Orelvis, del servicio militar a la producción de alimentos

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De ascendencia campesina, Orelvis Morales Jiménez no cursó estudios superiores, pues cuanto siempre le atrajo fue el surco, observar ese gratificante proceso que va de la siembra a la cosecha (de la nada al todo, como él bien dice) y eso: producir.

Cuando estaba en su período de servicio militar —relata a 5 de Septiembre— le propusieron incorporarse al Decreto Ley 300 una vez procediese su desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, lo cual él apreció como una oportunidad única para jóvenes de sus características.

“Imagínese, me estaban sugiriendo hacer lo mismo que yo quería. No lo pensé dos veces. Sabía que el principio iba a ser duro, pero contaba con mi disposición y la ayuda en la tarea de limpiar y preparar la tierra de mi padre, Leonardo y mis dos hermanos varones”, comenta el joven labriego del municipio de Aguada.

Ellos solos se dieron abasto para eliminar el marabú de las 46, 84 hectáreas en usufructo facilitadas para su puesta en producción por el Estado cubano. La superficie cultivable, perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Juan Manuel Márquez progresivamente comenzó a transformar su antiguo rostro yerto en una nueva imagen de vitalidad.

Refiere Orelvis que su área, situada en la zona conocida como Las Cajas, cercana a la Autopista Nacional y distante unos diez kilómetros de Aguada de Pasajeros, vio el resultado del esfuerzo suyo en la cosecha de 2013, cuando extrajo del campo la cifra nada desdeñable de cuatro toneladas del alimento.

En la posterior campaña, la cota se expandió a las 4, 5 toneladas y algo más en la siguiente. Orelvis, del servicio militar a la producción de alimentos (2)En la subsiguiente afrontó problemas momentáneos con el motor de la turbina, lo cual frenó la, al cultivo vital, llegada de agua y eso le impidió, de entrada, una mayor cantidad de área sembrada.

Pero el muchacho, orgullo entre los desmovilizados del servicio dedicados a las tareas agrícolas en Cienfuegos, contaría luego con el respaldo tecnológico para que no cayera en un bache y le decayera el ánimo.

Casado y con un niño de dos años, Orelvis no tenía casa propia antes de dedicarse al cultivo del arroz. Cuenta que con el primer monto devengado, pudo comprarse una para vivir con su nueva familia. Su esposa Yadira cree que poseerla es lo más grande que han tenido, junto al pequeñín de la pareja.

Luego, continúa, adquirí un tractor, el cual, entre otras funciones, me está ayudando ahora en el acarreo de agua.

Afirma que la inversión ejecutada por la Empresa Agroindustrial del Grano en el secadero de La Paquita favorece sobremanera a los campesinos como él, que llevan su producción allí para un proceso científico, organizado, muy diferente a como era antes, cuando debían pasar largas jornadas en el sitio para secar su arroz.Orelvis, del servicio militar a la producción de alimentos (1)

Enamorado de su labor, considera que el cultivo del alimento demanda dosis de abnegación y de robarle horas al descanso, pero el saldo a favor al final paga con creces los desvelos.

Él siente el apoyo por parte de la Empresa, la CCS, la Anap y las autoridades del territorio. Ha recibido insumos y los fertilizantes nunca le faltan.

Espera, en un plazo futuro, aumentar su perímetro cultivable en otra caballería (13, 42 hectáreas). Cree que puede seguir trabajándola solo, sin necesidad de asalariados, nada más con su esfuerzo y el respaldo de su familia. Sabe que el municipio es el asiento de varios de los grandes arroceros de la nación y su sueño es llegar a ser como ellos.

A los jóvenes desmovilizados de las FAR que sientan motivación por el universo agrícola, los exhorta a no vacilar y decantarse por esta ventaja, verdadero camino para forjarse de una labor segura, estable y próspera que exige esfuerzo, mas de forma no muy demorada brinda muchos beneficios.

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Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

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