Primera Línea contra la COVID-19 en Cienfuegos: Se abren las puertas del aislamiento

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La rutina diaria de la Hotelera del Micons, como le conoce en la barriada del Microdistrito Petrolero, cambió, cuando justo el 25 de marzo pasado, una comisión encabezada por Alexandre Corona, gobernador de Cienfuegos les visitara y propusiera, a nombre del Consejo de Defensa Provincial, a la Empresa de Servicios a Trabajadores de la Construcción (ESTC), funcionar como centro de aislamiento para contactos de la Covid-19, teniendo en cuenta que reúnen las características de confort y excelencia en el trabajo.

Desde entonces, han permanecido allí unas 200 personas, en un inicio viajeros, ahora contactos. Sobre el tema conversamos con Roque Soriano Hechevarría, director de la ESTC: “Nuestra gente está aquí, junto al personal médico, haciendo funcionar el centro de aislamiento, se ocupan de todo el servicio, alimentación, limpieza… Son 46 trabajadores, distribuidos en turnos de trabajo; cocineros, camareros, carpeteras, custodios,quienes desde el primer día la dirección de Salud, y en lo fundamental los epidemiólogos, capacitaron al personal, que recibió todo el material para su protección.

Lic. Roque Soriato, director de la ESTC./Foto: Karla Colarte
Lic. Roque Soriato, director de la ESTC./Foto: Karla Colarte

“El primer día nos encontramos en un salón, les pedimos se quedaran quienes cumplirían la tarea, y ni uno se movió. Y hasta ahora nadie ha dejado su función a mitad de camino; hemos contado con la disciplina y la conducta individual de nuestra gente, buenos trabajadores, pero humanos siempre. Están cuidados y protegidos, y saben que son muy necesarios en estos tiempos. Los hospitalizados aquí, porque esto ahora es un hospital, no salen a nada de sus habitaciones, donde disponen de aire acondicionado, TV, baño, y allí reciben los alimentos”.

El colectivo de la ESTC había tenido, a inicios de marzo, la agradable noticia de que por sexto año consecutivo, ganaba la condición de Vanguardia Nacional, y los precede ser finalistas en el Premio Provincialde Calidad, galardones que hablan de la excelencia de una empresa que se mantiene atendiendo a los trabajadores del sector en obras que aportan al programa de la Vivienda y otras que deciden el desarrollo de la provincia, con una premisa: observar las medidas de seguridad.

El Dr. Eugenio Figueredo Martínez, especialista en Medicina General Integral y con 35 años de graduado, funcionario de la Dirección Provincial de Salud en la Sección de Atención Primaria, es el jefe médico del centro de aislamiento. Llegó el día 26 de marzo al lugar, organizaron su logística, y ya el 28, recibían a los primeros pacientes:

Eugenio, el jefe médico, admirado y querido por su gente./Foto: Karla Colarte
Eugenio, el jefe médico, admirado y querido por su gente./Foto: Karla Colarte

“Los dos colectivos, el médico y el de servicio, nos hemos imbricado para asumir esta responsabilidad. No hemos tenido grandes contratiempos, ni quejas de las personas atendidas, todos salen de acá con mucha satisfacción de la atención y de la asistencia. Hemos tenido casos positivos, personas que ya se encontraban aisladas y en vigilancia clínica y epidemiológica. Cada doce horas pasamos visita, en el horario de la mañana y en la tarde, se toman los signos vitales, y se cumplen los protocolos. Los pacientes que recibimos están asintomáticos, y los que vienen con enfermedades crónicas asociadas como hipertensión, diabetes, o embarazadas reciben sus tratamientos de base.

“Estamos divididos en tres equipos de ocho: cuatro médicos y cuatro enfermeros; y hacemos una rotación de 24 horas de trabajo por 48 de descanso. Contamos con epidemiólogos y residentes de la especialidad, técnicos en Epidemiología, operarios de vectores, estadísticos; un team completo para que nada falle, y hasta ahora así ha resultado”.

Cuando pregunto por la retaguardia, la familia, abre los ojos y dice:

Tras el traje de protección se esconde un experimentado médico Eugenio. /Foto: Karla Colarte
Tras el traje de protección se esconde un experimentado médico Eugenio. /Foto: Karla Colarte

“En mi casa somos nueve: los suegros, un hermano, mi esposa, los hijos y sus parejas y yo. Claro que me cuido para cuidarlos a ellos; mi hija pequeña es estudiante de Medicina, Angélica Beatriz, ahora integrada a las pesquisas; mi esposa también es médico, profesora de la Universidad Médica, Tania López; y Javier, el primogénito, aprovecha la cuarentena para terminar su tesis de ingeniero mecánico. Esa es la retaguardia que me cubre, pero que también aporta”.

Al terminar, en un recorrido por el centro sin adentrarnos en la zona roja, encontramos a un grupo del Minint dirigido por Boris, cuyos integrantes aseguran la tranquilidad y protección necesarias del lugar; a un chofer de taxi de la Empresa Cubataxi, quien se negó a ser fotografiado, parte de ese personal digno de ser reconocido, pues lidia con el estado técnico de viejos vehículos y salarios bajos; a Ileana Escobedo, la custodio, quien viene todos los días, a pie, desde la barriada de Reina, y empapa las manos de todos con hipoclorito; a Víctor, funcionario del Gobierno, imprescindible persona allí; son hombres y mujeres necesarios para detener una epidemia que nos ha detenido en el tiempo, pero que no será el último combate.

Ileana, la custodio, empapa en hipoclorito todas las manos./Foto: Karla Colarte
Ileana, la custodio, empapa en hipoclorito todas las manos./Foto: Karla Colarte
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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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