Presencia de Cienfuegos en el IV Encuentro internacional de artes para la infancia

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Del 24 al 28 de mayo tuvo lugar en La Habana el IV Encuentro internacional de artes para la infancia. Esta edición estuvo dedicada a las mujeres creadoras para los niños y al cuidado del medio ambiente.

Representando a la provincia de Cienfuegos estuvieron la Tía Rosa con el coro Amanecer Feliz, dirigido por Nuria Vega; Belkidia López Fundora con su espectáculo infantil Al compás de las olas y Dustin Polo con Abrakadabra. A propósito del evento, conversé con las dos reconocidas creadoras, de las que comparto sus experiencias sobre lo acontecido allí, en especial el sábado 27, cuando realizaron una presentación que abrió Belkidia y cerró la Tía Rosa. Contaron, además, con la participación del Coro Diminuto, a cargo de la Maestra Carmen Rosa López, que interactuó con las cantautoras y los pequeños artistas cienfuegueros.

Belkidia: “Este evento ha sido como un oasis, porque ha venido otra vez a darle un lugar a la canción infantil y un espacio a las cantautoras que, en provincias, no tenemos esa promoción, principalmente desde que hace unos años se dejó de hacer el Cantándole al Sol. Hay personas creando para los niños con mucho rigor y responsabilidad desde varios lugares. Llevo 35 años dedicada a la música infantil y aunque conocen algunas de mis canciones, no me conocen a mí; porque no he tenido la posibilidad de hacer audiovisuales, no estoy en los medios y no he hecho muchas presentaciones en la Habana tampoco. Por eso son importantes estos encuentros para aprender, confrontar y retroalimentarse con lo que uno ve. Hay que saber por dónde va la música en otros lugares y beber de todas esas fuentes.

“Este encuentro ha sido mágico,nos han estado representando tres proyectos de Cienfuegos y es grandioso, porque yo fui alumna de Rosa y Dustin fue alumno mío, comenzó en mi coro Cascabel. En este momento estamos los tres proyectos haciendo trabajos para los niños, con diferente estética, pero siempre para ellos. Rosa, hasta en la pandemia realizó un programa para la televisión que salió en la parrilla nacional. ¡Qué manera de vivir entregada a su misión de crear! Eso hay que respetarlo y darle el lugar que tiene.

“Cuando uno ve el evento y la reacción de los niños y de sus padres, te das cuenta que sí se necesita, por la demanda que tiene. Lo que pasa es que no se le da suficiente promoción en los medios. La educación tiene que empezar desde la propia familia, que es la que les pone a los pequeños la música que escuchan y los audiovisuales que ven. Si este trabajo se continúa haciendo de esta manera, creo que se van a ser maravillosas las cosas que se van a seguir logrando”

Por su parte la tía Rosa, al preguntarles sobre sus experiencias comentó: “Es lindo, como asomarse a la ventana del tiempo. Te estoy hablando desde mi edad y de mi hacer de los años. Contemplar que la obra fructifica, que fue más allá de lo que yo realmente en aquellos primeros momentos como instructora de música soñé. La composición musical infantil fue la que me motivó a mí a seguir haciendo cada vez más y tratar de que siempre fuera mejor, porque uno se compromete. Una vez que haces una obra y ves que tiene un impacto social, sabes que la otra tiene que ser igual o superior. La creación musical o la creación en general, es eso, un constante superarse.

“Los niños no tienen otra alternativa que oír lo mismo que sus padres, incluidos los reguetones, porque no puedes meterlos debajo de una campana. Pasan por un envenenamiento musical pasivo, pero si coexiste también esto que hacemos un grupo de personas en Cuba y en otros países, que mantenemos la fe y trabajamos la canción infantil, no todo está perdido. Ellos se convierten a su vez en difusores de la música y lo hacen con su propia familia. Lo que me pasó durante la presentación, que los padres cantaron conmigo y niños tan pequeñitos también y yo me preguntaba: ¿cómo fue que se aprendieron todas esas canciones? En aras de vivir la interpreto tal vez solo una vez al año, cuando Jany Quiñones dio las primeras notas dela melodía en el tres, comenzó un coro en el público de todas las edades. Entonces, al final, esto es lo que te anima a pensar que no todo está perdido y lo que hiciste está salvado. Estoy realmente muy feliz”.

Fue emocionante, como público, ver el cariño hacia nuestras creadoras, sentir el respeto y la admiración que les profesaron. No dejaban ir de la sala a la Tía Rosa, ella necesitó cuatro temas más de los planificados en el programa y aun así continuaban una ovación cerrada del público todo, de pie, pidiendo más. Un ejemplo de cuánto necesitamos grandes y chicos de un corazón feliz, lleno de nobleza y esperanza, sin importar la edad.

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Sandra M. Busto Marín

Licenciada en Música con perfil de flauta. Diplomada en Pedagogía y Psicología del Arte, Pedagogía Musical y Educación por el Arte. Máster en Arte. Todo en el Instituto Superior de Arte de La Habana.

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