Policlínico de San Blas: en punta y en la loma

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El hospital de San Blas, devenido policlínico en los tiempos modernos, fue inaugurado en 1961, y su nacimiento data de la implementación del Servicio Médico Rural en Cuba. De entonces a la fecha, ha llovido mucho, tal como aseguran los pobladores de la zona. Ubicado en el macizo de Guamuhaya, en la subida a Loma de Ventana, donde comienza un territorio abrupto y peligroso, tiene entre sus predios un pequeño valle.

Tres íconos caracterizan a este asentamiento poblacional: un secadero de café en la planta de procesamiento del grano—objeto social fundamental de aquellos lares, además de la ganadería—, el policlínico y un río, el Mataguá, que cuando llueve mucho divide el batey en dos.

Jorge Álvarez del Río, director de Asistencia Médica allí habla con orgullo de los resultados de la loma. Foto: Yuliet Sáez
Jorge Álvarez del Río, director de Asistencia Médica allí habla con orgullo de los resultados de la loma. Foto: Yuliet Sáez

“La población que atendemos, como área de Salud, es de 9 mil 300 habitantes, e incluye las zonas de Arimao, La Sierrita y hasta Cuatro Vientos”, al decir de Jorge Álvarez del Río, director de Asistencia Médica allí. Si en el año 1961 contaban con un médico, hoy tienen 48, y 10 estomatólogos; así como especialistas que se trasladan desde los grandes centros a atender a los pacientes de manera personalizada.

“Este es un Policlínico con camas, contamos con 14 capacidades de ingreso. En nuestro radio atendemos 17 consultorios, de ellos nueve en el Plan Turquino, de los catalogados como de difícil acceso; y en estos momentos, ocho de nuestros galenos son residentes de la especialidad de Medicina General Integral (MGI)”,abunda el director de Asistencia Médica.

Durante el año lectivo 1981-1982, comenzó a implementarse en el entonces hospital de San Blas, el internado rural; por sus instalaciones rotaban los estudiantes del sexto año de la carrera de Medicina, proyecto que muchos allí recuerdan con cariño, por los resultados de la idea, y que bien podría revitalizarse.

“Por acá también hicieron pasantía con nosotros los estudiantes de 5to. año de la Escuela Latinoamericana de Medicina, una preparación excelente para, al regreso a sus países, trabajar en zonas rurales, que resultó la idea fundacional de ese programa, liderado por Fidel Castro en el afán de asegurar asistencia médica a las zonas más inaccesibles en América Latina.

“Por supuesto que lo recordamos con nostalgia, de cuando la montaña se colmó con la algarabía de todos aquellos jóvenes. Dondequiera que estén ahora mismo, seguro implementan lo aprendido acá”, comenta Jorge Álvarez del Río.

Sala de rehabilitación. Foto: Yuliet Sáez
Sala de rehabilitación. Foto: Yuliet Sáez

No cuentan con muchos de los servicios que un día tuvieron, pero al reordenarse el Sistema de Salud se quedaron con lo esencial para prestar ayuda a cuantos acudan al centro: laboratorio clínico, servicio de electrocardiograma y rayos X;una ambulancia para las remisiones, siempre en buen estado técnico, así como una sala de rehabilitación.

“Tenemos cero muerte materna acá en la montaña, un índice de Primer Mundo, incluso con las duras características de accesibilidad a muchos de los lugares del macizo. Pero este resultado está respaldado por un fuerte trabajo en la captación de las embarazadas y su seguimiento a través de la Atención Primaria”, dice con orgullo Álvarez del Río.

Y en verdad los pobladores de la zona quisieran regresar al auge que un día tuvo el hospitalito de San Blas, pero a pesar de que la economía de tiempos difíciles obligó a reordenar los servicios, la gente de la loma está cuidada y atendida, con médicos en todos los consultorios, listos y dispuestos a salvar. Aunque la algarabía de un internado rural bien podría recuperarse.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

2 Comentarios en “Policlínico de San Blas: en punta y en la loma

  • el 28 junio, 2017 a las 10:38 pm
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    Mis profundos respetos para los trabajadores de la salud, médicos, enfermeras, técnicos, en fin todos aquellos que brindan sus servicios en lugares tan remotos y apartados, muchos de ellos viajan a diario, en transporte irregular, en fin sigo creyendo que a pesar de las mejoras los trabajadores de la salud se merecen mejor atención, salarios, condiciones de vida, transporte, ellos son un ejército de héroes anónimos.

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    • el 30 junio, 2017 a las 3:31 pm
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      Concuerdo. Cuántas personas, que en el anonimato de sus deberes, se esfuerzan por la vida de sus semejantes, gracias por leernos y comentar,
      Magalys Chaviano

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