Mella, símbolo de unidad y lucha del estudiantado

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Nadie como Julio Antonio Mella logró tanto en tan poco tiempo durante los oscuros inicios de la falsa república. Con poco más de 20 años se convirtió en uno de los más capaces líderes de talla continental iniciado en las luchas estudiantiles, y rápidamente evolucionó al marxismo leninismo, y comprendió que la verdadera redención social se alcanzaba con el cambio de todo el sistema pro imperialista predominante en América Latina.

Las propias circunstancias de su venida al mundo hace ahora 120 años, el 25 de marzo de 1903, no pudieron ser más desfavorables en La Habana donde predominaba una sociedad que pudo sumirlo en la infelicidad y mediocridad por ser hijo ilegítimo del dominicano Nicanor Mella con la irlandesa Cecilia Mc Partland y Diez.

Pero ninguno de esos augurios se hizo realidad, pues sus padres fueron seres extraordinarios que supieron enfrentarse a los prejuicios y defender su amor y familia.

Don Nicanor, uno de los más afamados sastres de la ciudad, nunca dejó de reconocerlo y prodigarle gran cariño y apoyarlo en su desarrollo al igual que a su hermano menor, Cecilio. Se sentía orgulloso de que Julio Antonio, un adolescente espigado y atlético, vistiera los más selectos trajes y piezas que hacía, de lo cual debió venirle al joven su gusto por el buen vestir y la elegancia que lo distinguió siempre.

Recibió en su entorno familiar también los más altos valores éticos.

Su abuelo paterno era Ramón Matías Mella, prócer de la liberación dominicana, y su madre fue una ferviente defensora de su pueblo sometido al poder inglés, y que se opuso a la Enmienda Platt y simpatizó con las causas progresistas de la Patria de sus hijos.

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Otro Mella, tinísimo

Su vida revolucionaria más intensa comenzó durante sus años de alumno de Derecho en la Universidad de La Habana, en la cual fundó la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en 1922, y dirigió el primer Congreso Nacional de Estudiantes para la renovación del vetusto sistema de enseñanza universitaria.

Promovió la integración del estudiantado a las luchas obreras y fundó la Universidad Popular José Martí, para llevar la enseñanza universitaria gratis a las clases populares.

Su rápida madurez política lo llevó a ser fundador del primer Partido Comunista de Cuba con solo 22 años en 1925, pero la represión del gobierno hizo que en 1926 lo expulsaran de la Universidad y tuvo que partir al exilio para México.

Colaboró entonces con el Partido Comunista Mexicano, la Internacional Comunista continental y realizó viajes a reuniones de esa organización en Rusia y Bruselas. Aplicó creadoramente el marxismo leninismo a las particularidades históricas y sociales de nuestros pueblos latinoamericanos para lograr su propio camino hacia el socialismo.

Esa proyección le crea no pocas incomprensiones y hasta ataques dentro de las corrientes dogmáticas del movimiento comunista internacional, que tanto daño le hicieron a la unidad de las fuerzas revolucionarias. Pero para la dictadura de Machado y el imperialismo yanqui estaba muy claro que Mella era el principal peligro y decidieron liquidarlo.

Para ese fin viajaron a tierras aztecas agentes del dictador Gerardo Machado, con la complicidad de embajador cubano en ese país y el de la Isla en Washington, desde donde el gobierno de EE.UU. estaba al tanto de la siniestra trama que fue demostrada en una investigación basada en documentos de la época por los escritores cubanos Adys Cupull y Froilán González.

En la noche del 10 de enero de 1929, en Ciudad de México, Julio Antonio Mella y su amada pareja Tina Modotti, revolucionaria y fotógrafa italiana, caminaban despreocupadamente como si el vaticinio dicho por el propio revolucionario que lo asesinarían por la espalda, no podría cumplirse esa noche.

Los esbirros de la dictadura con dos balazos dejaron a Mella solo el tiempo para decirle a Tina, ya en el suelo: “Machado me mandó a matar. Muero por la Revolución. Tina me muero”. Dos meses después hubiera cumplido 26 años.

Posteriormente al asesinato se proyectó una campaña de mentiras en la prensa de derecha mexicana y cubana, que hoy calificaríamos como fake news, para repetir hasta el cansancio que: “El Gobierno cubano de Gerardo Machado no tiene nada que ver con la muerte de Mella”, que fue víctima de un crimen pasional y que Tina Modotti era una mujer de dudosa decencia, la cual reaccionó con frialdad ante el trágico episodio y que en sus declaraciones policiales tuvo contradicciones sospechosas.

Tina Modotti no se amilanó y expresó: “(…). Machado, una caricatura de Benito Mussolini, ha cometido un nuevo crimen, pero hay muertos que hacen temblar a sus asesinos y cuya muerte representa, para aquellos, el mismo peligro como su vida de combatientes”.

Mella se convirtió en el mayor símbolo de unidad y lucha del estudiantado y la juventud cubana, que se patentizó bajo la dictadura de Fulgencio Batista en 1953 cuando sus representantes profanaron su busto frente de la Universidad de La Habana, lo cual provocó una gran manifestación y enfrentamiento popular con la policía.

En esos acontecimientos moriría el estudiante Rubén Batista, primer mártir estudiantil de la lucha contra la dictadura batistiana, suceso que inició la etapa decisiva que culminó con el triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959. (ACN)

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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