Por saber y por no saber

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El observador declárase advenedizo ante el escenario que lo desafía. El observador es observado y cree lo escanean con la beligerancia manifiesta en el tumbao de cimarrón liberado de quienes lo interpelan sin palabras.

Entusiasmo es el sino de la competencia de polo acuático con asiento en la piscina olímpica de la ciudad. Se pregunta el observador por qué se llama así, pues desde niño la conoce por ese nombre y Cienfuegos no ha albergado juegos de los cinco aros, aunque después acogió la olimpiada del deporte cubano.

Pregunta mucho, los respondedores cuestionan con todos los signos posibles las boberías del periodista, así lo llaman, a veces dicen: fulano atiende al periodista de Perlavisión, a veces dicen atiende al periodista de la radio. Ríe para sí quien según cierta oficialidad dejó ya de ser joven, ríe porque aspira a publicar en el semanario de la provincia y contiene la hilaridad mientras evalúa si estamparlo en la página cultural o en la deportiva.

El observador no tiene título de periodista. Por saber, el individuo sabe que 1956 fue el año de introducción del water polo en Cuba, cuyo mejor resultado es un quinto lugar en Moscú 80, en el sector varonil. Las mujeres comenzaron a practicarlo después, en los años 70; por cierto una ondina toma asiento cerca del despeinado comentarista (sí tiene título de comentarista y hasta de narrador) e intercambian algunas palabras, distendidos por la cortesía y el civismo. La trata de usted. Después sabrá que tiene 28, él le calculaba 22. Por no saber no sabe ni donde está parado.

Intentará la crónica luego del almuerzo, ahora se permite ausentarse de la lógica del agua para pensar en el genio musical al que no pudo llegarle la noche anterior por la paranoia justificada de la asistente de este. Quiso formularle preguntas trascendentales, pero le dieron cuatro malas. Si tuviera una cámara haría fotos o hasta videos, pero su teléfono celular sirve para grabar entrevistas de audio y nada más.

Divisa en una esquina de la alberca, apartado, al comisionado nacional blandiendo un tabaco; sospecha que no se puede fumar en la instalación, pero el mandamás del polo lo persuade: “estoy aquí escondido”. El ex deportista tiene lo que los gendarmes del pensamiento llaman crítica fina. Hablan de la competición y de los puros que están perdidos en La Habana y aquí.

Piensa en las canciones que tiene que grabar, que cantar, sus canciones, y cuánto le gustaría disponer de tiempo para sentarse a componer nuevas, pero la circunstancia sin adjetivos del béisbol por todas partes pretende enredarlo. Descubrió hace poco el concepto de pensamiento divergente. Recuerda un principio del periodismo: la precisión; y anota con bolígrafo prestado los resultados del día.

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Erick Mendilahaxon Pina

Narrador-comentarista de Radio Ciudad del Mar.

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