Muestra calidad exportable café del centro de Cuba

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Expertos de la Unidad Empresarial de Beneficio Industrial Eladio Machín, del municipio cienfueguero de Cumanayagua, certifican la alta calidad del café acopiado en la región montañosa del centro del país.

Aún con la pérdida en más del 50 por ciento de los volúmenes previstos, a causa de los estragos del huracán Irma, más del 98 por ciento del grano acopiado cumple con los parámetros exportables, afirma Misael Águila Brito, jefe de la planta.

“Estaba previsto un crecimiento del 20, en la especie arábico, con la cual se conforman los surtidos para el mercado en divisas, pues esta especie es cultivada por encima de los 400 metros sobre el nivel del mar, y sus plantaciones fueron las más afectadas por el fenómeno meteorológico, explica Luis Delgado Vázquez, Especialista de Control de la Calidad.

En el laboratorio se constatan las evidencias del perjuicio que dejara el ciclón, cuatro meses atrás.

“Ha afectado en el tamaño del grano, porque se quedó pequeño cuando pasó el ciclón, pues en ese momento estaba en formación. Cuando pasa por la clasificadora, se aprecia que los surtidos de criba superior: 17, 18 y 19 –dimensiones recomendables para la exportación–,  están muy por debajo de las de otros años”, agrega el experto en calidad.

“Generalmente, las cribas superiores representan el 40 por ciento de la cosecha, pero en esta, alcanzan apenas 19”, aporta.

Tal indicador diferencia del resto del país al café de las montañas de Cienfuegos, Villa Clara y Santi Spíritus, procesado en esta unidad del municipio de Cumanayagua.

Sin embargo, el tamaño no es el único elemento que define la calidad. Reiteran los entendidos que más del 98 por ciento del café arábico acopiado en esta región central, presenta entre cero y diez  por ciento de imperfecciones, especificación vigente para surtidos superiores con destino exportable.

Este año se beneficiarán en la planta unas 260 toneladas, la mitad de lo procesado en la anterior zafra, y para compensarlo, se optimiza el rendimiento.

Para ello, la empresa echó mano a un método tradicional, pero efectivo: las selectoras manuales, mujeres entrenadas que hallan pequeñas manchas, similares a un hongo, – consecuencias del estrés sufrido por los cafetos–, y que máquinas ópticas con más de 30 años de explotación ya no pueden detectar.

“Escogen hasta dos sacos por día de 60 kilogramos. Son 120 kg cada día, y logran un aprovechamiento de la masa al 97 por ciento, lo que no logran ya las mesas electrónicas, cuyo aprovechamiento es de hasta un 75 por ciento”, enfatiza Águila Brito.

Con su pericia, cada jornada recuperan una tonelada de café de calidad, supliendo la merma de los volúmenes en esta cosecha que concluye en el macizo Guamuhaya.

Con sus ojos entrenados, las selectoras manuales pueden escoger hasta una tonelada de café de alta calidad, en cada jornada de labor. /Foto: Ismary Barcia

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