Otro Mella, tinísimo

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Mella es, como el Che, un héroe distinto. Sin llegar a convertirse en cliché del mercado, pieza para vidrieras o motivo de la cultura pop, Julio Antonio Mella tampoco pertenece a la clase de héroes perfectos que la historiografía cubana gusta encaramar sobre pedestales. Su filiación revolucionaria, comunista, lleva casi la misma dosis de pasión con que se entregó a Tina Modotti, su amante, en acto pecaminoso.

Al llegar a México en 1926, ya había fundado en Cuba la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), el Partido Comunista, y protagonizado una huelga de hambre contra el gobierno de Gerardo Machado. Apenas rebasaba los 20 años y su nombre se erigía entre la vanguardia de la intelectualidad latinoamericana.

Fue allí donde conoció, dos años más tarde, a la fotógrafa italiana Tina Modotti, mujer de ojos grandes, que posaba desnuda ante las cámaras y asumía el amor con desenfado. Para entonces, ella estaba comprometida con el artista mexicano Xavier Guerrero, y Mella había enterrado en suelo azteca a una hija, y visto nacer a Natacha, frutos del matrimonio con Olivia Zaldívar.

De ese primer encuentro en la revista El Machete (donde Julio colaboraba), surgió el conocido romance, travieso, indebido. Una carta suya, fechada en septiembre de 1928, desviste al hombre serio, intimista, en otro más apasionado, libre; dispuesto a gastar “balas” en aquella aventura emocional.

“Mía cara Tinissima: Puede ser que para ti fuera una imprudencia el telegrama, pues estás acostumbrada a llenarte de asombro por todo lo que hay entre nosotros. Como si fuera el crimen más grande el que cometemos al amarnos. Sin embargo, nada más justo, natural y necesario para nuestras vidas.

Tu figura no se me ha borrado en todo el trayecto (…) Todavía te veo de luto, traje y espíritu, dándome el último saludo y como queriendo venir hacia mí. Tus palabras también las tengo acariciándome el oído. Y cuando llegué al trópico, y comenzó el festín del calor, con la selva y el cielo azul, ya sabes que me parecía ver en cada espesura su complemento: aquella espalda con aquel pelo negro, suelto como una bandera, que era mi consuelo al no poder verte (…)”.

El testimonio de esa relación fueron las fotos, algunas atrevidas bajo la excusa de lo artístico, y otras movidas por la obsesión narcisista que tienen los jóvenes de posar de cualquier modo. Él cedió ante ella semidesnudo y erótico, con el pelo ensortijado y el rostro sonriente, dormido sobre el suelo, soñando…

Pocos meses duró luego el idilio. Durante la fría noche del 10 de enero de 1929, cuando ambos transitaban por la Avenida Morelos (Ciudad México), al doblar por Abraham González, una ráfaga de fuego se abalanzó contra Mella. En solo un instante, Cuba perdió al líder revolucionario, marxista; y Tina, al muchacho apuesto, varonil y arrogante que había logrado seducirla.

La muerte de Julio quedaría en suspenso. Aunque la versión oficial incriminó a sicarios del “asno con garras”, Gerardo Machado, otra sostiene la hipótesis de un crimen pasional. Vittorio Vidali, ilustre por varios crímenes, lo habría matado, no solo por la supuesta desviación trotskista del criollo (aislado arbitrariamente del Partido Comunista Mexicano), sino para suplantarlo en el papel de amante, como en efecto sucedió.

Todavía es historia obscura, pero, de probarse, sería hasta más humano saber que nuestro Mella fue asesinado por cuestiones de amor. Ese es el tipo de héroe al que no estamos acostumbrados.

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

7 Comentarios en “Otro Mella, tinísimo

  • el 11 mayo, 2017 a las 2:50 pm
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    ¨Julio Antonio Mella tampoco pertenece a la clase de héroes perfectos que la historiografía cubana gusta encaramar sobre pedestales.¨ ¿Pudiera explicar el autor que quiere decir esta frase? Los héroes se suben solos a los pedestales, nadie los encarama. Son hombres ok, pero son mejores que todos los hombres normales por eso son héroes. Su historia los enaltece no la historiograféa de nadie. Además hay que hacer un anélisis serio de lo que se escribe para despues de casi 100 años abrazar una teoría tan rara como la de crimen pasional. ¿Querrá cambiar la historia usted periodista? Si lo vas a hacer hazlo con argumentos no con simples chismes de barrio

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    • el 11 mayo, 2017 a las 4:10 pm
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      Querido Alberto, está claro que no entendío el trabajo del periodista. Léalo otra vez. La historiografía cubana desgraciadamente nos los presenta ( a los héroes) como personas rígidas, serias, a veces incluso, hasta insensibles. Que el periodista haya hecho alusión a rumores de la época sobre su muerte, solo da una visión más humana, viril y encantadora de Julio Antonio Mella, sea pura fantasía o no. Eso hará que nuestros jóvenes se sientan más cerca de los héroes, y es lo qu vale. Lea otra vez.

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  • el 30 marzo, 2017 a las 12:21 pm
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    Muy interesante el artículo, yo soy un aficionado alas fotos, y si son en blanco y negro me gustan muchísimo más, la obra de Tina Modotti como fotógrafa me atrae mucho pero lo verdaderamente interesante es el tema del posible asesinato pasional de mella. Mella fue una personalidad tan intensa e interesante que no me asombraría para nada, esos seres tan intensos me recuerdan el dilema de aquiles que prefieren vivir poco pero acogidos por la eternidad que no morir muy viejos y olvidados. En fin, muy intereaante el articulo y que me ha motivado a profundizar en la vida de la Modotti y el del Vidali tambien .

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    • el 27 marzo, 2017 a las 2:31 pm
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      Gracias Arturo.

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  • el 27 marzo, 2017 a las 8:27 am
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    Gracias por recomendarlo, Julio.

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  • el 25 marzo, 2017 a las 7:10 pm
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    El docudrama cubano Mella aborda de una forma interesante la relación entre Julio Antonio Mella y Tina Modotti. Se encuentra en nuestros joven clubs de computación, en La Mochila, una interesante opción audiovisual al alcance de todos.

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