Minint: centinelas del orden, la tranquilidad ciudadana y la paz
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En estos sesenta años de creado el Ministerio del Interior (Minint), la historia de este brazo armado de la Revolución ha estado colmada de anécdotas, acciones y sobre todo heroísmo, tanto en el combate del día a día por garantizar el orden, la tranquilidad ciudadana y la paz, como su participación en la épica por defender la soberanía, independencia e integridad de la Patria.
Según lo dispuesto en la Ley 940 del Consejo de Ministros, el 6 de junio de 1961 marca la fecha de la constitución oficialdel Minint, al cual se adscribieron el Departamento de Información (G-2), que pasaría a denominarse Departamento de Seguridad del Estado, la Policía Nacional Revolucionaria y la Policía Marítima, que hasta ese momento formaban parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Sin embargo, la génesis del nuevo cuerpo uniformado se remonta a la etapa de la lucha insurrepcional en las montañas de la Sierra Maestra.Ya desde entonces varios intentos de penetración por parte de la Agencia Central de Inteligencia, (CIA), y de los órganos de inteligencia del régimen batistiano iban dirigidos a planes concertados de una y otros para asesinar, en primer lugar, al máximo líder de la Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro.
Luego, ante tales amenazas fue necesario organizar estructuras en las propias fuerzas guerrilleras como el Servicio de Inteligencia Rebelde (SIR), el Departamento de Inteligencia del Ejército Rebelde (DIER), y la Policía Rebelde. Sin más preparación académicaque la suspicacia conspirativa, el arrojo, la intrepidez y la audacia, aquellos hombres y mujeres desarrollaron métodos investigativos basados más en la instuición que en la ciencia, como lo hicieran las huestes mambisas en su tiempo.
Empero, lejos de cejar en el empeño, tras el triunfo de la Revolución, el primero de enero de 1959, el imperialismo yanqui, en contubernio con esbirros y personeros del oprobioso régimen de Batista, incrementan los planes por derrocar al naciente estado de obreros y campesinos. Inicia así una larga cadena de sabotajes a objetivos económicos y sociales, el fomento del bandidismo en el llano y las montañas, el estímulo a salidas ilícitas del país, en organizar atentados y asesinatos; en fin, asembrar el terrorismoy el desaliento entre la población civil.
Ante la permanente agresividad del enemigo había que perfeccionar los métodos y tácticas en el enfrentamiento frontal y también en el campo de la inteligencia. Fue necesario penetrar a las organizaciones contrarrevolucionariasy las a bandas armadas que operaban en llanos y montañas.
A la par del heroico desafío que representaban los delitos contra la seguridad del Estado, hubo de crearse una Policía, no para reprimir al pueblo, sino para defenderlo y proteger su tranquilidad y demás bienes; velar por el orden público y el cumplimiento de la ley; combatir a la delincuencia y contribuir a la eliminación progresiva de vicios y lacras del pasado capitalista, como lo exhortara Fidel.
Así, al fragor de la lucha diaria y con páginas gloriosas escritas en la lucha contra bandidos, Girón, la epopeya de Angola, la acción antiterrorista desde los propios Estados Unidos y la protección a los principales dirigentes de la Revolución se han ido forjando durante estas seis décadas los uniformados del Ministerio del Interior.
Como valiosas ha sido la participación de los miembros del Cuerpo de Bomberos de Cuba en salvar vidas y recursos en medio de incendios y otros desastres, o el trabajo del sistema penitenciario, Carné de Identidad, Inmigración, Cuerpo de Guardabosques, Criminalística, Técnica Canina, Guardafronteras, en fin, como fieles garantes de la paz en el amplio universo de la vida económica y social del país.
Este 6 de junio, combatientes y trabajadores civiles de la Defensa de la institución armada arribarán al aniversario 60 con la satisfacción del deber cumplido y prestos a asumir nuevos compromisos. Ahora con un papel muy activo en el enfrentamiento a la pandemia provocada por la Covid-19, garantizando, desde sus puestos de servidores públicos el orden, la disciplina y la exigencia por las medidas de bioseguridad.
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