Mujer caracola

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 33 segundos

Arianna González De Los Reyes es guardiamarina, estudia en la Academia Naval Granma, una prestigiosa institución militar, anclada en la capital de Cuba. Ella es oriunda de Las Tunas, oriental territorio desde donde marchó un día a La Habana tras un sueño, al que pocas mujeres se supeditan. Y es que el mar y la rectitud militar no son, por lo general, paradigmas femeninos. Pero estamos en tiempos en los que el empoderamiento de la mujer mucho más allá de ser un término de moda, resulta realidad.

La encuentro en medio de una tripulación en mayoría masculina, donde las muchachas, una seis o siete entre 40 y tantos, son minoría. Vienen a Cienfuegos en viaje de instrucción, como parte de un bojeo a la Isla grande. Ojos negrísimos, pecas en el rostro, quizá de tanto sol a destiempo, y un ajustado traje blanco, uniforme de gala de la Academia.

“Me preparo para ser oficial de la Marina de Guerra y estudio la especialidad de Cubierta, y en este viaje pongo en práctica todo lo aprendido: navegación, medios técnicos, ayuda electrónica y otros. Hacemos trazado en la carta, trabajamos con radares, y aprendemos con los profesores que vienen a bordo.

Y de entre tanto verbo clicheado, hasta entiendo que sea normal en la vida militar, logro “sacarle” algo sobre el amor que profesa el mañana ser una oficial de la Marina, que no vestirá amplias faltas y blusas escotadas en las jornadas de trabajo, ni pendientes largos y vistosos, mucho menos un floripondio en el cabello. Su rutina laboral la mantendrá enfundada en un traje militar de campaña.

“¿Sabes?,este es un oficio difícil, pero estoy muy orgullosa de lo que me espera en el futuro. Somos pocas mujeres, pero todas muy convencidas”.

Cienfueguera orgullosa inquiero a seguidas, ¿habías estado en la ciudad con anterioridad? ¿Conoces que es un enclave marinero con mucha historia venida de la mar?

“Es mi primera vez acá, acabamos de zarpar, pero los días que estaremos por Cienfuegos los quiero aprovechar visitando el Museo Naval y conociendo de cerca lo sucedido aquel 5 de septiembre. Ya hemos visitado otras ciudades y terminaremos en Santiago de Cuba, de todas me llevo y llevaré mucha experiencia. He podido comprobar, estando en el mar, que opté por la carrera adecuada, no me equivoqué”.

Arianna pide permiso y se incorpora a la formación de muchachos y muchachas, que como ella, visten de blanco y sueñan con surcar las aguas y custodiar todo ese archipiélago que conforma el territorio nacional. Pienso en lo difícil que será soportar el mareo y las duras travesías, pero aprecio sonrisas diáfanas y juveniles, y en los ojos una luz me dice que son fuertes, demasiado, porque a destiempo se han formado en la dura lidia del rigor militar. Pero ella, la muchacha de Las Tunas, es mujer cacarola.

Guardar

Visitas: 1976

Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *