Proa a la salvaguarda de la frontera

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– “Frontera, aquí buque guardacostas 075”.

– “Correcto. Diríjase a la posición indicada: 21° 59′ de latitud norte y 080°  24.810′ de longitud oeste con el objetivo de socorrer a una embarcación en peligro de naufragio”.

– “¡Recibido, alto y claro!”.

Podría ser esta una de las tantas misiones asignadas al buque insignia del Destacamento de Tropas Guardafronteras Centro Sur, perteneciente a la Jefatura de Tropas Guardafronteras (TGF), del Ministerio del Interior (Minint), las mismas que tienen la alta responsabilidad de salvaguardar la soberanía de la nación ante cualquier hecho en el mar que atente contra nuestra integridad territorial.

MARINEROS POR VOCACIÓN

Cuando Vladimir Villavicencio Pérez salió del asentamiento lajero La Piragua para cumplir el Servicio Militar Activo (SMA), jamás había visto siquiera un bote. “En 1992 llegué por primera vez a las TGF y en poco tiempo me enamoré del mar”, cuenta el hoy mayor y comandante del buque guardacostas 075.

Fue, por así decirlo, un amor a primera vista. Por eso no vaciló en decidir su permanencia en ese órgano del Minint. Tras dos años en la Academia Naval Granma, cursando la especialidad de Mando Táctico Naval, regresó a Cienfuegos, solo que esta vez llegaba designado como segundo comandante de una Lancha de Patrullaje Mediano (LPM), las conocidas Griffin, de tecnología rusa.

Similar experiencia vivió el subteniente Rubén Santos Rojas, egresado de la Escuela Nacional de TGF Orlando Pantoja Tamayo, luego del cumplimiento del SMA. Empero, Rubén optó por la Electromecánica naval, con resultados premiados con Título de Oro. Tal aval le sirvió para desempeñarse como segundo jefe de máquinas.

“La vida del guardafronteras entraña sacrificios, pues a veces estamos navegando por largos períodos, precisa; sin embargo, aprendemos a conjugar nuestra responsabilidad con las actividades propias de la juventud, estamos obligados a transmitir esos valores a los marineros.

“En mi caso particular, agrega, tengo bajo mi mando a motoristas y electricistas, a quienes les corresponde asegurar el correcto funcionamiento y explotación de la técnica, principalmente el sistema propulsor, la instalación electroenergética, sus componentes y agregados”.

Una tripulación compuesta en su gran mayoría por jóvenes combatientes del Ministerio del Interior, ha dado prueba del sentido del deber en el desempeño de cada uno de los puestos a ocupar en el buque guardacostas.

“Por supuesto, explica Vladimir, el mismo fragor diario propio de las distintas misiones, los entrenamientos y ejercicios navales de combate, como parte del Año de Preparación Combativa, permite fortalecernos y estar listos para actuar eficientemente ante una incursión del enemigo”.

Aunque aún no ha decido su futuro, Manuel Alejandro Alonso Fernández confiesa su pasión por lo que hace. Se quede o no en las filas de las TGF, lo cierto es que mucho le debe, según sus propias palabras, a la permanencia en este buque. “Aquí aprendí el oficio de electricista, pero además, fomenté sentimientos de compañerismo, solidaridad y responsabilidad”, dice mientras ajusta, destornillador en mano, uno de los dispositivos electrónicos de la sala de máquinas.

El mayor Vladimir tiene un manojo de anécdotas siempre a flor de piel./ Foto: Juan Carlos Dorado
El mayor Vladimir tiene un manojo de anécdotas siempre a flor de piel./ Foto: Juan Carlos Dorado

CENTINELAS DEL MAR

Los constantes ataques piratas contra nuestras costas, el asentamiento de algunos de estos en los cayos, de donde partían a cometer sus fechorías, hizo que el gobierno revolucionario, a través del Minint, creara un cuerpo armado que le hiciera frente a estos grupos, en lugar de la Policía Marítima establecida a raíz del triunfo. Así, el 5 de marzo de 1963, hace 54 años, surgieron  las Tropas Guardafronteras.

Al igual que el guardacostas 075, el resto de los navíos y demás equipos de detección radiotécnica del Destacamento Centro Sur, tienen la misión de velar y preservar la integridad territorial de las provincias de Sancti Spíritus, Cienfuegos y Matanzas.

Gracias a la intervención oportuna de estas fuerzas, se ha logrado el salvamento y rescate de embarcaciones y personas en riesgo en el mar e impedir la salida y entrada ilegal al territorio nacional por esa vía, para evitar la pérdida de vidas humanas.

El permanente combate al narcotráfico, en coordinación con los Destacamentos cederistas Mirando al Mar, constituye otro de los frentes de primer orden para este órgano del Minint. Precisamente el pasado año se registró la captura de un recalo de drogas de las llamadas fuertes, y la actuación precisa y profesional de las TGF, de conjunto con pescadores, impidió que esos estupefacientes fueran a parar a manos inescrupulosas, para luego distribuirlo entre jóvenes y otros segmentos vulnerables de la sociedad.

No faltan tampoco las anécdotas de operaciones contra pescadores depredadores furtivos, porque al decir de Vladimir, entre sus funciones está la de proteger la flora y fauna marinas, en especial aquellas especies en veda permanente o cuya pesca está prohibida por las leyes vigentes.

Experiencias para contar del “075” hay muchas, variadas e impactantes. Los más veteranos en el buque cuentan de la protección hecha a la plataforma de perforación Songo Mercur, ubicada al norte de las costas de la provincia de Villa Clara. Resultó una operación complicada, pero a la postre, la tripulación del barco recibió el reconocimiento y la felicitación de la Jefatura y de los directivos de la instalación petrolera.

“Sin dudas, una de las misiones más honrosas llevadas a cabo por nosotros, fue la cobertura marítima durante las honras fúnebres al Comandante en Jefe Fidel Castro, en la que nos tocó ocupar una posición al sur de la bahía de Santiago de Cuba durante los días del tributo póstumo que los santiagueros ofrendaron al líder histórico de la Revolución”, recuerda con orgullo el mayor Vladimir Villavicencio.

– “Frontera, aquí buque guardacostas 075. ¡Misión cumplida! No hubo víctimas fatales y llegamos a tiempo para evitar mayores consecuencias en la avería de la embarcación”.

Cerró una nueva página en el diario de navegación, con el orgullo y la satisfacción del deber cumplido.

En su corta vida, Manuel Alejandro mucho agradece a las TGF./ Foto: Juan Carlos Dorado
En su corta vida, Manuel Alejandro mucho agradece a las TGF./ Foto: Juan Carlos Dorado

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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