Un mercado para proteger la economía personal y familiar en Cienfuegos

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Una de las mayores preocupaciones de la población cubana a partir de la implementación, incluso mucho antes, de la Tarea Ordenamiento, se concentra en el alza de los precios en general y, particularmente, en los negocios privados.

Durante una entrevista a finales de diciembre de 2020, Alexander Brito García, presidente de la Asociación Nacional de Economistas de Cuba en esta provincia, reconocía que a nivel gubernamental “no hemos logrado un control ni una regulación de los precios en el sector no estatal”.

Sin embargo, el cuentapropismo genera cada vez mayor cantidad de productos y, fundamentalmente, servicios. Tal y como está previsto en la conceptualización del modelo económico de la Isla.

Por solo citar un ejemplo, de las dos mil 100 calorías que cada individuo debe recibir como parte de la canasta de consumo familiar, se calculó que hasta 700, serían adquiridas fuera del hogar.

En aquel momento, Brito García estimaba que las opciones de comercio y gastronomía representaban apenas hasta el 40 por ciento de la oferta total en el mercado y ubicaba el resto en el modelo de gestión por cuenta propia.

En aquella conversación, el economista insistió en la necesidad de que el gobierno diseñara mecanismos que permitan regular los precios “desde la adquisición de la materia”.

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Al cierre del primer trimestre de 2021 se consolidan en Cienfuegos las ventas mayoristas a figuras aprobadas nacionalmente: los propietarios de bares, cafeterías, restaurantes y a panaderos-dulceros.

La Unidad Básica (UB) Mercado Paralelo y Mercabal, de la Empresa Mayorista Provincial de Alimentos (EMPA), asume desde mediados del año pasado el rol de proveedor del sector. “Las ventas tienen mayor estabilidad y organización en 2021. La distribución de las mercancías líderes se hace equitativamente para toda la provincia”, asegura Miriam García Reyes, directora de la UB.

La entidad suministra, por directrices nacionales, harina de trigo, arroz, azúcar y sal a los 591 trabajadores por cuenta propia del territorio y a los 146 de unidades arrendadas, a un costo inferior en un 20 por ciento al precio de venta minorista publicado en la Gaceta Oficial de la República de Cuba. Los restaurantes reciben, mensualmente, 100 kg de cada producto; el resto de las unidades, la mitad.

“Hasta el momento todo funciona muy bien. Ahora me van vender, además, cinco cartones de huevos”, explica Félix Mariano López, dueño de una cafetería en Palmira, “todo es suficiente para la capacidad de mi negocio, excepto la harina”.

Eldis González, titular de igual tipo de unidad en la localidad de Espartaco, opina que “alcanzar no alcanza, pero sabemos las restricciones que tiene el país”.

La estrategia nacional concibe la búsqueda de otros proveedores para incorporarlos al mercado mayorista y ampliar la oferta.

Jorge Félix Sierra Lidier, especialista comercial de la UB, afirma que han firmado contratos con ocho empresas del Ministerio de la Industria Alimentaria: Lácteos Escambray, la de Bebidas y Refrescos, Pescacien, Pastas Largas, la Avícola para la venta de huevos frescos, Cuba Ron, Los Portales y Bucanero S.A. “Como promedio ofrecemos alrededor de 20 productos y estamos por iniciar relaciones comerciales con la empresa pesquera Tunas de Zaza”, puntualiza.

La cienfueguera Tania Capote Guerra aprecia los beneficios del mercado mayorista. “En mi negocio oferto almuerzos a precios módicos, completas desde 20 hasta 40 pesos, porque según se me vende aquí, así puedo yo fijar tarifas más asequibles”.

Al margen de medidas organizativas que responden a la cantidad insuficiente de determinados rubros, la cerveza por ejemplo, se entrega hoy solamente a restaurantes, y el reclamo es que llegue también a bares y cafeterías, el mercado mayorista de alimentos garantiza, sobre todo, a las nuevas formas de gestión estabilidad en el acceso a insumos y materias primas y, por transitividad, aunque todavía de manera incipiente, busca proteger el bolsillo del trabajador y la economía familiar.

Como parte del perfeccionamiento de la experiencia, la directora de la UB Mercado Paralelo y Mercabal adelanta que la intención es crear en el futuro, un espacio para atender a los clientes del sector no estatal en cada uno de los municipios de la provincia.

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