Polo productivo “Los Cocos”: empuje y constancia por mejores resultados
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La transformación es evidente. Por doquier se aprecia el laboreo de hombres, juntas de bueyes y tractores, para lograr la preparación óptima de la tierra, atender culturalmente los plantíos, cosechar los cultivos que están en ciclo; en fin, en el polo productivo “Los Cocos”, en el municipio cienfueguero de Palmira, se trabaja duro para concretar su más preciada meta: lograr elevados volúmenes para satisfacer las necesidades de alimentos agropecuarios.
Rostros jóvenes y otros más curtidos, ponen manos al surco, y allí se consagran para ser protagonistas de una tarea que ahora mismo es cuestión de seguridad nacional.
“Hasta marzo de 2019 tenía solo 58 hectáreas y a partir de las orientaciones recibidas, procedimos a su expansión con la intención de llegar a 258,” así introduce la conversación Rubén Porra Suárez, director de la UEB Agropecuaria Integral Urbana de Palmira.
“En estos momentos disponemos de 173 hectáreas limpias, es decir, en distintas fases: producción, movimiento de tierra. De ellas, más de 80 están sembradas de yuca, plátano, guayaba y frijol, entre otros cultivos. Tenemos agua permanentemente, pues aprovechamos el canal paso Bonito- Cruces y eso nos favorece mucho”.
Tienen una meta importante, ¿cuánto más deben hacer para lograrla? ¿Hacia dónde destinan las producciones?
“Hay mucho por hacer en la preparación de las tierras con todo lo que lleva, y queremos sellar el compromiso en la campaña de primavera 2021-2022. Nuestras producciones están encaminadas a la población del consejo popular de Espartaco, el municipio de Palmira y para los habitantes de la zona de Pastorita, en Cienfuegos”.
SURCO ADENTRO…
Alaín Sánchez Pérez, es jefe de área en “Los Cocos”, y cuando se conversa con él, una se siente confiada de que los alimentos llegarán a la mesa; pero para ello, se requiere esfuerzo y mucha entrega.
“Cuando comenzamos aquí, el polo producía malamente unas cuatro toneladas(t) mensuales y ya hemos crecido. Estamos sobre las 10- 15 t mensuales, y a partir de septiembre debemos estar cerca de las 74 t, que es lo que nos pide la dirección del Partido en la provincia y el municipio para abastecer a los más de 5 mil habitantes que nos corresponden.
“Aquí las tierras son muy buenas y el ejemplo lo tenemos en la calabaza, que se ha comportado muy bien; el sustrato del suelo es adecuado, pero además somos muy celosos con la parte técnica y hacemos un trabajo riguroso: toda la semilla debe de estar certificada. Contamos con una finca de semillas de donde sacamos los clones iniciales; si no la tenemos, la buscamos en la Empresa provincial, y de esa forma hemos logrado buenos rendimientos, los cuales están entre 14 y 20 t por hectárea (yuca, plátano y boniato), que antes se comportaban a razón de 5-7 t por hectárea”.
No esconde su orgullo el jefe de área del polo productivo palmireño, y la mejor manera de advertirlo es cuando se refiere al desempeño de los trabajadores, su entrega y el salario que perciben.
“En el mes de marzo prácticamente aquí había 20 trabajadores que ganaban unos 400.00 pesos; hemos logrado que la gente se motive más y antes del ordenamiento llegaron a ganar mil 200.00. Hoy son 74 trabajadores en general; de ellos, 63 directos al campo. Con la Tarea Ordenamiento están doblemente motivados, pues están vinculados por áreas, por fincas; saben que al final de la producción un 30 por ciento es de ellos y eso los motiva a seguir ‘guapeando’”.
“Son cinco fincas, dos con más trabajadores con 18 y las otras son individuales porque de esa forma se estimula el sentido de pertenencia por cada uno de ellos, que son capaces de cuidarlo y tratar de que todo le salga bien”.
Otro motivo para sentirse comprometidos y estimulados está en los precios de compra que Acopio estableció para los productos agropecuarios: “La misma calabaza está en 250.00 pesos, pues antes prácticamente no valía nada, y ya entregamos una tonelada que nos reporta ingresos. Con los precios actuales tendremos utilidades, pero eso no significa que nos descuidemos; hay que hacer las cosas mejor, hay que ahorrar, porque cada kilo que ahorremos en el proceso del campo representa utilidades que tenemos para los trabajadores y para la UEB en general”.
Crece el polo productivo de “Los Cocos” en el cienfueguero municipio de Palmira; otra muestra de que cuando se ponen empeño y voluntad, aunque no sean muchos los recursos, se hacen visibles los resultados.
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