Precios duros y fríos

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 2 segundos

Cuando mi nieta, que ahora tiene 9 años, salía de la escuela me insistía siempre en que le comprara un granizado o durofrío, como le decían en mi infancia a esa mezcla de hielo rayado y alguito de sirope. Costaba 5 pesos. Me era asequible en relación con mi salario de entonces.

Ahora, cuando recojo a mi nieto, que tiene 3 añitos, en el círculo infantil, me dice: “Abu, jugo”. Parece que le resulta refrescante en medio de tanto calor. Pero cuesta en la actualidad 15 pesos. Sube como el humo, como la espuma, tal cual le sucede a todo, absolutamente a todo lo que se oferta y uno necesita.

No hablaré de ejemplos, porque resultan conocidos, como los de la carne de cerdo, las viandas, los refrescos, las cervezas, los caramelos… Pero sí abordaré uno que me llamó tanto la atención como el granizado.

En las bodegas ─al menos en la mía─ situaron hace poco ron a granel. Imagino que haya sido la Empresa de Bebidas y Refrescos. ¿Costo? Nada más y nada menos que 205 pesos la botella. No creo que las bebidas, como el cigarro, deban costar poco, porque al final no son imprescindibles y constituyen de hecho un vicio, pero tampoco es para que a quienes definen el precio de venta se les “vaya la mano”, sobre todo porque son estatales.

Y así sucede con muchas ofertas de productos, a veces imprescindibles. Igualar los precios a los de los particulares o los establecidos en el mercado negro o la “revendedera” no resolverá el agudo problema de la inflación galopante.

Tengo la apreciación de que se buscan soluciones, pero no aparecen, porque el problema resulta bien difícil y complejo. Algunos expertos afirman que deben aumentarse las ofertas, sobre la base de la producción y los servicios. Pero, ¿cómo? La situación financiera del país no lo permite. Hay sectores muy deprimidos y las importaciones están al mínimo.

Un interesante sitio en Internet afirma que “la inflación es una amenaza permanente en toda economía y cuando surge no se va tan rápido como deseamos”.

Y agrega: “Como dice la sabiduría popular, ‘arroparnos hasta donde las sábanas alcancen’; gastar menos, hasta buscar un equilibrio entre las cosas que se pueden comprar y la cantidad de dinero en circulación”. Sugiere además que por encima de todo debe trabajarse más para producir más.

La realidad es fuerte, y aunque sea una verdad e Perogrullo, no puede dejar de afirmarse, porque hay familias que están en una situación muy compleja, con pensiones bajas que apenas les permite acceder al mismo mercado que el resto de la población.

Esa y otras muchas razones precisan a pensar constantemente en la inflación, en esos precios exagerados que le restan ostensiblemente el valor de compra real del dinero.

Algo habrá que hacer. Topar precios, como sugieren muchos, no es tampoco la solución, porque por la “izquierda” se violan y aparece enseguida la respuesta: “Sino le cuadra, no lo lleve”. Así de sencillo.

Los entendidos tienen que “derretirse el cerebro”, porque alguna respuesta debe tener el problema creado, no solo por la tan esperada reforma salarial, que nada resolvió, sino también por la poca oferta debido a la crisis financiera mundial, los problemas económicos internos y el recrudecido bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba, el que algunos prefieren obviar, pero está ahí, presenta las 24 horas del día.

No tengo idea alguna de qué pudiera hacerse. Solo soy un transmisor de ideas y reflexiones. Confío en que más temprano que tarde aparezca una solución, que no tiene que ser mágica, desde luego, sino sólida y perdurable.

Mientras seguiremos sintiendo caliente el granizado y dejando de tomar unos traguitos entre amigos en algún momento festivo.

Visitas: 10

Ramón Barreras Ferrán

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos.

2 Comentarios en “Precios duros y fríos

  • el 3 junio, 2023 a las 12:18 pm
    Permalink

    Primero deben revisarse por dentro el sector estatal, el precio del sirope a granel, era de 15 pesos el porrón de 5 lts , ahora ese mismo cuesta 115 pesos y dista mucho la calidad,el ron que vendieron en las bodegas,jagua de malísima calidad y cuesta 360 pesos,hoy 3 de Junio, la libra de malanga a 80 pesos, el pepino a 40,el pan de la canasta básica, cada día más pequeño y nadie responde por esas cosas.

    Respuesta
  • el 9 septiembre, 2022 a las 3:34 pm
    Permalink

    Yo pienso que dentro de otras medidas, el impuesto debe jugar un papel imprescindible. Gracias

    Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *