, de todos y cada uno de los componentes de la Orquesta, dígase: ritmo, armonía y melodía. Todo estaba en el modo en que se relacionaban güiro, tumbadora, timbales y bajo,  apoyando todos los pasajes, cierres, puentes; pero en ocasiones se incorporaba el piano y hasta los violines, secretos, “misterios” que todavía guarda la Aragón. Un papel en este conjunto lo juega la flauta, que junto con los violines y el piano, lleva a cargo gran parte del componente melódico, en la mayoría de los casos, jugando a través de preguntas y respuestas.

Algunos de los músicos de la propia Orquesta piensan que el mito de la Aragón es “algo de los espíritus”; otros lo han llamado también su fantasía, su ángel, su gracia. Tal vez exista algo sobrenatural que apadrine a la Orquesta, pero más que eso hay una sola explicación: ese “secreto” es el resultado de años de trabajo, de duro bregar, de estudio constante y exigencia, de profesionalidad y por sobre todas las cosas, de amor a la música. No son músicos formados fríamente por la Academia, sino preparados en el fogueo diario de una orquesta que no toca un número igual al otro. Pensar en la Aragón es pensar en los grandes géneros de la música cubana, con piezas trabajadas para darles a las mismas una especial distinción. Así sucede con sus danzones, en los cuales se encuentran arreglos y pasajes al estilo clásico de compositores como Beethoven, Bach, Mozart y Schubert. También están los majestuosos boleros, con solos,  hechos con gusto y delicadeza especial, que tampoco se pueden buscar como un cliché  porque todos son distintos. Los estilísticos chachachás, fusionados con cuplés, tangos, sones, mambos, charlestón, mozambiques y hasta rock and roll. Esto hace que sea muy compleja y completa la formación musical de los integrantes de la Aragón y que, además, puedan darse el lujo de tocar en cualquier tonalidad sin tenerlo previsto en los papeles.

El músico Cándido Fabré, cantante, y director de orquesta, reafirma estas ideas cuando dice: “La Aragón tiene un sonido único que no ha logrado ninguna charanga en este país, y que se ha mantenido desde Lay Apesteguía hasta Rafaelito”.[2] Así se resume el legado para su orquesta, para la que fue su vida. (Continuará).


[1]Documental: Aragón. La charanga eterna (de Ileana Rodríguez Pelegrin, 2009).    

[2]Alegna Jacomino Ruiz: Entrevista realizada a Cándido Fabré (reconocido músico, cantante y director de orquesta) el 19 de octubre de 2013.

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Alegna Jacomino Ruiz

Doctora en Ciencias Históricas

Un Comentario en “Rafael Lay Apesteguía pervive en la Aragón (II Parte: El artífice)

  • el 14 agosto, 2022 a las 2:27 pm
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    Desde la misma presentación con su coro memorable: “Aragón, Aragón”. Que me perdonen, pero hoy ya no suena igual. No sé si achacárselo a los violines o la flauta. pero ya no se “oye” con el sello Lay.

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