Nobel de Química estudia la frutabomba en el enfrentamiento a la Covid-19

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Debido a la rápida propagación de la Covid-19, científicos de todo el mundo se encuentran trabajando para buscar una cura contra la enfermedad. Si bien una de las soluciones que se plantea con mayor frecuencia es encontrar una vacuna, el premio Nobel de Química, Arieh Warshel, cree que obtener un medicamento es más urgente que una vacuna que puede tardar bastante tiempo.

Es por ello que, de acuerdo a la información entregada por Emol.com, Warshel se encuentra estudiando la enzima de la frutabomba, la que sería similar a la del coronavirus para crear un medicamento contra la Covid-19.

Por la experiencia en modelar enzimas, a Warshel se le adjudicó el premio Nobel de Química, junto a dos compañeros más, al ser pioneros en el desarrollo de modelos informáticos para predecir procesos químicos. Este es el mismo modelo que desarrolla para encontrar un medicamento contra la Covid-19.

El químico dijo en una entrevista a la agencia española de noticias EFE que: “tenemos mucha experiencia en modelar enzimas como la papaína ( papaya); y examinamos como diferentes fármacos podrían unirse a la proteasa específicamente del coronavirus. Buscamos inhibidores que formen un enlace covalente, un enlace químico real, que significa que es más difícil de desconectarse de él”.

“Uno de los problemas con la vacuna –argumentó- es el largo tiempo que se necesita para obtenerla de forma segura. Lo único que hacemos es que el tema nuestro resulta más académico. Intentamos examinar los enlaces del virus, los receptores que acepta, y ver la diferencia  entre el virus SARS y este coronavirus, que no presenta grandes divergencias”.

En otra parte de la entrevista, el Nobel de Química de origen israelí indicó que su mayor preocupación de este periodo es “la alta tasa de mortalidad de las personas mayores. “Lo económico –recalcó- vendrá después, por supuesto, y todo el caos por el cierre de medio mundo. Entonces, el efecto a largo plazo podría ser psicológico, pero realmente dependerá de cómo de rápido nos recuperemos”.

“Lo que deberíamos hacer –puntualizó- es destinar más esfuerzos a proteger el tratamiento clínico. Los gobiernos deben tener mucho cuidado por el número limitado de profesionales. Yo permitiría el uso de la medicina experimental. Alguna gente está en contra, pero creo que merece la pena continuar haciendo tests de los últimos casos, y separar los exámenes de cómo de efectivos son los tratamientos para intentar trabajar con la gente que está más enferma”.

Por último, el químico se declaró como “pesimista” en cuanto al futuro de la crisis e indicó que “no creo que la gente llegue a ser mejor persona incluso con semejante problema”. El científico concluyó que “cuando el problema termina, la misma tensión vuelve a aparecer, porque habrá otras presiones, como sobrevivir después de una crisis económica significativa”.

La papaína

En cuanto al uso de la papaína, el profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, doctor Ricardo Soto, dijo a Futuro 360 que la enzima en cuestión es una proteasa con funciones similares a la del coronavirus. “Lo que él (Warshel) –comentó- propone es justo usar la estructura conocida de la papaína para buscar moléculas que puedan interferir  con su función y luego extrapolar estos datos al coronavirus”.

Asimismo explicó que la papaína se observa como un líquido blanco que surge al momento de pelar una de esas frutas. Este elemento es el que podría convertirse en un fármaco eficaz para inhibir la expansión del virus en el cuerpo.

El Nobel de Química

Arieh Warshel (Sde Nahum, Israel; 20 de noviembre de 1940) es un fisicoquímico israelí (nacionalizado estadounidense). En 2013, recibió el Premio Nobel de Química junto con Michael Levitt y Martin Karplus por el desarrollo de modelos y programas informáticos que permiten entender y predecir el comportamiento de complejos procesos químicos. Actualmente trabaja como Catedrático de Química y Bioquímica en la Universidad del Sur de California.

Warshel mereció el premio Nobel de Química en 2013 y hoy busca un fármaco a partir de la papaína/ Foto Tomada de Internet

Gracias al trabajo que empezaron a desarrollar entre 1970 y 1976, se sentaron las bases de los programas informáticos que se utilizan para comprender determinados procesos químicos.​ Estos programas simulan el comportamiento en la vida real de las reacciones químicas (las cuales se producen en fracciones de microsegundo), eliminando la necesidad de hacer un experimento clásico de laboratorio.

A su vez, la posibilidad de plantear un proceso químico y comprobar rápidamente los diferentes resultados permite resolver hipótesis y hacer predicciones fácilmente.

Además de las utilidades prácticas, la simulación de procesos químicos ayudaría, entre otros, a estudiar cómo crear nuevos materiales o fármacos. Otra aplicación sería, por ejemplo, utilizar la informática para conocer las distintas maneras en las que puede crecer una célula solar y cuál de los organismos resultantes sería el más eficiente captando luz, lo que podría usarse para generar electricidad.​

El principal aporte de Warshel, que fue quien realizó la primera simulación dinámica molecular de un proceso biológico, fue la elaboración de los modelos electroestáticos microscópicos para proteínas.

Más sobre la papaya

La también llamada frutabomba proviene del papayo, nombre común de un árbol de la familia de las Caricácedas, muy cultivado en zonas tropicales. Se le conoce como “fruta noble” por sus propiedades antiácidas y es ideal en los desayunos, y con tal fin es recomendable añadirle un poco de jugo de limón.

Entre los aportes al organismo humano que hace su ingestión beneficiosa está su contenido de azúcar, papaína (fermento que mejora la digestión de la carne), pectinas, resinas, ácidos orgánicos, vitaminas A, B y C; así como aceite esencial de fosfolípidos.

Esta fruta le reporta al organismo múltiples  beneficios nutricionales al tiempo de preveer enfermedades/ Foto tomada de Internet

Todos esos componentes, además de constituir elementos necesarios para la alimentación, son portadores de una considerable proporción de sustancias medicinales, indicadas para prevenir o curar determinadas enfermedades.

Según consulta de la  bibliografía especializada, comer papaya en su estado natural resulta un remedio eficaz como analgésico, antibiótico, antibacterial (elimina parásitos intestinales), antipirético y  aliviar los trastornos digestivos. Además se le reconocen propiedades digestivas, expectorante, hipotensivo (baja la presión arterial) y de tónico cardíaco y hepático. Asimismo es útil en problemas de la piel y el jugo puede quitar manchas de la piel.

En Cuba existe una variedad conocida como MARADOL, que es un aporte importante a la fruticultura cubana. Esta frutabomba fue el resultado de un híbrido genético, logrado en el Instituto Nacional de Investigaciones de Viandas Tropicales (INIVIT) de Santo Domingo, y su artífice fue el entonces director del centro Adolfo Rodríguez (ya fallecido), un agrónomo autodidacta. Este tipo de papaya se caracteriza por una masa más dulce y consistente que sus congéneres.


Fuentes bibliográficas:

Emol.com

PortalFrutícola.com

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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