Prácticos de puerto, más que una afición por el mar

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Los une mucho, no solo la coincidencia de sus nombres. Ellos se deben al mar desde su condición de prácticos de puerto y ese orgullo no se los quita ni la más embravecida tempestad.

Aguardé en las instalaciones de la UEB Prácticos Centro-Sur, de Cienfuegos, hasta que concluyeron las maniobras previstas en esa mañana. No fue mucho el tiempo; entonces, con uno y otro indagué un poco más, acerca de una profesión no tan conocida ni siquiera en una ciudad como la nuestra, acompañada por el mar siempre.

“Provengo de una familia de pescadores y me crié en el litoral. De pequeño veía pasar los barcos muy cerca de mi casa y me imaginaba navegando en uno de ellos”, confiesa el capitán Jorge Vera Fonseca, con casi 41 años de labor como práctico, aunque antes, se desempeñó en otras ramas”.

Según sus propias palabras: “no me considero una excelencia como práctico, pero tampoco soy malo”, dice y yo me convenzo de eso, pues nunca ha tenido accidentes notables ni problemas.

“Nuestro país no tiene fronteras terrestres dada su condición de archipiélago; por eso, la vía marítima cobra gran importancia para el trasiego de muchísimos productos imprescindibles, incluso para el turismo de cruceros y otras modalidades.

“Es una labor bien importante; requiere de toda la claridad y entrega, porque una mala decisión puede poner en peligro los barcos y sus tripulaciones. A veces las decisiones se adoptan en un tiempo mínimo y siempre debe ser la más acertada; por eso nos preparamos constantemente en varios aspectos, como las características de la bahía y sus principales accidentes geográficos, por ejemplo”.

“No cumplir lo establecido trae disímiles afectaciones a los buques y a la economía del país; en el orden internacional el costo es alto también porque nuestra labor puede caer en descrédito con sus respectivas implicaciones. Trabajamos con dedicación, sin desconocer los riesgos; ponemos todos los sentidos”, apunta Vera Fonseca, un apasionado de su trabajo.

Las condiciones hidrometeorológicas suelen jugar malas pasadas; por eso los prácticos del puerto están al tanto de los vientos, la oscuridad, las fuertes corrientes de mareas, para dar la respuesta requerida ante cualquier imprevisto.

Eso bien lo sabe el capitán Jorge Luis Sánchez Enríquez, con más de 30 años de labor de cara al mar.

Jorge Luis atesora numerosas anécdotas, pero no olvida aquella del barco soviético con problemas en sus máquinas. “El capitán me informó de la situación luego de llevar un tiempo a bordo; ya no había otra alternativa. Por suerte la marea nos ayudó bastante y luego los remolcadores, ya casi al amanecer, hicieron lo suyo y la embarcación pudo llegar, finalmente, al fondeadero. Fue una madrugada intensa y una de las maniobras más largas. Cada vez que intentaban encender las máquinas, se producía un pequeño incendio. Fue arduo, pero se logró”.

¿Cómo se prepara un práctico?

En primer plano lancha que transporta a los prácticos. Al fondo, uno de los buques guiados por los prácticos hasta el muelle Olimpia Medina. / Foto: Tay Toscano

“Realmente no existe una carrera para estudiar el practicaje. La mayoría somos graduados de la Academia Naval, como ingenieros navegantes, y luego recibimos cursos de actualización para hacernos capitanes. En el caso específico de algunos de los que estamos en Cienfuegos, se creó un curso en año 1985 para preparar a los recién graduados de marinos.

“Nuestra empresa se ha ocupado de pasarnos, cada cierto tiempo por la Academia, que cuenta con simuladores de maniobras de embarcaciones, los cuales ayudan mucho a refrescar los conocimientos de los prácticos. Cada cinco años debemos renovar nuestro título de la Academia (tienen carácter internacional). Las asignaturas dependen, entre otros factores, de orientaciones emitidas por la Organización Marítima Internacional (OMI), como las relacionadas con las tecnologías de la información y el inglés, por citar dos ejemplos”.

Al capitán Jorge Luis Sánchez Enríquez, pido recomendaciones para quienes se interesen en la labor de los prácticos de puerto. Su respuesta no demora en llegar: “Tiene que gustarles mucho la profesión; no puedes llegar a ella solo por el interés de una remuneración monetaria, porque es un trabajo de mucho estrés, requiere autopreparación constante. Si le gusta y los disfrutan, no hay mayores dificultades”.

Además de la afición por el mar, a los prácticos de puerto los mueve la responsabilidad de contribuir a la travesía segura de los barcos que entran y salen de aguas nacionales. Enhorabuena su quehacer dedicado.

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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