Nueva política de la vivienda: saldar todas las deudas

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Plausible es el retorno a las microbrigadas —en esta reedición de la variante: fuerza laboral de los diferentes organismos y empresas— como proyección de la nueva política de la vivienda vigente en el país.

Cienfuegos, como las restantes provincias cubanas, tiene sobre los hombros la titánica responsabilidad de conducir desde el papel hasta la realidad el contenido de esa, una de las políticas públicas imprescindibles en la Cuba de 2019.

Sobre la mesa varias fichas favorecen al territorio sureño. Por ejemplo, la producción local de materiales y el buen estado del fondo habitacional, con un ochenta por ciento de los domicilios cienfuegueros en buen estado.

Sin embargo, la existencia de 172 cuarterías clasificadas en regular y mal estado técnico, de nueve edificios altos en la ciudad cabecera —siempre necesitados de rehabilitación fundamentalmente hidrosanitaria— y un déficit habitacional registrado en 17 mil 377 viviendas obligan a la provincia a calentar rápidamente los motores de la edificación de inmuebles.

Pero estos últimos no surgen por arte de magia: se necesitan obreros, muchos obreros para cimentar y hacer crecer edificios, casas, “facilidades temporales”, o como quiera llamársele a ese techo bendito que garantiza funcionalidad y estabilidad familiar.

He ahí la tensión mayor: la fuerza laboral muy deficitaria en el sector de la construcción, asunto identificado no solo en estudios realizados por la Universidad cienfueguera, sino también en la voz de autoridades de la vivienda y otros organismos responsables del asunto en Cienfuegos.

La épica de las microbrigadas retorna entonces, y debe hacerlo para bien, porque “no podemos solamente pensar en los trabajadores de la empresa de mantenimiento y construcción y otras entidades del sector. Para poder cumplir la política trazada debe aportar fuerza laboral todo el mundo, todos los organismos”, dijo a esta comentarista Edelis Sierra Caraballo, directora provincial de vivienda en este territorio.

Si así ocurre y el diapasón se amplía, si cada empresa alista tropas y los cienfuegueros ponen alma, corazón y vida al empeño de aliviar dolores de cabeza en hogares multigeneracionales —otra arista comprendida en la política—, en casas precarias o espacios muy pequeños, casi inhabitables; no pocos obstáculos quedarían aún en el camino.

Por ejemplo, según datos facilitados por la propia dirección provincial de vivienda, restarían más de 8 mil nuevas casas por construir y 8701 por rehabilitar; tendríamos en los siete años previstos para revertir el déficit habitacional en la provincia los dedos cruzados ante posibles fenómenos naturales, cada vez más frecuentes debido a un clima contrariado por la insensatez humana.

Pendiente estaría allanar el camino en cuanto a la obtención de terrenos por personas naturales, pese a las 62 zonas identificadas como áreas potenciales para construir, tanto por esfuerzo propio como por la vía estatal. Sacar ese número de informes deviene hoy imperativo. Otro punto gris que puede colorearse de verde esperanza figura el tratamiento a los 27 barrios ilegales existentes en Cienfuegos, barrios con el 25 % de las casas calificadas en mal y regular estado técnico.

No menos impactante resulta la evaluación concienzuda del empleo actual de locales — distribuidos en las cabeceras provincial y municipales fundamentalmente — la mayoría subutilizados, pero sitos en espacios urbanos, con acceso a los servicios básicos para cualquier familia. Es una batalla a ganar, desterrando “papeleos” y “aprobaciones del organismo superior”, pues dichos locales son patrimonio del Estado cubano, ese que desde sus máximas instancias llama a resolver con urgencia las agravantes habitacionales en el país.

Eliminar de la bitácora constructiva la chapucería y mala calidad en las ejecuciones tampoco carece de importancia, si tenemos en cuenta que ha sido práctica habitual en los últimos años. Y vuelve a escena la microbrigada, pues tal vez si quien construye es dueño potencial, el sentido de pertenencia destierra casi toda imperfección.

Por último: el entuerto en torno a trámites y el muchas veces desviado camino de los materiales de la construcción tampoco ayudan a saldar las deudas con las necesidades de vivienda en Cienfuegos, y en Cuba.

Sin embargo, que no prime el desánimo, porque la primera guerra ya está ganada: pese a dificultades económicas arreciadas por múltiples factores en este 2019, en letra viva escribe el país la disposición de resolver, en el plazo de una década, las deudas acumuladas con no pocas familias cubanas, urgidas de un espacio propio.

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Un Comentario en “Nueva política de la vivienda: saldar todas las deudas

  • el 18 junio, 2019 a las 10:41 am
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    Bueno; esta super bueno lo de las microbrigada y es muy importante para resolver el problema de la vivienda o sea que las personas luchan para tener algo y despues que lo logran tienen mas problemas; IPF de Cienfuegos es el burocrata mas grande te pone lo que quiera pra bloquear lo que la persona logro y con todo bajo la ley asi que creo que este es un bloqueo interno que es peor que el de los yankis

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