Peñas culturales en Cienfuegos: Enmohecimiento y reciclaje

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 11 segundos

Durante estos días, en que se convoca al aislamiento social, es oportuno deliberar sobre la cultura de esencias y sus derroteros, en tanto experiencia que puede utilizarse en cuanto volvamos a la “normalidad” y reeditemos los espacios dedicados a las artes.

Sucintamente, nos gustaría aludir al tema de las peñas y sus entramados comunicacionales. Por sobreentendido, hablamos de las de tipo cultural, que contemplan a las expresiones artísticas, estimulan el interés por la cultura propia y avivan el respeto a la identidad.

Justamente, en la década de 1980, las peñas (en el contexto en que se crean las instituciones básicas de la cultura) tuvieron un invaluable éxito entre los públicos, no solo porque proporcionaban espacios a los hacedores sureños y dinamizaban la vida nocturnina de los ciudadanos; también porque entonces las ofertas eran reducidas y el entorno favorecía la presencia de artistas consagrados de otras regiones de la isla.

Esta pujanza se ve afectada por el llamado Período Especial y no se revierte hasta años después, especialmente las que giraban en torno a agrupaciones o figuras locales y de genuina trayectoria. En el caso de Cienfuegos, varios llegaron a imponer su personalidad: Rosa Campos, Belkidia López, Los Naranjos, Los Novo… Estos y otros muchos proyectos (hasta hace poco cerca de sesenta en la provincia) llegaron en algunos casos a cubrir ciertas urgencias estéticas de nuestros perceptores, aunque con los años muchos desaparecieron u otros sencillamente se adaptaron a las fórmulas y cierta perspectiva monotemática en el ejercicio de la programación.

Hoy abunda una concepción enmohecida, desconocedora de los intereses de los públicos: sobre todo del joven.

Se pierde igual un poco el sentido de la familiaridad para impostarse al peñero ejecutante, ignorándose que este gremio con enfoque grupal tiene como función promover el cambio y el reconocimiento del arte desde la legitimación popular. ¿Se ha estudiado la aceptación de los públicos? ¿Se tienen en cuenta las exigencias a partir de los grupos etarios? ¿Los proyectos artísticos, sobre todo las amenidades musicales, responden a las necesidades de las instituciones? ¿Existe una caracterización de esos espacios? ¿Alguien investiga estos impactos? Por otro lado, no se trata solo de colocar a buenos o sensibles artistas, sino de saber cuál es el adecuado para cada sitio.

En la actualidad (a diferencia de aquellos años en que se actuaba por amor al arte) las peñas tienen muchísimo mayor apoyo económico e institucional y hasta se insertan a la comunidad a través de los programas o proyectos socioculturales; empero, las marcas en los públicos no son muy significativas. Apenas suelen presentarse en estas peñas los amigos y familiares de los artistas, o las mismas personas de siempre, y el o los anfitriones disponen del reciclaje de un número limitado de temas a interpretar, para justificar los pagos (nada exiguos, reiteramos). Y así pasan y vuelven a pasar águilas por el mar.

Unas pocas, sí, han merecido el encomio, como ocurre con la Peña Campesina, otrora ubicada en el Parque Villuendas, la más longeva de la isla, que ha sobrevivido por más de ocho decenios y hace unos años fue desarraigada de su medio natural.

También se hace necesario remover los proyectos de manera que se abran a la diversidad de propuestas (sin que se afecte la referida caracterización), a la renovación periódica de los repertorios, a la tenencia de una escaleta o guion sólido que permita la coherencia y fluidez de las interpretaciones artísticas, cierta puesta en escena y hasta la democratización de los espacios, teniendo en cuenta la gran cantidad de creadores sin insertarse en proyecto alguno.

Las peñas en la ciudad escasamente persisten como promotoras de emociones e ideas, habida cuenta de que no trascienden en una dimensión estética como hecho cultural (no estamos hablando de la calidad de los intérpretes, sino de la acción como sentido) debido a la ausencia de renovación, una seña imprescindible para la perennidad.

 

Visitas: 7

Jorge Luis Urra Maqueira

Crítico de arte. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

7 Comentarios en “Peñas culturales en Cienfuegos: Enmohecimiento y reciclaje

  • el 14 enero, 2021 a las 2:46 pm
    Permalink

    Cienfueguera
    Le autorizo a que socialice cuánto cobro por un artículo y su propio nombre. Primero investigue y después lance las pulpas estomacales. No intente confundir con galimatias. Las batallas honestas se emprenden con argumentos y buena voluntad.
    Tenga buen año y mejores peñas.

    Respuesta
  • el 14 enero, 2021 a las 2:43 pm
    Permalink

    Cienfueguera
    Lo había olvidado. Le convido a que averigue cuánto me pagan por un artículo y publiquelo. Estoy seguro que no lo va a hacer. Conozcame. Por encima de todo, lo que comparto es sincero y pertinente a mis laboreos críticos. Es el amor lo que me motiva por encima de todo y el dinero no me corrompe, amiga.
    Buen año y mejores peñas.

    Respuesta
  • el 14 enero, 2021 a las 2:35 pm
    Permalink

    Cienfueguera
    Le aconsejo releer dos veces el artículo. Probablemente su comprometimiento con el mal que impugna y las emociones le incitaron a compartir (por lo que vi a altas horas de la madrugada) una opinión tan pueril y desinflada. Presumo que tiene que ver con la programación en el Centro Provincial de la Música y que es posible que gane un dinerito dando clases en alguna institución, tal vez haciendo una peña. El dolor le consumió por algun lado y sería saludable que se revise. Por demás, no tendría sentido consultar a una institución que está tan desmejorada y que es causante de tanta abulia y pensamiento enmohecido como el suyo. He descubierto tres cosas en su “deliberado” pensar (perdón, bramir): no ha tenido en valor la opinón de los públicos, no ha consultado las investigaciones producidas en la Universidad Carlos Rafael Rodríguez ni estado al tanto de los debates en los medios de comunicación. No procure que un artículo agote las dimensiones posibles de un análisis. Es imposible. Siga educando a sus alumnos y de paso, además de enseñarle las canciones de PBlo, Silvio, Tosca, Garay… aproveche para enseñarle asus niños canciones infantiles acertadas para su edad. Le advierto igual, ya que aprecio que no me conozca, llevo más de treinta años laborando en la cultura (subdirector de casa de cultura de Aguada, Director del Centro de Arte de Cienfuegos, Profesor del Centro Provincial de Superación, de la desaparecida Escuela de Instructores, de la Universidad, de la Escuela de Arte Benny Moré, miembro de la UNEAC Y ANCC de Cuba). No comparto opiniones si no estoy convencido de lo que pienso. Si está inconforme y desea un dialogo cercano y amigable sabe donde encontrarme. Por favor. Haga que esos estudiantes se sientan orgullosos de usted.

    Respuesta
  • el 14 enero, 2021 a las 2:16 pm
    Permalink

    Cienfueguera. Sería honesto que diese su rostro (nombre) antes de atreverse a dar una opinión tan ligera y desinflada a tan altas horas de la madrugada. Me temo que se dejó arrastrar por las emociones y viendose involucrada por sospechosa razón hace lo primero que asumen los retóricos y elementales, lanzar espuma por la garganta. Llevo trabajando para la cultura hace 30 años y opino solo cuando tengo convencimiento de lo que pienso. No tengo que ir a consultarle a usted mis ideas sino a los públicos y a los creadores mismos. NO SOY APEGADO A LAS JUSTIFICACIONES. Y no creo que el Centro (que no ha tenido quince en muchos tiempo) sea modelo para explicar la situación problemática. Por el contrario, creo que ha favorecido este mal que ha enmohecido la práctica cultural y la opinión reducida de personas de su catadura. Le agradezco la atención y le convido a reeler el artículo. Informese también lo que supuestamente gano por escribir un articulo. Se asombraría. Pero no es el dinero lo que me anima (lo hice por más de 25 años sin recibir alguna paga), mi único deseo es contribuir a pensar sobre la realidad cultural cienfueguera. Poco me conoce cienfueguera. Presumo que usted es profesora de algo. Me alegro que “enseñe” ese hermoso tema de Milanés, aunque percibo que ha perdido la noción que hay canciones para cada etapa etaria, no siempre aptas para el niño. Por otro lado, también hay composiciones de Garay, Silvio, Tosca… que debemos socializar porque son parte de nuestro patrimonio. Pero las cosas tienen su limite… y espacio. Hablamos de peñas… usted enseñe en sus clases… No tengo la culpa de que algun periodista no halla cubierto su labor. Tampoco me pida que un artículo cubra todas las dimensiones de un análisis. Es imposible. Si quiere el resultado profundo de mis investigaciones acerquese y hablemos amigablemente. Presumo igual que tiene algo que ver con la programación de ese centro. Por algunos años asumí una editorial digital donde publiqué artículos investigativos de la universidad donde se habla de la programación del Centro Provincial de la Música. ¿Los ha consultado?. ¿No debiera el CPM estimular la crítica musical para legitimar esas propuestas reveladoras?. El articulo fue tomado para propiciar el debate en la radio. ¿Escuchó usted la opinión de expertos y públicos?. Mi cienfueguera cuidese y haga que sus alumnos sientan orgullo de usted.

    Respuesta
  • el 3 enero, 2021 a las 11:37 am
    Permalink

    Al crítico le asiste la razón. Estas peñas están entumecidas, nada nuevo bajo el sol al paso del tiempo. Algunos de sus gestores bien pudieran optar por lo siguiente: grabar lo que hacen en 2021 y exhibir la grabación a los asistentes en 2025. En la práctica es lo que han estado haciendo por lustros. Y, como bien dice el crítico, con dinero nada exiguo. Los cheques y pagos que cada mes emiten las instituciones encargadas son de miles y miles. Por favor, se impone un poco de decoro, de respeto hacia su público de parte de los artistas, para proponer una obra renovada y no seguir parasitándose a sí mismos. El público de Cuba no fue instruido por gusto. Felicitaciones a Urra Maqueira y a 5 de Septiembre por poner nuevamente el punto sobre las íes que la llevan.

    Respuesta
  • el 31 diciembre, 2020 a las 1:04 am
    Permalink

    Urra,como ud mismo expresó, su artículo resulta bastante deliberado. No puede pretender escribir sin investigar sobre qué pasa en la actualidad porque puede resultar su opinión “enmohecida y desconocedora”. Para investigar sobre lo que escribe le pagan un salario “nada exiguo”.
    Primero tiene que diferenciar las peñas del sector presupuestado y las del sector no presupuestado, que cobran por diferente concepto. Luego ir a la Empresa de la Música “Rafael Lay” e investigar qué pasa con la programación. Para hablar de repertorios de reciclaje tiene que poner ejemplos en su artículo de qué tipo de música se interpreta en dichas peñas. Y sobre los públicos jóvenes sólo le voy a mencionar que mis alumnos de 14 años no saben qué canción es Yolanda de Pablo Milanés y tampoco saben si es Nueva Trova, Feeling o Trova Tradicional. Eso lleva un estudio más profundo de lo que puede abarcar su deliberado comentario.

    Respuesta
    • el 5 enero, 2021 a las 4:26 pm
      Permalink

      Cienfueguera, serán muchos los que deben investigar sobre las peñas, porque los peñeros, y me cuento entre ellos, le damos la razón a Urra, quien tiene fama de ser un crítico muy crítico, pero así debiera ser la crítica, crítica! Ahora estamos viendo unas peñas en el centro cultural benny Moré, que parecen frescas, de la AHS, y no creo que el crítico se refiera a ellas; pero hay otras que están anquilosadas, y ahora mismo que estamos en Fase III esa es la mejor opción cultural en la ciudad, y en la provincia (por cierto, habrá muchas peñas en los municipios?), para evitar la aglomeración y que los artistas mantengan el contacto con sus públicos, y puedan ganar dinero, que no solo de arte se vive. Cienfueguera, no sea tan cienfueguera, ni arremeta con el crítico con esa entrecomilladera picúa, la crítica es una manera de retroalimentarse y de mejorar, de verdad. Gracias al 5 de septiembre por permitir la polémica y producir materiales de buena factura, porque al que sirve el sayo, es porque le queda

      Respuesta

Responder a Jorge Luis Urra maqueira Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *