Parar en los puntos, una medida de cumplimiento permanente

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No ha dejado de ser preocupación popular el tema de la transportación de pasajeros a través de los puntos de embarque conocidos como amarillos, donde la obligación de parar es una medida de cumplimiento permanente.

Con un buen comportamiento durante la situación coyuntural que vivió el país entre finales de septiembre y parte del mes de octubre, en que prácticamente todos pusieron de su parte, hoy no se puede decir lo mismo. De ahí que 5 de Septiembre recorriera algunos de estos sitios para comprobar in situ cuál es la situación real.

Primera parada de nuestro periplo, el punto de embarque La Bayamesa, en la carretera de Caunao:

Ha mejorado mucho, pero siempre hay sus cabezones, que no paran. En el momento del agudo déficit de combustible todos detenían la marcha sin que le hiciéramos señas”, dice Isabel Vázquez Santana, quien junto a Francisco Calzada Varona se desempeñan como inspectores en ese neurálgico emplazamiento al que acuden las personas que necesitan viajar a Caunao, Lagunillas y Cumanayagua, entre otros destinos.

Francisco es un poco más preciso y asegura que “el 90 por ciento de los vehículos que pasan por aquí, para en el punto; pero otros hacen señas de que van a algún lugar cerca y no es así. Nuestro papel es contribuir a la transportación de las personas”.

Aunque en el momento de nuestra visita el cúmulo de pasajeros no era notable, por la afluencia de vehículos, ambos inspectores no dejan de reconocer que en ocasiones la disciplina de los que precisan trasladarse no es la mejor, pues se enciman a la carretera y ello dificulta el trabajo. “Algunos reaccionan bien, pero otros se molestan”, me dicen.

A algunos hay que “torearlos”

Si por el contrario, el viaje es hacia Palmira, Cruces, Lajas o Santa Clara y la persona ha optado por el auxilio de los “amarillos”, es inexorable llegar al T-15. Allí cumple sus funciones Caridad Dolores Hernández Nodal, quien reconoce que los choferes de la Agricultura paran siempre, “pero otros están relajados y hay que torearlos para que paren.

Ómnibus de la Empresa de Transporte Escolar contribuye a la transportación en el punto de embarque del T-15. /Foto: Juan Carlos Dorado
Ómnibus de la Empresa de Transporte Escolar contribuye a la transportación en el punto de embarque del T-15. /Foto: Juan Carlos Dorado

Otra dificultad tiene que ver con los cristales empapelados, pues algunos no entran al punto y eso impide ver hacia el interior de los carros. Muchas veces hacen señas con las luces de que van llenos o a un destino cercano, pero no hay como comprobarlo”, dice.

La alegación de Caridad Dolores fue fácil de corroborar, pues durante nuestra estancia allí el vehículo de matrícula B-059 289, en cuya puerta se podía leer el rótulo EPT (Empresa Provincial de Transporte) siguió de largo sin siquiera decir hasta dónde iba. Otro tanto hizo uno de la Empresa Correos de Cuba con chapa B-216 005 con cristales “protegidos” y asientos vacíos que no entró al punto. No obstante esa actitud, muchos otros accedieron y no pocas personas pudieron transportarse.

El más concurrido

Frente a la Universidad de Cienfuegos (UCf) existe quizás uno de los puntos más concurridos. Ya con el sol calentando eran múltiples las personas que deseaban llegar unos hasta el Hospital Psiquiátrico, otros a Rodas o a Aguada.

Frente a la Universidad de Cienfuegos (UCf) existe quizás uno de los puntos más concurridos. /Foto: Juan Carlos Dorado
Frente a la Universidad de Cienfuegos (UCf) existe quizás uno de los puntos más concurridos. /Foto: Juan Carlos Dorado

Existen centros como la Refinería, la Agricultura y la ECOA-37 cuyos vehículos paran siempre. Cada vez que ha habido alguna situación, acudimos a sus directivos y hay una respuesta inmediata”, asevera Adolfo Quiñones Raya, con 18 años como inspector, prácticamente todos en ese lugar.

Justo mientras conversábamos, un ómnibus de la Empresa de Transporte Escolar (B-098 327) no detuvo la marcha, pero un tramo más adelante los inspectores de Transporte (azules) lo conminaron a detenerse, pues llevaba asientos vacíos y aún cuándo se trataba de un flete debió, al menos, explicar que aún debía recoger personal en otras localidades.

Otra preocupación compartida por Quiñones Raya y su compañero José Ángel López Arévalo tiene que ver con que ”las personas se ubican cerca de la rotonda y no pocos transportes recogen allí, dejando sin posibilidades a quienes acuden al punto oficial. Debe señalizarse el embarque, pues ello nos posibilita accionar con quienes no cumplen”.

Hay de todo un poco en esta situación que ha tenido un evidente retroceso, más que de organización, de solidaridad y conciencia de quienes, al volante, olvidan que cuando existen dificultades se sortean mejor si todos colaboramos.

Sigo considerando que la aplicación de multas y/o medidas disciplinarias por las administraciones no es el camino; la mejor opción de todas será siempre la contribución consciente, la apelación a la solidaridad, que los choferes comprendan que parar en los puntos es una medida de cumplimiento permanente, no un alegato coyuntural.

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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