Pulsar la calidad desde el ingenio insignia de Cienfuegos
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A criterio de los especialistas, la calidad del azúcar se basa en varios criterios, tales como el color, contenido de sacarosa, humedad, tamaño del grano y la filtrabilidad. De todos ellos, la coloración es la característica más importante del dulce, ya que está directamente relacionada con su pureza.
“A lo largo de la cadena productiva del edulcorante, un estricto control es importante para garantizar procesos eficientes en cada uno de los pasos, ya en fabricación industrial, ya en los cultivares de la caña”, precisa la ingeniera Aracelys Álvarez González, jefa de laboratorio en el central 14 de Julio, de la provincia de Cienfuegos.
Agrega la especialista, que las carencias de fertilizantes y otros insumos durante el cultivo de la gramínea, impidió disponer hoy de la caña idónea. “Tales limitaciones, aclara, nos obliga a enfrentar la zafra con una clara estrategia de buscar en la eficiencia las reservas para producir más azúcar a partir de la materia prima con la cual contamos”.
Considerado el ingenio más integral del país en los últimos años, el colectivo dela fábrica rodense, además de cumplir con sus compromisos en la producción, tiene muy bien estructurado un sistema de trabajo en armonía con las exigencias del producto en el mercado nacional e internacional.
“Desde hace algún tiempo, comenta Álvarez González, hemos ido aumentando la calidad del azúcar. Para ello nos preparamos desde la etapa de las reparaciones en todas las áreas, a fin de lograr el óptimo estado técnico de la maquinaria, lo cual incluye la limpieza de superficies y partes de equipos, a fin de eliminar partículas ferromagnéticas y otros residuos contaminantes. En dos palabras, todos tienen que aportar a la calidad, y solo por citar algunos ejemplos, ahí esta la desinfección del basculador o el trabajo en las calderas de vapor para mejorar el vacío y escape”.
A la zafra 2020-2021 llegó el “14” con credenciales de lujo. El pasado año merecieron el Premio a la Integralidad, y en los mismos acápites sobre calidad alcanzaron lauros en las categorías de Mantenimiento, Responsabilidad Social y Capital Humano, según criterios evaluativos de los integrantes del jurado del Grupo Empresarial AzCuba.
“Esos resultados tienen un fundamento sólido, basado, entre otros indicadores medibles, por el nivel de preparación del personal de todos los puestos claves; téngase en cuenta que en la pasada contienda reportamos cero tiempo perdido por concepto de interrupciones operativas, clara señal de la correcta capacitación de mecánicos y operadores”, argumenta la jefe del laboratorio.
Si bien la presencia de materias extrañas en la caña que fue al basculador en la etapa inicial de la arrancada marcó un lastre para esta industria, poco a poco la situación ha ido mejorando. “Sin lugar a dudas, en ello influye el pago al productor cañero por la calidad de la gramínea, un mecanismo de análisis que desde el pasado año logramos a través del equipo conocido por sonda horizontal”, explicó Aracelys.
Cuando los trapiches del otrora ingenio Manuelita exprimen los jugos de la 190 zafra consecutiva en su casi bicentenaria historia azucarera, la calidad sigue constituyendo un término recurrente, pues el concepto trascendió los límites de oficinas directivas y locales del laboratorio para convertirse en la ocupación de cada trabajador del central insignia de Cienfuegos.
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Exigencias del producto en el mercado nacional e internacional, en esta arista está, todo el que hacer de la calidad en la producción de azúcar.
Todos desde nuestros puestos somos responsables de la calidad de la producción. Es importante concientizar esa máxima para lograr mejores resultados.
Hay que trabajar con eficiencia y aqui queda demostrado que sí se puede, la calidad es fundamental. #Azucareros
Con las acciones que se implementan se garantizan los parámetros de calidad para buscar en la eficiencia las reservas para producir más azúcar.
Esas acciones demuestran que podemos hacer azúcar con más claidad, a pesar de que en esta zafra la caña no sea la óptima
La calidad unida a la eficiencia y un sistema de pago en correspondencia con estas son vitales para lograr una zafra eficiente.