Olfides vuelve a la carga

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Pasada la página de Tokio, el pesista cienfueguero Olfides Sáez Vera comienza a perfilar sus nuevos objetivos, entre los cuales la prioridad es llegar a la cita olímpica de Londres en la mejor forma posible.

Apenas horas antes de partir de la provincia, tuvimos la oportunidad de conversar no solo con el destacado fornido natural de Horquita, sino también con su entrenador, Félix Machín Gallo, sureño que funge como jefe técnico de la selección nacional de levantamiento de pesas.

Acerca del nuevo ciclo que pronto dará inicio, Olfides nos comenta que “ahora parto hacia Artemisa, donde radico con mi esposa y mis hijos, pues otra vez comenzaremos la preparación desde casa, hasta que nos orienten el ingreso al centro Cerro Pelado”.

Al respecto, Machín agrega: “Seguimos limitados por los embates de la pandemia, así que volvemos a iniciar con trabajo indicado para realizar en los hogares. Esto es bien complicado para la preparación, pues nunca es igual que frente a un entrenador, pero es lo que podemos hacer por ahora. Durante muchos meses hemos laborado así. Incluso, antes de asistir la cita de Tokio los atletas con cupos para los juegos estuvieron entrenando en las casas de sus técnicos. En nuestro caso, Olfides y yo convivimos en mi hogar durante unos dos meses. Esperemos que pronto mejoren las condiciones epidemiológicas y podamos concentrarnos en nuestro centro de entrenamientos”.

Pasadas varias semanas de la incursión olímpica, Olfides revive su experiencia y los obstáculos que sorteó para llegar allí.

“Fueron meses muy duros, enfrentando lesiones, con mucha tensión por lograr la clasificación, con déficit de la acostumbrada preparación y como siempre, alejado mucho tiempo de la familia. Cuando lo conseguí sentí un gran alivio, pues fue un sueño de siempre, y lo había alcanzado luego de un sacrificio enorme.

“Ya en Tokio las cosas no salieron como esperaba. He comentado con anterioridad que no me sentí bien de salud los días previos a mi competencia, en la cual cometí errores técnicos que me privaron de una mejor ubicación. Claro que no estoy conforme con ese noveno lugar, pues aunque estoy consciente de que no podía aspirar a un podio, sí tenía potencial para escalar más en la tabla”.

Su entrenador evalúa el desempeño de Olfides, con quien conforma un binomio que ambos califican como ideal. “Ocho días antes de competir, Olfides sintió molestias en el aductor de una de sus piernas durante una sesión de cuclillas. Luego comenzó a sufrir mareos y problemas estomacales. Fue evaluado por el personal médico, pues no sabíamos a ciencia cierta qué le ocurría. Al final todo indicó a una ingesta, pero no podíamos arriesgarnos a exigirle el máximo de su esfuerzo. Incluso, como ya se ha dicho, valoramos la posibilidad de que no compitiera. Por eso creo que su actuación resultó muy buena, al enfrentar la prueba sin titubear, a pesar de no estar en forma óptima. Mostró descoordinación al inicio y ahí vinieron los dos fallos en el arranque, con un peso que podía levantar. Se repuso y regaló un excelente envión, para liderar el grupo B, como se esperaba. Algunos nos han cuestionado por qué no fuimos por más peso en ese último ejercicio, pues él tiene marca de 206 kilos y aquí terminó en 203, pero te repito que no podíamos exigirle más, aunque sabíamos que tres kilogramos pudieran significar una mejor plaza. Esperábamos más, pero así es la competencia y estamos muy contentos y satisfechos con su actuación, que por demás nos ratificó su entrega, responsabilidad y compromiso”.

Precisamente acerca de las aspiraciones de la disciplina en Tokio, Machín confiesa que “nos trazamos el objetivo que los cuatro atletas estuvieran entre el diez y el once, y al final todos superaron esa meta. Por vez primera tres chicas representan a Cuba en unos Juegos Olímpicos, algo que nos satisfizo mucho y valga el reconocimiento para todos los que trabajan vinculados a nuestras muchachas. El sistema de clasificación resultó complicado. Al inicio había que tomar parte en al menos seis eventos internacionales que otorgaran puntos a la cita, y luego eso quedó en cuatro competencias. Muchos de los representantes de Cuba no tuvieron esas oportunidades y ahí se perdieron posibilidades de plazas”.

Luego de mucho tiempo alejado de los suyos, el joven forzudo agradece las jornadas que ha disfrutado en su natal Horquita.

“Sinceramente era algo que necesitaba. Pasar todos estos días con mis padres, mis hermanos, mi esposa y los niños me llenan de energía para volver a las prácticas. No hay nada como el calor de la familia, y nuestras carreras nos obligan a prescindir de eso durante largos períodos”.

Precisamente del futuro conversamos con el capitán de la selección nacional.

“Comenzar con todo, pues las metas siempre serán ambiciosas. Primero, enfocarme en los venideros Juegos Centroamericanos, y todo el tiempo ir en busca de asistir a París 2024, donde aspiro a una mejor ubicación”.

Machín aclara que “algunos ven a París como algo lejano, pero el nuevo ciclo olímpico es de solo tres años y la cita está al doblar de la esquina. Por ello hay que continuar perfeccionando el trabajo. ¿Las pesas cubanas en París? Depende del comportamiento de la pandemia y de cambios que deben ocurrir en el sistema de clasificación, los cuales serán dados a conocer pronto en el Congreso de Halterofilia. No obstante, tenemos material para conseguir de tres a cuatro plazas en cada sexo, estamos seguros. Nuestro objetivo es volver a los planos estelares, donde Cuba estuvo presente. Si todo nos sale como esperamos podemos tener más presencia en 2024, y, ¿por qué no? soñar con una medalla”.

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Carlos E. Chaviano Hernández

Periodista y Director de programas de televisión.

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