Patria es consecuencia y respeto a nuestros mártires y su causa

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No fuimos a luchar por la liberación de África a cambio de nada material, como la historia se encargó de constatar; solo nos llevamos “la satisfacción del deber cumplido y los restos de nuestros compañeros caídos”, para decirlo con las precisas palabras de Fidel. Acudimos allí por convicción y consecuencia para con los ideales solidarios que sostuvieron el ideario ético de nuestra Nación. Patria fue, también, la Operación Carlota, porque representó mantener recta y subrayada la línea de pensamiento libertario de un país que tuvo en personas como Antonio Maceo y en todos los luchadores (negros, como de las demás razas y de diversidad de rincones del mundo) cartilla inspiradora, ejemplo de conducta, modelo de aptitud, devoción por lo justo.

Al continente que cada imperio expolió, dividió y masacró, al espacio geográfico donde en la Ruanda de 1994 un millón de hermanos se mataron a machetazos entre sí por causa del odio divisor engendrado por el rey Leopoldo, allí —a la cuna de todos los saqueos y desprecios—, sin embargo, la pobre en lo material pero incomparable rica en sentimientos, Cuba envió sus soldados y de un plumazo revirtió el orden político del cono sur. Los redimió.

Dicha hazaña histórica fue puro Maceo, puro Fidel, pura Cuba.

El acto político por el aniversario de la Operación Tributo y los 120 años de la muerte en combate del Titán de Bronce, conmemorados frente al panteón a los caídos en el cementerio Tomás Acea de Cienfuegos a los tres días de inhumar las cenizas de ese gran continuador del hijo de Mariana que es el Comandante en Jefe Fidel Castro, resultó momento de fortísima pulsión emocional y patriótica. El líder histórico de la Revolución Cubana estuvo presente desde el mismo inicio, en las palabras centrales a cargo de la miembro del Comité Central y primera secretaria del Partido Lidia Esther Brunet Nodarse y a través de los paréntesis culturales del instante solemne.

En África murieron 94 de los 9 mil 106 combatientes cienfuegueros enviados a liberar a Angola, Namibia y a destruir el régimen ultrarracista de los boers surafricanos. Todos son héroes de la Patria, internacionalistas cuyo legado no podrá borrarse nunca, en tanto poseyeron el valor y la honra de entender el significado de su presencia allí.

Cuba, sus hombres, Fidel son venerados en África. El 4 de diciembre, Mac Maharaj, secretario adjunto del proceso de negociación para terminar con el apartheid y ministro de transporte durante la presidencia de Nelson Mandela, resumió ese sentir en un magnífico artículo donde expuso: “El mundo siempre sabrá que alguna vez hubo un hombre llamado Fidel Castro. Los africanos jamás lo olvidarán. Sus incansables ideales anticoloniales y antiapartheid garantizan un lugar especial para él en los corazones de los sudafricanos”.

A las tres de la tarde del 7 de diciembre de 1989, cuando Cuba recordaba el último combate de Maceo y de su ayudante Panchito Gómez Toro en su aniversario 94, en los 169 municipios del país se pusieron en marcha los cortejos fúnebres para llevar hasta su último destino (el Mausoleo de los Caídos por la Defensa), los restos de los combatientes internacionalistas que perdieron su vida durante los más de 13 años de presencia solidaria cubana en Angola y en otros escenarios de ayuda a pueblos hermanos.

Un total de 2 mil 085 combatientes murieron en el cumplimiento de misiones combativas, y otros 204 fallecieron mientras realizaban tareas de carácter civil.

La ceremonia central nacional de despedida de los héroes caídos tuvo como escenario el Mausoleo de El Cacahual, junto a la tumba de Maceo y Panchito.

En las honras fúnebres de aquel 7 de diciembre habló Fidel. Dijo que dos de los más grandes valores creados por el hombre, el patriotismo y el internacionalismo, se unían para siempre en la historia de Cuba.

“Murieron para que no existan hambrientos, mendigos, enfermos sin médicos, niños sin escuelas, seres humanos sin trabajo, sin techo, sin alimento, para que no existan opresores y oprimidos, explotadores y explotados, por la dignidad y la libertad de todos los hombres, por la verdadera paz y seguridad para todos los pueblos, por las ideas de Céspedes y de Máximo Gómez, por las ideas de Martí y de Maceo, por las ideas de Marx, Engels y Lenin, por las ideas que la Revolución de Octubre expandió por el mundo, por el socialismo, por el internacionalismo, por la Patria revolucionaria y digna que hoy es Cuba. Sabremos ser capaces de seguir su ejemplo”, expresó nuestro Comandante.

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Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

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