Protección al consumidor: calidad por cuenta propia

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Durante un reciente paseo dominical, mi nieta quiso comerse una pizza. Llegamos al primer punto de venta no estatal que encontramos e hicimos el pedido. En unos minutos la entregaron doblada, como casi siempre.

La primera sorpresa fue que el precio era de 7,00 pesos (siempre había sido de 5) solo porque le agregaron dos galleticas para sostenerla debido a que, como es lógico, sale caliente del horno y ya no las entregan como antes, con cartoncillo o papel. Desconozco las causas que provocaron ese procedimiento de venta, beneficioso por supuesto, para “adentro”.

Cuando la abrimos, el queso estaba granulado, o sea, no había gratinado y el olor era ácido. Regresé el mostrador y le dije al joven que no la quería. “Ya usted la pagó y aquí no se admiten devoluciones”, expresó tranquilamente. ¿A quién podría reclamarle? El dueño no estaba, solo se encontraban el elaborador y el dependiente.

Salí indignado y la eché en el primer recipiente destinado a la recolección de basura que encontré. La niña me miró asombrada y puso cara de disgusto.

Una interrogante se apoderó de mi mente: ¿Quién controla la calidad de las actividades no estatales, sobre todo las vinculadas a la venta de alimentos, ligeros o no?

A esa problemática se suma que tampoco la atención y la higiene mantienen en todos los lugares los ribetes exquisitos del inicio, cuando se hacía valer la máxima comercial —aunque discutible para algunos especialistas del sector (obvio)— de que “el cliente siempre tiene la razón”. No son pocos los sitios creados por los cuentapropistas en los que se han entronizado los males que aquejaron —aún persisten— a los servicios gastronómicos estatales.

Es lamentable apreciar que algunos —más de los imaginados— actúen como si estuvieran haciendo un favor y consideren que lo importante es solo el ingreso financiero, las ganancias, y no la satisfacción del que paga, y bastante caro por cierto.

Imagino, porque no lo he indagado, que a las direcciones de inspección y supervisión existentes en todos los municipios del país les corresponda controlar no solo que los trabajadores no estatales cumplan las regulaciones establecidas en las resoluciones y normativas, como las denominadas “patentes” y el pago de los tributos, sino también la calidad de los productos que ofertan y del servicio de modo general.

Lo sucedido con la pizza para mi nieta me dejó el sentimiento de que lo cualitativo, en algunos sitios, también se asume por cuenta propia.

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Ramón Barreras Ferrán

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos.

2 Comentarios en “Protección al consumidor: calidad por cuenta propia

  • el 9 septiembre, 2018 a las 9:55 am
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    Señor Barrera, usted parece recien llegado de otro planeta o de algunos de esos pueblos como Macondo, pues como dice el cienfueguero, hace mucho que no existe pizza de 5 pesos (CUP por supuesto)… y de los inspectores, si existen pero esos llegan entre 09 y 10 de la mañana se comen un aPizza como Dios manda (gratis por supuesto) y si te he visto no me acuerdo …….

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  • el 7 septiembre, 2018 a las 11:06 am
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    Amigo no se realmente desde cuando usted no come una pizza del sector privado, pero le puedo asegurar que están hace mas de 6 o 7 años entre 6 y 7 pesos segun el punto de venta, si usted tambien desconoce las causas de porque ya no se usan los papelitos o cartoncitos y ahora son galleticas llevando esto a elevar el costo del producto pues le cuento que fue una desicion meramente estatal, la cual les prohibio este uso para cuidar la limpieza de la cuidad llevando a esta alternativa que tanto perjudica al pueblo trabajador ya que no son a 7.00 cup si no a 10.00 cup porsuesto trayendo esto mas ganancias para este sector

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