Producir café en armonía con el medio ambiente
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La cadena productiva cafetalera, que va desde el laboreo agrícola hasta su posterior tratamiento industrial, comprende en Cuba acciones tendientes a la preservación del medio ambiente como principal recurso natural de esta rama agropecuaria, respaldadas, en lo fundamental, por un presupuesto anual que, en el caso del macizo de Guamuhaya, en Cienfuegos, rebasa los 200 mil pesos.
“Ya en la pasada zafra cafetalera contamos en El Nicho con la primera de las tres despulpadoras ecológicas de la entidad, de factura brasileña, mucho más eficiente que la anterior y con la ventaja de reducir a niveles mínimos la carga contaminante al medio”, explicó Omar Bermúdez Sánchez, director general de la Empresa Procesadora de Café Eladio Machín.
Precisó el directivo que la principal novedad de esta avanzada tecnología radica en la manera de separar el agua de la cáscara del fruto. El líquido recircula y lo vuelven a aprovechar en el proceso industrial, en tanto el subproducto resultante del desmedulado se lleva a un depósito donde recibe el tratamiento correspondiente, a fin de convertirlo en materia orgánica que luego es utilizada en el propio cultivo del café, ya en las plantaciones, ya en los viveros.
De acuerdo con el plan de inversiones, este propio año debe quedar montada la despulpadora de San Blas, actualmente en fase de construcción civil, y en el próximo 2018 la de Cuatro Vientos. “Estos son beneficios —insistió Bermúdez Sánchez— que tienen su impacto a muy corto plazo”.
A la par trabajan con mucha dedicación en la observancia de requerimientos de la agrotécnia en el manejo de los cultivos, no solo para lograr rendimientos más altos, si no dirigidos a preservar los suelos. Con tal fin, señaló el director general, tienen en cuenta requerimientos en la construcción de barreras naturales, la consideración de las pendientes y la regulación de sombra, entre otras medidas a considerar en las nuevas plantaciones a fomentar y las ya establecidas.
A juicio del titular de la “Eladio Machín”, el cuidado del entorno en el macizo de Guamuhaya no está circunscrito solo al programa cafetalero. En otros polos productivos de cultivos varios y hortalizas, el mejoramiento y conservación de los suelos prevé el aprovechamiento o confección de barreras vivas, la aplicación de materia orgánica, selección de las semillas y el uso de controladores biológicos en plagas y enfermedades de las plantas.
“En estos momentos, con ese mismo objetivo, estamos inmersos en la construcción de un centro de capacitación en El Nicho. Allí recibirán asesoramiento los productores, técnicos y estudiantes vinculados a las diferentes formas productivas de las montañas dedicadas al café y otros renglones agrícolas”, agregó Bermúdez Sánchez.
El programa contempla también la rehabilitación de las redes para el tratamiento de residuales en las comunidades y asentamientos en la serranía. Por lo pronto, está a punto de terminarse la solución de albañales en 52 viviendas de Charco Azul.
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